Enrique Corregidor, de 24 años de edad y centrodelantero del club Atlético Pellegrini de Salta, fue asesinado a golpes el pasado lunes a las 3 de la madrugada al ser patoteado por cuatro sujetos a la salida de la carpa El Gaucho, ubicada sobre la ruta nacional 68, en el paraje La Florida, en las afueras de la localidad salteña de La Merced.
En medio de un llanto incontrolable, Vanesa Chocobar (21), novia del joven, contó que la tragedia comenzó tras la enorme alegría de la victoria y clasificación a la Tercera Fase de playoffs de su equipo frente a Progreso de Rosario de la Frontera, por el Torneo del Interior. Por ese motivo, Corregidor la había invitado a celebrar, lo mismo que a sus compañeros de Pellegrini (quienes no concurrieron) a la bailanta, aunque una vez adentro del local tuvo una serie de entredichos con uno grupo de borrachos que no cesaron de molestar y hacer insinuaciones a la chica.
El deportista se enojó con los atrevidos pero no reaccionó de inmediato, a la espera de que éstos se calmaran. Pero como continuaron “piropeando” procazmente a la muchacha, se levantó de su silla, encaró al más agresivo del grupo, identificado como Pablo “Pato” Choque (30), de Rosario de Lerma, quien conocía a Vanesa.
Corregidor lo desafió. “Vamos afuera, mano a mano”, le dijo pero de inmediato comenzaron los empujones e insultos. Por ello, los policías que custodiaban el lugar, los echaron a ambos.
Una vez afuera del recinto, un tío del jugador, Carlos Cayo, que también se encontraba en la carpa, le recomendó a su sobrino que llevara a su novia a su casa para evitar más problemas.
Sin embargo y cuando la pareja ya se hallaba a bordo de la motocicleta de Corregidor y se disponía a partir, reapareció Choque y lo invitó a seguir peleando, aunque ahora estaba acompañado de tres amigos: Cristian Espinosa (24), Rodrigo Medialaza (19) y Mario Pineda, todos de La Merced. Estos se le fueron encima en tropel, lo derribaron y comenzaron a propinarle todo tipo de golpes cuando estaba en el suelo.
A causa de ello, el joven quedó semiinconsciente, vomitó y reaspiró lo arrojado, se ahogó y se le produjo un paro cardiorrespiratorio que derivó en su fallecimiento.
Sin móvil ni ambulancias
Según Cayo, cuando vio que su sobrino yacía inerte bajo una “lluvia” de patadas pidió auxilio a los policías “pero se negaron, diciendo que no tenían móvil ni permiso para hacer llamadas”, señaló.
“Estos agentes dejaron que lo mataran como a un perro e hicieron abandono de persona cuando él estaba tirado en la calle”, dijo Cayo.
Corregidor fue llevado entonces por su pareja y su tío al hospital de La Merced en un vehículo particular, pero el futbolista llegó sin vida al centro de atención.
En diálogo con El Tribuno, la madre de la víctima, Marta Alicia Cayo (39), hizo un pedido de “Justicia por la memoria de mi hijo. Los culpables tienen que pagar lo que nos hicieron, nos destrozaron la familia”, gritó entre lágrimas.
Los cuatro sujetos que participaron del crimen del futbolista fueron detenidos horas más tarde por el personal de la comisaría 13, de Cerrillos, y trasladados a la Alcaidía Judicial.
Los involucrados debían ser indagados ayer por el juez de Instrucción Formal 2, Esteban Dubois, quien está a cargo del caso, caratulado como “homicidio en banda”.
Fuente: www.eltribuno.info
Imagen: www.futbolsalteño.com.ar
Redacción Al Toque