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    Final

    Toro Club (CM) 20 Renato Cesarini
    TCSD CRC

20-04-2012 10:57

Sergio Ibarra: “Nunca pensé que haría historia en Perú”

Riocuartense y goleador. En 1992, con un puñado de partidos en Atenas, fue a probar suerte al fútbol incaico. Al borde de los 40 años, juega en Sport Huancayo y es el máximo artillero de todos los tiempos en el vecino país. Por Hugo Caric, de “Mundo D” (suplemento deportivo de La Voz del Interior).
“Me hubiese gustado jugar profesionalmente en Argentina\", destacó Ibarra.

Él lo cuenta como si fuese ayer, aunque ya pasaron 20 años. Sergio Ramón Ibarra describe con lujo de detalles el momento en el que, con apenas un puñado de partidos en Atenas de Río Cuarto, se fue a probar suerte al fútbol de Perú.

“Un empresario de allá estaba buscando un delantero y ya había estado viendo a Estudiantes. Nosotros jugamos con Toro de Moldes en la cancha de Atenas, me tocó entrar e hice un gol. Ahí nomás el hombre lo habló a Hugo Ferrarese, que era mi técnico. Supongo que le habré gustado, más que todo, por la edad o por el biotipo. El asunto es que pagó 5 mil dólares y me llevó a Ciclista Lima, uno de los clubes más antiguos de Perú”, comentó Ibarra. Desde entonces, vistió las camisetas de 13 clubes en el país incaico.

Allá lo conocen como “Checho” o como “el Goleador Histórico”, ya que en 2008 se convirtió en el máximo artillero de todos los tiempos en la divisional de elite del fútbol peruano.

“Mi intención era quedarme un par de años y volver para jugar en Buenos Aires o en algún club de Primera División. Nunca pensé en que haría historia aquí”, admite a la distancia el riocuartense, que suma 248 festejos y, según la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol (IFFHS), es el séptimo goleador en actividad a nivel mundial.

Hoy, al borde de las cuatro décadas, juega en Sport Huancayo, que está sexto en la liga local y que fue rival de Arsenal de Sarandí en el repechaje de la Copa Libertadores de América 2012.

 

Batistuta y Palermo, los espejos

 

“Al comienzo no fue sencillo. El país estaba en crisis y a los pocos días de mi llegada se produjo el famoso atentado de Sendero Luminoso en el barrio de Miraflores. Yo me quería volver, pero los dirigentes del club me convencieron, y uno de ellos me llevó a vivir a su casa”, recuerda el jugador al que todos conocen por “Keko” en el barrio Alberdi de Río Cuarto.

Admirador de Gabriel Batistuta y de Martín Palermo, y defensor a ultranza de Gonzalo Higuaín (“Me fascina”, dice del “Pipita”), Ibarra se define como “un nueve de área, rústico, egoísta, oportunista y goleador”. Sabe que sus atributos se relacionan más con el sacrificio que con el talento. “Lo mío es esfuerzo e intuición. Saber dónde va a caer la pelota, estar siempre ahí, chocar, buscar y no darme por vencido”, afirma con sinceridad extrema. Y se manifiesta “contento” por una carrera que califica como “exitosa”.

“Siempre entregué todo y la gente me lo reconoció”, destaca, y anticipa un retiro inminente. “Este es mi último año, ya se lo hice saber a la gente del club. Ellos quieren que siga un año más, pero yo quiero terminar bien e irme tranquilo. Sport Huancayo es un equipo nuevo, que ascendió en 2008, pero que está haciendo las cosas bien y quiere hacerse conocido en el continente”, sostiene Ibarra.

A la hora del balance, “Checho” también reconoce materias pendientes. “Me hubiese gustado jugar profesionalmente en Argentina, ya que es espectacular la pasión con la que allí se vive el fútbol. A los 15 años se habló de una prueba en Newell’s y hace un par de años tenía todo listo para ir a Gimnasia, pero no sé qué pasó”, dijo.

“También me quedó la espina de no haber sido convocado a la selección peruana, ya que tengo la doble nacionalidad. Varias veces se habló de esa posibilidad, pero no se dio. Quizá porque me tocó convivir con grandes delanteros, como Flavio Maestri y Claudio Pizarro”, precisó.

 

Boquense, pirata y cuartetero

 

Aunque se considera “un peruano más”, Ibarra mantiene la tonada que delata su origen cordobés. Y también el buen humor: “La mitad de mis goles fueron horribles”, comenta entre risas.

“Los cordobeses somos únicos, porque no perdemos nada. Hasta mi esposa Rocío, que es peruana, habla medio en cordobés, y con ella y mis hijos (Yanina, Valentina y Facundo) cada tanto nos comemos un asadito. ¿La música? Mezclo cumbia colombiana, cumbia peruana y cuarteto. Mis hermanos (Cristian, Martín y Lorena) me mandan todo lo que sale allá, como La Barra, aunque prefiero los ‘viejitos’: ‘la Mona’ Jiménez, Chébere, ‘Trula’ o ‘el Conejito’ Miguel Alejandro. Es la música con la que me he criado”, destacó.

 

–¿Qué imaginás para el futuro?

–Sigo muy ligado a Río Cuarto, pero mi vida está en Perú. Acá tengo un nombre y quiero darle continuidad a lo que logré con tanto sacrificio. Ya terminé el curso de técnico y quiero ver si el año próximo puedo empezar a dirigir, que es mi otra pasión. Ya hice una pequeña experiencia en Cienciano, en 2010, cuando fui DT y jugador. Si llega alguna oferta, será bienvenida. Si no, trataré de capacitarme más.

 

-¿Sabías que tu gol más valioso no cuenta para las estadísticas?

–Ja, ja. Es cierto. Fue el primero de la definición por penales ante Boca, cuando ganamos la Recopa 2004 en Fort Lauderdale. Atajaba ‘el Pato’ Abbondanzieri. Fue un momento muy lindo, más allá de que soy fanático de Boca desde chiquito. ¡De Boca y de Belgrano, papá!... y de Atenas, por supuesto. Al ascenso de Belgrano lo seguí por Internet y lo festejé por partida doble. De todos modos, creo que River no tendría que haber descendido. No hay nada mejor que ver un Boca-River por televisión, comerse un asado y tomarse un vino. Ojalá que vuelva el superclásico.

 

 

Fuente y foto: www.mundod.com.ar

Redacción Al Toque