Aunque nació en el pueblo de General Paz, al noroeste de la ciudad de Córdoba, Juan Filloy residió durante 64 años en Río Cuarto desarrollando su obra literaria y fomentando una importante actividad social. Su vinculación social es uno de los aspectos más importantes del escritor, porque además de escribir más de veinte obras literarias (con la característica que todos sus títulos están conformados por siete letras) y transformarse en inspiración de varios escritores latinoamericanos, entre ellos Julio Cortázar, se constituyó como un actor clave de la vida institucional riocuartense. Y su actividad es digna de recordar. Principalmente por su activa participación en el ámbito del deporte.

Su recorrido comenzó en ciudad natal siendo el 12 de octubre de 1913 uno de los socios fundadores del Club Atlético Talleres (fue uno de los responsables para que el club cordobés visite por primera vez Río Cuarto. Fue el 1 de mayo de 1925 en amistoso con Sportivo Atenas que terminó igualado 2 a 2). También fue el primer presidente del Club de Ajedrez Vélez Sarsfield.

En la Ciudad de Río Cuarto se instaló el 8 de octubre de 1921 y vivió permanentemente hasta febrero de 1985. Y en su periplo registró importantes hechos que perdurarán por siempre.

A los cinco días de residir en la ciudad ingresó como socio activo del Club Sportivo y Biblioteca Atenas. Comenzaba su extraordinario vínculo con la entidad de Avenida Marconi.

Cuenta el historiador Omar Isaguirre que desempeñó una intensa labor para el impulso institucional y deportivo, llegando a la presidencia el 28 de enero de 1927. El 16 de enero fue declarado socio Honorario. En el “albo” fue el gestor de la práctica del tenis e impulsó la natación. Pero además de su vinculación con Sportivo Atenas, Juan Filloy fue uno de los socios fundadores del Golf Club Río Cuarto el 30 de junio de 1932.

Además, fue partícipe de uno de los momentos inolvidables del deporte riocuartense. El 15 de agosto de 1922 ofició de árbitro en el combate que tuvo como animador Luis Ángel Firpo, el  toro salvaje de las pampas, ante Sergio Minutti.

A pesar de que el 15 de julio del 2000, con 106 años, nos dejó para siempre, el accionar social de Juan Filloy en la ciudad de Río Cuarto permanecerá en la eternidad. Sus obras literarias, el puente que se conforma  en una de las arterias principales que une a la ciudad con Banda Norte, la imponente Biblioteca de la Universidad Nacional de Río Cuarto y sus estampillas postales realizadas en 2005 lo mantendrán por siempre con vida. Y ese es el mejor homenaje para el escritor de los tres siglos.

Redacción Al Toque

Imagen: www.lanarrativabreve.blogspot.com

Fuente: Omar Isaguirre