Guardaaaaaa…!!!
El festejo desatado por jugadores e hinchas de estudiantes en el minuto 38´, cuando Gastón Bottino decretó la apertura del marcador, hizo estragos sobre la infraestructura de esa zona de del estadio 9 de Julio. Es que la avalancha ocasionada, terminó con la ruptura de algunos de los pilotes de cemento que sostenían el cercado perimetral. Inmediatamente se detuvo el partido, ya que esas pesadas vigas de concreto solo quedaron sujetas por el alambrado y representaban un verdadero peligro para los futbolistas e hinchada. Con la intervención fortuita de Iván Rozzi, Presidente de la Estudiantes, y efectivos policiales, se pudo poner paños fríos a la situación para que se pudiese terminar la primera etapa, y luego solucionar esa eventualidad. En el entretiempo, se apuntaló los postes rotos con otros nuevos y, gracias a esto y a la conducta de la parcialidad celeste, no hubo mayores inconvenientes. Igualmente… el susto fue grande…
Plateas “extras” en el 9 de Julio
A partir de ahora, Estudiantes y Atenas tendrán que poner boleterías en los edificios que rodean a sus respectivos estadios, ja. Es que nadie quiere perderse estos partidos y el ingenio popular tiene siempre un as bajo la manga. Se pudo contabilizar a groso modo, casi un centenar de personas que desde balcones o terrazas adyacentes siguieron atentamente las incidencias del partido.
Bengalas bien y mal utilizadas
¿Quien puede negar que ese humo de diferentes matices le dé un colorido especial a cada partido? El recibimiento multitudinario para los dos equipos acompañado por las bengalas blancas, azules y celestes fue portentoso, impresionante. Esa es la parte buena.
Mientras transcurría el primer tiempo, desde la hinchada de Estudiantes voló una de estas luces de artificio que casi impacta contra la humanidad de Ezequiel Bardin. Un comportamiento totalmente repudiable. Pero tampoco fue correcta la actitud del arquero “albo”, que tomó la bengala, y lejos de dar el ejemplo -que debería haber sido arrojarla a un costado de la cancha-, la lanzo nuevamente al seno de la tribuna visitante. Esto, además de incitar a la violencia, representó un peligro para los particulares y debió haberle costado una sanción mínima de tarjeta amarilla, que no existió. Esta es la parte mala, muy mala.
Man in black
Los hombres de negro (man in black) ayer tuvieron un correcto desempeño. Jorge Benítez, y sus colaboradores, Sergio Victorino y Franco Bergesse, controlaron de buena manera el partido, que no era uno más, era un Atenas – Estudiantes circundado por casi 8000 almas. La propuesta futbolística abierta de ambos, casi sin juego friccionado, hizo que el experimentado árbitro no tuviese que recurrir a la tarjeta para mantener el normal desarrollo de las acciones. Sobre el final, todo Estudiantes reclamó por un supuesto corner que no fue, en la jugada previa al empate de Atenas. Pero Bergesse, quien estaba al lado de la jugada, indicó sin dudar que correspondía tiro de esquina. Victorino, por su parte, tuvo que lidiar con los bancos, y también tuvo acertadas participaciones.
Policías en acción
Generalmente cuando ocurre algún incidente en un espectáculo deportivo, unos de los primeros en ser señalados son los efectivos policiales. Ayer, la policía jugó su mejor partido. El operativo encabezado por el Comisario Inspector Filippa, fue impecable. Cada una de las intervenciones de los efectivos fue mesurada, y no por eso menos eficaz. En los accesos los controles fueron casi perfectos. Los particulares que ocasionaron algún tumulto fueron retirados del estadio, cuando sucedió lo de la ruptura de los postes actuó con premura, y tras la finalización del partido, controló instantáneamente los incidentes ocurridos en las proximidades del “9” de Julio. Es bueno reconocer la tarea de aquellos que tienen la difícil labor de mantener el orden, en acontecimiento que, en este caso, reunió a casi 8000 espectadores.
Redacción Al Toque