Es una lástima que un partido de fútbol termine de esa forma, más cuando ya había terminado todo. De parte de nuestros jugadores no iniciamos ningún tipo de incidente, yo fui hasta donde estaba nuestra gente y observé que estaban reprimiendo a nuestra hinchada, me acerqué al alambrado y veo que mi hermano tenía un corte en la cabeza y le estaban pegando de forma cobarde en el piso y en ese instante entré en desesperación. En un principio los policías le disparaban a la gente y después siguieron con nosotros que nos habíamos acercado al alambrado para saber qué había pasado, porque estaban nuestras familias…yo la verdad que no le encuentro ningún tipo de explicación porque la mitad de gente de Estudiantes ya había desalojado el estadio, sólo quedaban los familiares del plantel que se estaban retirando. Los efectivos policiales no tuvieron en cuenta que había gente mayor, niños y mujeres, y al ver que nuestra gente no se retiraba con el apresuro que ellos pretendían, empezaron a reprimir indiscriminadamente. Ahí donde nosotros desde adentro de la cancha reaccionamos, porque no es lindo ver cómo le pegan a familiares tuyos. Les estaban pegando a mi mamá y mi hermano. Mi hermano se metió al medio para que no le peguen a mi mamá y queda a merced de la policía, que cobardemente con un escudo, un palo y balas de goma se creen impunes para hacer este tipo de cosas.
Yo físicamente estoy bien, el que no está bien es mi hermano, pero iba a hacer la denuncia correspondiente, mi papá también está herido ya que le dispararon al igual que a muchos, otras de las agresiones fue gas-pimienta en los ojos y el ataque con perros, de los cuales recibimos algunas mordeduras.
José Mancinelli, arquero de Estudiantes agredido por la policía mendocina en el estadio de Guaymallén (declaraciones formuladas a la prensa).