Ese pequeño gesto de tomar la raqueta después de tanto tiempo fue para Carla Lucero como tener al mundo en sus manos. Ella, que por estos días habita el puesto 457 del ranking mundial femenino, había vuelto a sentir en su Córdoba natal la alegría de hacer lo que más le gusta: jugar al tenis. La tragedia comenzaba a quedar en la página de atrás.
"La semana pasada agarré la raqueta. Por ahora sin desplazamientos, porque aún no me lo permiten, pero sí pegando en el lugar. Fue una felicidad total porque hacía cinco meses y medio que estaba esperando ese momento", contó la chica de 22 años sobre su vuelta al entrenamiento. "¡Tenía una ansiedad! Ese día ni siquiera almorcé", agregó. Fue en Villa del Dique, en las sierras de Córdoba y estuvieron presentes su entrenador Sandro Maggi, su preparador físico Alejandro Lacourt, su papá Marcelo, Silvia, la mamá, y su hermana María Pía además del abuelo.
Hasta aquí la vuelta a la vida. Aunque este regreso es el desenlace de una historia que la marcó: el jueves 8 de febrero el micro en el que viajaba hacia Río Cuarto para ver a su familia chocó en la ruta 36 con un camión que a su vez fue embestido por otro que se cruzó de carril cerca del pueblo Alcira Gigena. Hubo dos muertos y varios heridos, entre ellos Carla y Esteban Contreras, otro joven tenista con quien se entrenaba. Ella sufrió la luxación de la cadera derecha y la fractura de la pierna derecha. El, doble fisura en el intestino.
"Lo que me costaba en estos días era que el cuerpo no reaccionaba bien cuando estaba cansado, pero ahora va mejor. Mi objetivo es poder jugar un torneo antes de fin de año", le comentó Lucero a Clarín. Atrás había quedado una operación en la pierna, con clavo incluido, y dos meses con silla de ruedas y muletas. Por suerte le habían acomodado la cadera a los pocos días del accidente y ese tema no pasó a mayores. Su compañero Contreras la sacó más barata; tras operarlo ya volvió a jugar y hasta sumó puntos para el ranking mundial el mes pasado en el Future Argentina 16, en el que llegó a octavos de final.
"Valoro mucho cada cosa que hago. Porque estuve en silla de ruedas y eso es muy groso. Porque de correr y entrenar todos los días a depender de que alguien me ayude, fue muy fuerte. A lo mejor, antes, me levantaba un día y no tenía ganas de entrenarme. Y ahora quiero jugar y valoro todo lo que estoy logrando", dice. Después del shock de los primeros días luego del choque ("no me acordaba nada de lo que había pasado", asegura), Carla creyó que "los tiempos iban a ser más cortos. Hasta que me contaron todo lo que pasó".
¿Quién se acercó en los momentos más duros? Lucero responde: "Mi familia, mis amigos, la gente de tenis, tanto de acá como de otros países. Y estaban preocupados muchas de las chicas que llamaban tienen la misma rutina que yo". Y afirmó que "David Nalbandian nos nombró durante la Copa Davis y se interesó por mi salud, me regaló una remera. Para mí, que soy una jugadora que no tiene tan buen ranking, que uno de los mejores de Argentina se preocupe por lo que pasó fue muy bueno". A su vez dijo que "la Asociación Argentina de Tenis estaba preocupada, me dijo que ya iba a pasar, que iba a volver a jugar, me dio entradas para la Davis, estaban en positivo". Claro que la cordobesa que no para de tuitear, no se olvidó de sus padres quienes fueron los que, mediante la obra social de la familia, pagaron todos los gastos de internación y rehabilitación desde aquel 8 de febrero.
"Quiero disfrutar lo que hago. Y hacer las cosas que tengo que hacer y no amargarme por pavadas", dice entre sonrisas la chica que está de novia con Juan Manuel, que aprendió a tocar la guitarra en sus tiempos libres y se dedicó a leer más que antes. La chica que ganó un Womens Circuit en Perú en 2009 y a la cual la vida le dio otra chance.
Fuente y foto: www.clarin.com
Redacción Al Toque