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Boxeo

27-10-2011 23:06

El padre de una leyenda

Semblanza del maestro en virtud de su visita a Río Cuarto en el mes de mayo.
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Reencuentro. Brusa y Pirincho Massi, uno de los pocos que venció a Monzón.

A principios de la década del ‘60 el creativo productor George Martin hacía furor en el Reino Unido con el disco simple “Love Me Do” interpretado por una incipiente banda de Liverpool, “The Beatles”, que más tarde sería una leyenda de la música. El tiempo tiene sus caprichos y -como tal- coincidencias, el 5 de octubre de 1962 el grupo de John Lennon y Paul Mc Carthy aparecía en el mundo mientras que el 12 de diciembre de ese año un tal Carlos Monzón hacía su primera pelea profesional, más tarde se convertiría en un ícono del deporte.

La introducción desembarca a otro tiempo y espacio. Este viernes Río Cuarto albergó al creador de una leyenda nacional. Sentado, en un amplio sillón, a la entrada de un céntrico hotel, casi pasando desapercibido, ahí estaba Amílcar Oreste Brusa para hablar sobre su vida, es decir, de boxeo. Hacedor de catorce campeones mundiales pero “como Monzón no hubo” -aclara de entrada el preparador integrante del Salón de la Fama-. De repente un abrazo irrumpe la armonía de la escena. Un abrazo a la historia, de narices chatas, “sos un atrevido” le dice el maestro a Alberto Massi en medio de risas y lágrimas recordando la última derrota de Monzón en manos de “Pirincho”. “Antes te tenía bronca y ahora te admiro porque le lograste ganar” explica el “Grandote” -como lo apodan- en la antesala de un diálogo con el padre de una leyenda.

Amílcar Oreste Brusa nació el 23 de octubre de 1922 en el antiguo paraje Desvío Kilómetro 140, también conocido como Colonia Silva o Abipones, a unos 15 kilómetros de Marcelino Escalada, departamento San Justo, en el norte de Santa Fe. Durante su actividad boxística, militó en la categoría pesado, haciéndolo como aficionado cuando tenía entre 22 y 26 años, realizando 30 encuentros logrando ganar el certamen Guantes de Oro, habiendo sufrido solamente tres traspiés, dos de ellos con Rafael Iglesias, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948.

De los 14 campeones mundiales profesionales de boxeo dirigidos por Amílcar Oreste Brusa, cinco de ellos nacieron en suelo de la Argentina, seis en la tierra cafetera de Colombia y uno en El Salvador, República Dominicana y Venezuela, respectivamente. Seis pugilistas dirigidos por el experimentado conductor obtuvieron la corona latinoamericana; un solo boxeador fue campeón sudamericano; otro del Mundo Hispano; siete profesionales ostentaron el título argentino y 14 en el campo aficionado.

Entre tantos logros, el “Grandote” Brusa no tiene dudas: como Monzón no hubo. “Tuve muchas campeones pero como Monzón no hubo, hay una diferencia sideral, como lo dijo Ángelo Dundi -entrenador estadounidense preparador de 15 campeones mundiales, inclusive Muhammad Alí- fue el tipo más práctico que conoció. Pegaba cuando iba para adelante, te pegaba cuando iba para atrás, de todas formas. Además cuando peleaba Monzón se paralizaba el país. Ni Maradona ni Fangio juntos paralizaban el país como lo paralizaba Monzón. Y hablo de grandes tipos que admiro, pero catorce defensas, eso dice todo”. Sobre la vida de Carlos Monzón fuera del ring la respuesta del maestro fue contundente. “Ya se sabe todo sobre él”.

El 10 de junio de 2007 Brusa recibió el merecido premio de ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, en Canastota, Nueva York, reconociendo que “Monzón fue un tipo muy agradecido y un excelente profesional. Antes de las peleas dejaba el cigarrillo, las bebidas y las mujeres”.

El 24 de octubre de 2009, en Los Ángeles, Brusa ingresó al Salón Mundial de la Fama del Boxeo Profesional. Esa  noche también entraron al selecto Hall el mexicano Rafael Herrera -actual presidente de la Comisión de Boxeo de México- y la pugilista holandesa Lucia Rijker, siendo la primera mujer en integrar en dicho selecto lugar. Respecto a la presencia de la mencionada dama -fue actora de reparto en la película ganadora del Oscar “Million Dollar Baby”-, Don Amílcar recuerda que “esa noche tuve una de las más grandes satisfacciones porque Lucia Rijker recibió un premio y subió a hablar ante el público, yo no entendía nada lo que decía. Después del discurso se acercó a mí, con una gran sonrisa, y me dijo ‘¿usted no me conoce?’, la verdad que no tenía ni idea y le dije ‘yo no me olvido de las mujeres buenas moza’ y ella me vuelve a decir ‘lo recuerdo porque usted tenía una forma muy paternal de corregirnos’ y eso me mató, que linda educación, si hasta hablaba español mejor que yo”.  

Hasta el momento, obtuvieron dicho reconocimiento los pugilistas de nuestro país Carlos Monzón, Horacio Accavallo, Luis Ángel Firpo, Víctor Emilio Galíndez, Santos Benigno Laciar, Nicolino Locche, Sergio Víctor Palma y Pascual Pérez. También ha sido distinguido el asistente argentino Miguel Díaz.

Finalmente, el maestro -palabra autorizada- opinó sobre la actualidad pugilística nacional. “Hay un abandono total por parte de las autoridades y además el boxeo de hoy está descalcificado. Encima no hay entrenadores, no tengo pupilos que se dediquen, no tengo colaboración para enseñar. Porque si no enseñás esto no marcha. Yo no se por qué ningún apoderado del boxeo me da pupilos a mí pero en realidad hay una razón… yo no los dejo robar”. Otra cosa también, el horario de la peleas. Hace poco me hicieron un gran homenaje en San Francisco y el festival empezó a las diez y media de la noche y terminó a las tres de la mañana, así es muy difícil. Este disparate del horario es una gran contra, claro estas cosas las maneja el fútbol porque más poder que el boxeo”, sentenció.


Fotos: Al Toque
 

dborghi@altoquedeportes.com.ar