Descendió Estudiantes al Argentino B. Argentina no encuentra el rumbo en la Copa América. Se recuerda al “Gran Diego, como a Dios” –y nos olvidamos que ya hace mucho que no nos deleita más con su zurda mágica en un campo de juego-. Los periodistas en los distintos medios hacen los análisis que la superficialidad no alcanza a visualizar.
Se pierde la profundidad de observación. Rápidamente encontré en el cantor popular Atahualpa Yupanqui una de mis canciones preferidas del largo anecdotario de historias que reivindican al Indio, al nativo, a quien nos dio nuestra identidad.
En “Camino del indio”, Don Ata habla de nuestra identidad. Esa que hemos ido perdiendo en lo futbolístico, como también en otros aspectos de la sociedad.
“Caminito del indio, sendero coya sembrao de piedras. Caminito del indio, que junta el valle con las estrellas. Caminito que anduvo, de sur a norte mi raza vieja, antes que en la montaña, la Pachamama se ensombreciera”
Estudiantes, hasta llegar a disputar el primer torneo Nacional de 1983, priorizó traer jugadores foráneos, devaluando los locales. Desde esa época hacia aquí, se buscó una identidad con los jugadores “propios”, pero sólo unos pocos ganaron algo desde lo deportivo; pero todos se forjaron desde la perspectiva de “ser más grande de lo que realmente era la competencia”.
Así, en esta última temporada y en la primera derrota como local ante Alumni de Villa María un dirigente afirmó: “que lo parió quedamos lejos de poder clasificar”. Estudiantes descendió. En el otro vestuario un dirigente “albirrojo” preguntó, ¿cómo salieron… (todos los equipos de abajo)?, los villamarienses permanecieron.
El fútbol no siempre es definitivo, porque es un juego y los resultados modifican estados. Estos también modifican análisis, cuando lo superficial se prioriza por sobre lo profundo.
“Cantando en el cerro, llorando en el río, se agranda en la noche, la pena del indio. El sol y la luna y este canto mío besaron tus piedras, camino del indio. En la noche serrana, llora la quena su honda nostalgia, y el caminito sabe, cuál es la chola que el indio llama”
La selección desde el año 1990 no llega a semifinales de los campeonatos mundiales. Hace 21 que no estamos en el Podio. La Copa América fue un bálsamo en la era “Basile” cuando la ganamos y muy bien en dos oportunidades seguidas.
Hoy deambulando en el dolor del ya no ser y el equipo que no funciona pese a los grandes jugadores que lo conforman. Ninguno discute las individualidades, si se discute el la identidad de juego.
Bolivia y Colombia, nos dieron una “bofetada de realidad”. Ellos saben a lo que juegan como equipo. Nosotros la estamos buscando, pese a tener los jugadores más “cotizados” del mercado.
“Se levanta en el cerro la voz doliente de la baguala y el camino lamenta ser el culpable de la distancia. Cantando en el cerro ...”
El campito nos enseñó a varias generaciones que la técnica individual era fundamental para “ser jugador de fútbol”. Además, nos otorgó el conocimiento que se necesitaba un marcador bueno, un mediocampista que quite y un delantero que la meta. Todos jugábamos en función de ese “eje” de juego y si teníamos un arquero de los mejores, no había campeonato relámpago que perdiéramos. Al no tener esa identidad de juego, se pierden los objetivos a cumplir. Se fracasa en el desarrollo del juego y por lo tanto, no tenemos resultados deportivos.
El Indio siempre siguió su Camino, y pese a los 500 años de colonización hoy se están reconociendo sus derechos, se reivindica su cultura, se reconoce su existencia antes del “Descubrimiento”. Ojalá que en el fútbol, no nos lleve esa cantidad de años para volver a jugar como siempre se jugó en nuestro país: “que el arquero ataje las que pueda y no meta adentro las que van afuera. Qué el defensor sepa defender, que el mediocampista tenga el concepto global del juego y que el delantero haga goles”. Ahh... la táctica??? Tiene que ver con la estrategia, si están divorciadas, sólo florece la técnica individual que en un equipo no sirve para mucho. Excepción hecha con Diego Armando Maradona, que fue y será único.
El Tordo