Anacleto Peano brilló cuando el fútbol argentino estaba dominado por la lógica del juego. Todavía no había emergido con profundidad ese matrimonio de intereses que se estableció entre fútbol y medios de comunicación que logró la transformación que implicó pasar del juego al espectáculo y del espectáculo al negocio.

Peano consolidó su carrera futbolística cuando sus seguidores seguían los partidos pegados a los aparatos radiofónicos o leían sus actuaciones en la vieja revista El Gráfico. En la memoria  de quienes lo admiraban y en esas hojas de color sepia de la revista deportiva aún permanece la espigada figura de uno de los mejores jugadores que dio el fútbol de Río Cuarto.
Los que lo vieron jugar no dudan en afirmar que Anacleto Peano tuvo la categoría del cinco antiguo (el recordado centrojás), habilidoso, creativo y con una excelente pegada. Además, le sumaba la llegada al gol.

Nació el 22 de agosto de 1935. Hoy cumpliría 78 años. Alejo Ledesma, localidad ubicada al este de la provincia de Córdoba, le dio la bienvenida, pero fue Río Cuarto quien lo cobijó y logró convertirse en su lugar en el mundo.  El arribo de Peano al fútbol fue precoz. Con tan sólo 13 años el jugador riocuartense Oscar Alfonso lo llevó a probarse a Quilmes y pasó la prueba, pero su madre no dio la autorización para que se quede en la entidad de Buenos Aires.

De regreso jugó para Atlético Talleres de Las Higueras y al comenzar la década del cincuenta el dirigente Juan Corti lo llevó al club Correos y Telecomunicaciones. Años más tarde, en 1954, al lado de notables jugadores, se consagró en Sportivo Atenas1. El “albo” se transformaría en el club de sus amores.

En su juventud fue también un buen jugador de basquetbol. Vistiendo la casaca de Atenas se consagró campeón en 1953. Integraban ese plantel, entre otros jugadores, el recordado Víctor Pérez y el norteamericano Clement Jhonson.

Cleto dejó Sportivo Atenas a los 18 años y arribó en Belgrano de Córdoba, donde fue campeón en el Torneo Oficial de 1955. Tras unas temporadas en el pirata, abandonó barrio Alberdi para mudarse a Rosario para defender los colores de Newell’s Old Boys. Con la lepra debutó el 3 de mayo de 1959 en el campeonato oficial de la Asociación del Fútbol Argentino enfrentando al clásico rival, Rosario Central. En la novena fecha, Peano marcó su primer gol en primera. Su víctima fue Racing Club, equipo que sería su próximo destino futbolístico. Con 52 partidos disputados y tres goles convertidos, dejó Newell’s para pasar a la academia.

Al elenco de Avellaneda llegó junto a Federico Sacchi, su socio futbolístico en el elenco rosarino, y fue una de las piezas claves para la obtención del título en 1961. En esa temporada disputó 26 partidos y convirtió dos goles.

Su gran performance produjo que, en 1961, Juan Carlos Lorenzo, director técnico de la Selección Argentina, lo convoque a la preselección que se preparaba para disputar el Mundial de Chile de 1962. Pero el volante de Racing Club, quien fue convocado con su compadre futbolístico Sacchi, tuvo que desistir por una lesión.

El 28 de septiembre de 1961 se disputó un partido que quedará por siempre en la memoria de los amantes del fútbol. Las crónicas de la época indican que se trató de uno los partidos más bellos de la Argentina. Se trata del Racing – Santos que se disputó en la cancha de Huracán. El equipo brasileño contaba con Pelé, en  ese momento el mejor jugador del planeta. Ganaron los visitantes 4 a 2, pero para el recuerdo quedó la marca que Anacleto Peano realizó sobre el astro brasileño.

En 1964, dejó la academia y se transformó en nuevo jugador de Banfield. En el taladro jugó hasta 1966 en donde anotó cinco tantos, destacándose el que le convirtió en 1964 a Boca Juniors en la victoria por 1 a 0 sobre el elenco xeneize que a la postre se iba a transformar en campeón.  Ese mismo año le anotó uno de antología a Vélez Sarsfield que le valió la última página de la revista El Gráfico con un emotivo artículo. Además, fue considerado el mejor gol de la temporada 1964.

De regreso en Río Cuarto, recaló en Sportivo Atenas, club de sus afectos. Brindó sus últimos destellos como jugador  y se transformó en director técnico. Años después dirigió a Toro Club y a Belgrano de Coronel Moldes y a las inferiores de Sportivo Atenas. Ya retirado de la actividad deportiva en 1989 recibió el Premio al Mérito Deportivo en el Recuerdo del Club San Buenaventura. Falleció el 3 de agosto de 1993. Hace exactamente 20 años.

El 17 de abril de 2000, el Honorable Concejo Deliberante de Río Cuarto, en la decimocuarta Sesión Ordinaria, determinó ponerle el nombre de Anacleto Peano a un pasaje público de la ciudad. El mismo está ubicado en el oeste de la ciudad, entre las calles Dinkeldein Norte y Publicitarios Argentinos. Un homenaje para un hombre que junto al fútbol marcó los pasos de una generación que lo disfrutó dentro y fuera de una cancha.

Trayectoria:

1959-1960: Newell’s Old Boys

1961-1963: Racing Club         

1964-1966: Banfield

Títulos:

Torneo 1961 con Racing Club.

Goles en Newell’s Old Boys:

20/06/1959: Newell’s Old Boys 1 - Racing Club 0 (1 gol)

20/09/1959: Newell’s Old Boys 2 - Atlanta 0 (1 gol)

07/08/1960: Racing Club 5 - Newell’s Old Boys 2 (1 gol)

Goles en Racing Club:

22/10/1961: Racing Club 5 - Lanús 0 (1 gol)

01/11/1961: Racing Club 2 - Atlanta 0 (1 gol)

Goles en Banfield:

26/07/1964: Vélez Sarsfield 0 - Banfield 2 (1 gol)

11/10/1964: Banfield 1 (Anacleto Peano) - Boca Juniors 0

01/11/1964: San Lorenzo 4 - Banfield 1 (1 gol)

22/11/1964: Banfield 3 - Racing Club 0 (1 gol)

14/08/1966: Gimnasia y Esgrima de La Plata 1 - Banfield 2 (1 gol)

Notas: 1).- Información suministrada por el historiador Omar Isaguirre.

Gráfico: Al Toque

Redacción Al Toque