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    Final

    Toro Club (CM) 20 Renato Cesarini
    TCSD CRC

09-01-2012 12:02

Alejandro Sabella a fondo

Al Toque reproduce una entrevista que el sitio oficial de la FIFA le realizó al director técnico de la Selección Argentina.

Ya lleva casi seis meses al frente del seleccionado argentino. ¿Con qué expectativas asumió el cargo y con qué se encontró luego?

Llegué con una gran responsabilidad, un gran amor. En primera instancia, tuve que acomodarme rápido a todo lo que es el sistema de una selección, algo totalmente distinto a lo que se vive en los clubes. Por suerte tenía la experiencia de haber estado con Passarella en la época que comenzó el verdadero éxodo de jugadores al exterior. Diría que me llevó un tiempito adaptarme. Y bueno, también llegué conociendo la gran responsabilidad que afronto, consciente de lo difíciles que son las eliminatorias.

Entrenar a la selección argentina tendrá su pro y sus contras. ¿Qué es lo mejor y lo peor de ocupar ese cargo?

Para un argentino futbolero, este es el cargo más importante que puede haber, diría que es el sueño máximo. El que trabaja en el fútbol sueña con jugar en Primera e ir a la Selección, y para un entrenador es lo mismo. Eso es lo bueno. Lo más difícil es convivir con la gran presión que hay para obtener resultados. En el mundo del fútbol es cada vez mayor, y no se limita sólo a argentina. Tal vez haya un poco más de presión en los países latinos por sobre los anglosajones, que tienen otra mentalidad, pero existe en todos lados. Esas cosas no son las más amenas, pero forman parte del cargo.

En ese marco de exitismo que menciona, los últimos seleccionadores de Argentina se marcharon en circunstancias particulares: Alfio Basile, Diego Maradona y Sergio Batista. ¿Pensó en eso a la hora de aceptar el puesto? ¿Lo hizo dudar en algún momento?
No, no… no dudé por lo que dije anteriormente. Estar acá es lo que sueña cualquier argentino que haya dirigido a un equipo alguna vez. Uno no puede decir que no, ni dudarlo siquiera.

Hablemos de las eliminatorias mundialistas. Se vio un gran festejo de su parte tras la victoria sobre Colombia en Barranquilla…

Sí, porque veníamos de un resultado malo y, si bien podríamos haber jugado mejor, totalmente injusto contra Bolivia (ndr: 1-1 en Buenos Aires). En Colombia empezamos perdiendo y tenía mucha presión interna, hacia mí mismo, por revertir rápido ese marcador y llevar a Argentina al lugar que se merece.

¿Se exige mucho a sí mismo?

Soy exigente, sí.

Debe ser una combinación explosiva: la exigencia interna y el cargo de seleccionador en un país tan futbolero como Argentina…

Exacto, por eso digo que no hay que ser tan autoexigente ni autocrítico. La autocrítica es buena, siempre y cuando no te excedas. Si te pasás ya te podés deprimir, y no es bueno.

¿Hace terapia?
No, no… nunca hice. Una vez leí que Mao Tse Tung decía que la autocrítica era síntoma de debilidad. Y en parte es real: en extremo, es un síntoma de debilidad. Me sirvió leer eso, porque siempre fui autocrítico. Y lo aplico a mis jugadores. Siempre les digo que no se queden con el error que puedan haber cometido porque es peor. Un poco de autocrítica es excelente y necesario, un síntoma de humildad incluso. De lo contrario te vas a la soberbia. Pero todo con equilibrio, siempre.

Volvamos al fútbol. ¿La defensa es lo que más le ha costado encontrar hasta ahora?
Está costando un poco más el recambio en la defensa, sí. Lo digo desde la humildad que todos debemos tener, y el reconocimiento: si se habla del recambio, con delanteros de la clase (Lionel) Messi, (Gonzalo) Higuaín y (Sergio) Agüero, nadie puede sentirse mal porque uno diga que cuesta un poco más en la última línea. El problema es que hay poco tiempo para trabajar y solucionar temas inherentes al equipo: hay que tratar de armar un buen grupo, que se lleven bien y estén concientizados, que tengan sentido de pertenencia y que jueguen sintiendo la camiseta argentina. Como lo están haciendo estos muchachos y como lo hicieron fundamentalmente en el segundo tiempo contra Colombia.

¿Es de consumir medios deportivos?

Un poco, pero no demasiado. Siempre algo hay que escuchar y la crítica, positiva o negativa, es buena: a uno le abre la cabeza. Las opiniones de otros pueden servir.

Lo preguntamos porque, tras perder con Venezuela, se le criticó una frase dicha en la previa al partido: que alcazaba con ganar “medio a cero”. Algunos dijeron que con eso incluso agrandó al rival. ¿Se arrepiente?

Tal vez por la historia, decir eso de “medio a cero” no está bien. Pero no creo que se haya potenciado al rival con eso. Uno debe observar el contexto: lo que ha crecido Venezuela, que su equipo titular había descansado en la primera fecha, el calor y la humedad con que se jugó el partido. Venezuela se pudo dar el lujo de jugar con suplentes contra Ecuador: “Si perdemos este partido lo perdemos, porque después viene Argentina”. Pero Argentina no se puede dar el lujo de nada por la historia que tiene… Puede que mi comentario no haya sido del todo afortunado, pero no creo que haya agrandado al rival.

Brasil ya está clasificado para la Copa Mundial de la FIFA. Usted jugó allí y conoce la mentalidad del futbolista brasileño. ¿Puede pesarle jugar en casa?

La localía es un arma de doble filo, por lo que dependerá de la personalidad de los jugadores. El brasileño es muy especial, tiene una gran capacidad. Si se agranda te hace un desastre, te pinta la cara, te golea… pero también va a sufrir la presión, la obligación de sentir que “tienen que ser campeones”. Habrá que ver cómo lo manejan. Indudablemente son grandes candidatos, siempre lo son, y más si son locales. Pero es un tema delicado. Siempre digo que el cuchillo tiene dos caras.

También conoce a Uruguay, donde acompañó a Daniel Passarella en su etapa de seleccionador. ¿Cómo se explica el gran momento de la Celeste?

Uruguay tiene mucha personalidad y un grupo que está muy fuerte, con mucho compañerismo entre jugadores y un gran sentido de solidaridad, de pertenencia. Saben lo que es la camiseta Celeste. Y deben tener una gran relación con el cuerpo técnico, sumado a que los jugadores que están en Europa han crecido mucho. Ese combo los ha potenciado enormemente, y han ganado mucho en confianza. Se ha creado un círculo virtuoso que es muy positivo.

Sabemos que ve mucho fútbol constantemente. ¿Qué selecciones lo han impactado?
Alemania y España son las mejores. Alemania está muy bien, ha crecido mucho. Tiene un par de chicos jóvenes nuevos y muy buenos, además de cómo se han consolidado (Thomas) Mueller y la base de los más grandes: siguen Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger… están ganando en experiencia luego del recambio generacional. España indudablemente también: lo que pasa es que a veces el campeón del mundo se toma sus licencias, pero tiene un gran potencial. Son las que más destaco… ¡y Brasil! Ya me olvidaba de Brasil, perdón… Brasil es siempre Brasil, son los pentacampeones.

Para despedirnos, estamos obligados a preguntarle por Lionel Messi. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de él en persona?

Ya sabía que se trataba del mejor jugador del mundo, el más desequilibrante. Pero me sorprendió tenerlo de cerca y ver su cambio de ritmo, la explosión, su técnica en velocidad; cómo maneja la pelota a ese ritmo. Parece el viejo juego de Scalextric que usábamos cuando éramos chicos, los autitos que arrancaban de cero a toda velocidad. Aunque lo que más me sorprendió es lo que representa él: en India, en Bangladesh, fue tremendo. En Venezuela también, y en Colombia resultó impresionante. Lo que despierta en la gente, la idolatría, el fanatismo fuera del campo de juego. Espectacular.

Y la última, ahora sí. ¿Se ve Alejandro Sabella en Brasil 2014?

No, hoy me veo jugando contra Suiza en febrero. Después veremos, pero voy partido a partido y pensando en el trabajo. No tiene que ver con la selección, sino con el trabajo en general. No pienso en el largo plazo, siempre en el corto y mediano. El resto se verá.

 

Fuente: www.fifa.com

Foto: www.mundod.com.ar