-Desde el punto de vista organizativo ¿Qué balance hace del Campeonato Preolímpico desarrollado en Mar del Plata?
-Excelente. El Comité Organizador hizo un trabajo espectacular y estamos muy contentos por la organización del Campeonato Preolímpico. Incluso nos puso en un aprieto bastante grande porque la próxima sede o país que organice no podrá bajar de este nivel. En el continente americano tenemos la dificultad que hay muy pocos países que pueden organizar un evento de esta naturaleza ya que sólo contamos con Argentina, Brasil, México y ocasionalmente Puerto Rico. Al resto de los países no les interesa, por ejemplo a Estados Unidos mientras no sea un negocio no muestra interés. Por eso entendemos que los cuatro países que nombré están en condiciones de organizar este tipo de torneos y seguiremos apostando a ellos.
-¿Cómo fue la selección de los árbitros en el torneo y específicamente en la final?
-El problema del arbitraje en nuestro continente es el mismo que treinta años atrás. Por eso tenemos que buscar árbitros neutrales, sumado a que los mejores árbitros están en los países que luego llegan a la final, es decir, los argentinos, brasileños y puertorriqueños son buenos árbitros porque en sus países hay buen basquetbol. En consecuencia es muy difícil encontrar neutralidad y por eso recurrimos a árbitros europeos y de la NBA como Anthony Jordan para los partidos finales. Por suerte todos los partidos se desarrollaron normalmente, sin grandes escándalos, y ganó el equipo que tenía que ganar. Entonces el nivel del torneo y del arbitraje fue bueno.
-Volviendo al plano deportivo ¿Qué reflexión hace de la generación dorada argentina teniendo en cuenta que usted dirigió al Dream Team en 1992 y recorrió el mundo del básquet?
-Argentina dio muestras de tener entre 2001 y 2006 el mejor basquetbol del mundo. No hay ninguna duda que tiene un estilo de juego propio gracias al trabajo conjunto de los entrenadores y jugadores, con la fortuna que son talentos en diferentes puestos. En la última década Argentina hizo un trabajo excepcional, brilló, a tal punto que llegó al primer puesto del ranking mundial. El basquetbol argentino vive una época dorada como la vivió Yugoslavia, la Unión Soviética y Estados Unidos. No quedan dudas que Argentina ha marcado un hito en el básquet del mundo. Argentina hace el trabajo casi perfecto dentro del país. Esto es, buenas escuelas de entrenadores, árbitros y buen calendario de competencia donde en todas las provincias se juega regularmente básquet, es decir, hay crecimiento y hay perspectivas de desarrollo. Argentina probablemente no salga campeón del Mundo ni Olímpico pero estoy seguro que va a jugar un buen baloncesto y que no va a bajar de quinta o sexta posición. Doy fe que hoy nadie quiere jugar contra Argentina.
-¿Cuánto tiene que ver la Liga Nacional como causa de este logro?
-No hay dudas que la Liga Nacional contribuyó a tener un buen calendario de competencia lo que garantiza un buen taller de desarrollo de jugadores, antes eso no existía. Junto a la competencia creció la Asociación de Clubes y los entrenadores que tuvieron un papel muy importante a la hora de mejorar el basquetbol. Los entrenadores se organizaron y se autocapacitaron mediante clínicas, sin obligación, y lo mismo pasó con los árbitros que lograron armar su estructura, crearon su propia escuela y se adecuaron al crecimiento del básquet.
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Redacción Al Toque