Dos años y cuatro meses fue el tiempo durante el cual Fabián López estuvo al frente del primer equipo de Banda Norte en el Torneo Nacional de Ascenso. Durante ese lapso, el “chino” consiguió darle una identidad al equipo mediante una defensa intensa y dinamismo ofensivo. Sin lugar a dudas, su período como entrenador en el TNA estuvo a la altura de las circunstancias. No obstante, el equipo formado para la presente temporada y los resultados de la institución en las anteriores temporadas en la categoría, pusieron la vara muy alta y el rendimiento no fue el esperado, por lo que se decidió excluirlo de su cargo.
La corta carrera como entrenador de Fabián López marca que, a sus 49 años, dirigió 217 partidos durante seis temporadas y media. En la ex Liga Nacional B, estuvo al frente de la Alianza Juvenil Estudiantes por dos temporadas y la misma cantidad de tiempo en Banda Norte. En esa categoría, disputó 142 partidos, tres finales por el ascenso al TNA y una semifinal, además de ganar los seis clásicos riocuartenses que jugó con ambas instituciones.
En la temporada 2009/2010 estuvo alejado de la conducción técnica, hasta que en junio de 2010 se decidió su retorno a Banda Norte (antes de que se confirmara la adquisición de una plaza para el TNA). Desde entonces y hasta el viernes pasado, cumpliría su segunda etapa como entrenador principal del “verde”.
Durante 75 partidos en el Torneo Nacional de Ascenso, Banda Norte promedió 76,5 puntos a favor; mientras que recibió una media de 78,9 puntos en contra. Además, ganó 24 de los 37 partidos disputados como local, convirtiendo al Parque Sarmiento en una fortaleza en la que sucumbieron al menos alguna vez todos los equipos a los que enfrentó (a excepción de Monte Hermoso e Instituto de Córdoba).
Es una carrera por demás exitosa, pero por ahora el entrenador dentro de Fabián López dormirá una siesta indefinida.
-El gran triunfo frente a Quilmes no logró la calma que se esperaba. Todo lo contrario. Te comunicaron que prescindían de tus servicios como entrenador, y en el momento menos esperado ¿Cuál fue la reacción que tuviste al conocer la noticia?
Y...me sorprendí. La verdad estaba muy contento, feliz como pocas veces en esta temporada por el triunfazo conseguido contra Quilmes.
-¿Cuál fue la explicación que te dieron quienes te comunicaron la decisión?
Que la decisión ya estaba tomada.
-¿Cuáles fueron las palabras que tuviste con el plantel tras conocer tu desvinculación y como tomaron los jugadores la noticia?
Ninguna, si no tuve la oportunidad de hablar con el equipo, solo hable con algunos jugadores que me llamaron.
-¿Este es un plantel de hombres, por el compromiso con la causa que tuvieron ante la adversidad y en todo momento, más que de jugadores?
Es un plantel de buenos jugadores, que trabajaron como locos desde el principio y que cuando las cosas no salían, le agregaban más trabajo y compromiso. Daba placer llegar a la práctica después de una derrota y ver jugadores que ya estaban practicando solos para mejorar, en ningún momento le sacaron el cuerpo a la situación y trabajaron en armonía y con total compromiso.
-Es cierto que les costó encontrar un buen rendimiento y una regularidad con el correr de los partidos, pero también es cierto que fueron víctima de una serie de eventos desafortunados, que no estaban en los planes de nadie y no pueden ser obviados a la hora de analizar el rendimiento del equipo.
Es totalmente cierto que no pudimos jugar bien, y cuando lo hacíamos no podíamos cerrar partidos que teníamos para liquidar, también es cierto que jugamos partidos definitivamente malos como contra Instituto y Ciclista.
También es cierto que no pudimos jugar ni un partido de pretemporada con el extranjero, quien iba a ser nuestro jugador más importante. De 9 juegos, jugamos 3 sin ese jugador. Íbamos a tener que pasar nuevamente por una situación similar ahora, te imaginas 3 extranjeros distintos en 2 meses y pico de competencia, no es algo normal.
La verdad la cosa no venía bien, era difícil. La mala racha se tenía que acabar.
-La confianza en las capacidades que uno tiene para sobrellevar una situación desfavorable siempre está; no obstante, cuando se presenta una racha de partidos en los que el equipo no está bien, hay alarmas que empiezan a sonar en la cabeza de los entrenadores ¿Pensaste en dejar tu cargo en algún momento?
No sé si eran alarmas la que sonaban en nuestras cabezas, era una nueva historia todas las semanas ver cómo empezar la semana, como íbamos a atacar el problema, que íbamos a hacer. Y si, la idea (de dejar el cargo) estaba continuamente y estaba hablado en nuestro círculo. Después de Ciclista sentíamos que esto se acababa, lo hablamos con algunos de los chicos, con todo el cuerpo técnico, con los familiares y con colegas, y todos nos decían que íbamos a salir, que teníamos material y le poníamos el trabajo y sacrificio que se necesita. También sabíamos que si perdíamos con Quilmes, aún jugando sin el extranjero, nos teníamos que ir o nos iban. Lo teníamos muy en claro, por eso sorprendió lo que sucedió luego del triunfo.
-La sucesión de malos rendimientos provoca un inevitable decaimiento anímico, algo que casi siempre genera una pérdida de confianza a nivel individual y grupal, lo cual se ve traducido en la incapacidad de obtener buenos resultados. ¿Sentís que después de ganarle a San Isidro en la primera fecha entraron en un círculo vicioso del que no pudieron salir, basado en la falta de confianza propia?
Y si, es así. Las derrotas traen dudas, cuando vienen varias las dudas se acentúan. Aunque la solución es bastante sencilla todo parece difícil, el aro se achica, la cancha se alarga. Y todo cambia con victorias, esto es así y no hay muchas vueltas que darle.
-¿Cuál fue el mayor déficit basquetbolístico del equipo en estos nueve partidos?
Mantener la calma en los momentos claves, confiar en quienes somos. Jugar de local como lo hacíamos de visitante. Propiamente basquebolístico, no defendimos siempre igual y tiramos con bajos porcentajes. Pero creo que esto era consecuencia de lo anímico, de como estábamos.
-¿El triunfo ante Quilmes, con siete jugadores, sin el jugador más importante del equipo y después de estar 12 puntos abajo, fue una muestra de carácter y de que este equipo está vivo?
Nosotros la primera muestra que tuvimos que el equipo estaba vivo, fue el partido que tuvimos en Trelew (derrota ante Huracán por 78 a 68). Ese juego nos dio tranquilidad y nos hizo empezar la semana mejor, lo hicimos bien, manejamos el partido y se dejo ahí, pero el esfuerzo, la concentración y el juego estuvieron. Entonces creíamos que contra Quilmes, aunque era difícil, se podía. Obviamente la noticia de que Derrick se tenía que operar y que Maxi Ríos volvía contra nosotros no ayudaba mucho; pero se dejo la piel en la cancha, la pelota entró y se consiguió el triunfo que puede cambiar la historia de este equipo.
-¿Lograr semejante triunfo acentúo el dolor de la noticia, al sentir que todavía tenían camino por recorrer?
¿Qué te parece? ¿Sabes cuánto buscábamos una alegría? Nos duró cinco minutos.
¿Qué te dejan estas dos temporadas y media dirigiendo TNA?
-Satisfacciones, y cuando pasen unos días, más van a ser. Y además, el entender que esto es muy duro, que no es fácil, que es una categoría muy competitiva. Fue un privilegio dirigir a Banda Norte en este nivel.
-Hace poco se cumplieron 13 años de que abriste la escuela de básquet que llevaba tu nombre. Si bien hoy en día no está en actividad, Santiago Bruno, alguien que aprendió a jugar al básquet en dicha escuela, se ganó un lugar en la lista de buena fe del TNA e incluso la posibilidad de estar sentado en el banco de suplentes. ¿Qué sentís cuando vivís estas cosas?
Un enorme placer. Ver crecer a cada uno de los que pasó por allí y que algunos sigan amando a este deporte me da mucha alegría, porque cuando los veo sigo viendo a los enanos que recibí un día en la escuelita.
-Banda Norte es el club de tus amores, el que te abrió las puertas al profesionalismo y con el cual viviste muchas momentos especiales ¿Es un hasta luego con el “verde”? ¿Dejas la puerta abierta para volver algún día?
Mira, te hago mi historia: Banda Norte compró mi pase en 1980, jugué allí hasta el 89 cuando el club decidió dejar de hacer básquet; volví en el 2003 y jugué casi dos años más. Lo dirigí durante cinco temporadas, en total casi 15 años como profesional en el club. Es mucha historia juntos y seguramente algún día continuara.
-El básquet es tu vida y la dirección técnica tu pasión, tal como lo fue jugar ¿Vas a tomarte un tiempo antes de volver a dirigir o estás en el mercado, al aguardo de la oferta de algún club?
La verdad, mi proyecto basquetbolístico estaba centrado en Rio Cuarto y fundamentalmente en Banda Norte. Es muy difícil que yo deje la ciudad para dirigir, no está en mi cabeza. Aunque nunca se sabe.
Foto: Al Toque / Archivo