Se cumplen 201 días de aquella desoladora tarde en el Monumental donde la tibieza del resultado con Bolivia y la escasa convocatoria -apenas asistieron unas 25.000 personas- le ofrecieron una cruel despedida de año al seleccionado, en un 2011 que deportivamente fue decepcionante para la Argentina. En aquella jornada, el contrato entre el equipo y la tribuna se rompió. En el juego y también en el encanto que destilaban las estrellas de la talla de Messi y compañía. Pero el hincha, se sabe, es pasional, cambiante, y después de descargar su bronca por la desilusión vuelve a encandilarse, se contagia con rapidez. Entonces, no resulta extraño que se renueven los votos, la confianza, con prácticamente aquellos mismos futbolistas que dejaron al hincha vacío.
El sábado, Ecuador visitará a la Argentina en el mismo escenario en el que la gente destrató al equipo, aunque el entorno que rodeará al partido será muy distinto. Las entradas agotadas lo certifican. Las 42.000 localidades, cuyos precios oscilaban entre los 70 y 480 pesos, fueron consumidas por los simpatizantes, produciéndose una recaudación que superará los 8.000.000 de pesos. Así, el estadio volverá a lucir colorido, pleno, ya que los ecuatorianos también adquirieron la totalidad de los tickets disponibles.
Después de darse la espalda, la selección y la gente deciden reencontrarse, prodigarse mimos. Como si el público hubiera entendido que el encuentro con Ecuador significará una despedida del equipo de Buenos Aires. La Copa América, con la presencia del seleccionado en Santa Fe y Córdoba, generó un quiebre, y desde la Asociación del Fútbol Argentino observaron el fenómeno y se decidió, como ocurriera en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica, modificar la tradicional sede. Aquella vez, fue Diego Maradona, como líder del cuerpo técnico, quien pidió jugar en Rosario, frente a Brasil. La experiencia no fue positiva. Ahora, Córdoba y Mendoza se preparan para cobijar a los ídolos ante Paraguay y Uruguay, en septiembre y octubre.
El corazón tiene razones que la razón no entiende. La pasión que provoca la selección así lo enseña y el sábado se reflejará en el Monumental.
Fuente y foto: www.canchallena.com