La vida de Liliana Suárez de García cambió para siempre un 11 de julio de 1995. Ese día trágico, la violencia y la corrupción del fútbol le robó la vida a su hijo Daniel cuando tenía apenas 19 años. Fue en Paysandú, Uruguay, a manos de un grupo de barras bravas argentinos mientras se disputaba la Copa América 1995. Daniel había ido a disfrutar del fútbol y se encontró con la muerte.
Desde entonces Liliana comenzó a introducirse en el oscuro mundo del fútbol. Investigando el caso de su hijo conoció la corrupción, la convivencia, la inacción de la justicia, la irresponsabilidad de los organizadores de los campeonatos y la complicidad de los miembros de seguridad. Pero su dolor se transformó en acción.
En el camino de su lucha fundó la organización Familiares Victimas del Fútbol Argentino (FAVIFA) y se transformó en un bastión clave en la organización Salvemos al Fútbol (SAF). Tal es así que el 26 de septiembre, en la Asamblea General del SAF, fue elegida como la nueva presidenta reemplazando a la imprescindible Mónica Nizzardo, quien estuvo al frente de la organización desde su fundación en 2006.
En su nueva función estará acompañada por el juez Mariano Berges, quien será el vicepresidente, y el grupo de colaboradores que seguirán levantando la digna bandera que enarbola Salvemos al Fútbol. “El cambio de autoridades se realizó porque Mónica cumplió los dos mandatos y por estatuto se debían recambiar las autoridades. Somos muy criteriosos y respetuosos y, por sobre todas las cosas, no hacemos lo que criticamos: perpetuarse en un cargo”, le dice Liliana Suárez a revista Contragolpe.
Ni bien asumió a la presidencia desde el SAF manifestaron que existió un cambio organizacional pero no de ideales ¿Cuál es el aporte, además del que ya le viene otorgando, que le va a brindar al SAF en su nueva función como presidenta?
Ese es el motivo del cambio de autoridades, pero seguimos por el mismo rumbo que nos hizo crecer como ONG. Teniendo dignidad y por sobre todas las cosas manteniendo la libertad para decir y hacer lo que pensamos. Tenemos la plena seguridad que el camino elegido es el correcto por un fútbol transparente, sin corrupción ni violencia.
Mónica Nizzardo manifestó que el cambio de autoridades es un indicador del crecimiento para la concreción de los objetivos planteados ¿Cómo analiza la gestión de Nizzardo quien estuvo seis años al frente del SAF?
Mónica Nizzardo es un ejemplo de perseverancia de trabajo, lucha incansable y de buenas acciones. Siempre estará con nosotros porque Salvemos al Fútbol es Mónica.
Una de las grandes cualidades del SAF en estos seis años de vida ha sido su compromiso y su resistencia a pesar de las dificultades ¿Cuál es el secreto para no claudicar en esta lucha al observar la inacción por parte de las organizaciones públicas y hasta del propio Estado?
SAF es reconocida por su compromiso y su trasparencia. Jamás cambiamos el discurso. Nos expresamos como hace seis años del nacimiento de SAF. Cambian las autoridades, pero nosotros denunciamos y criticamos las inacciones de los organismos de seguridad, la AFA, la justicia, la policía, los dirigentes deportivos, políticos y sindicales. En fin, a todo ese combo que hace años bancan y alimentan a los mercenarios denominados barras bravas.
Ha declarado en varias oportunidades que los “barras son delincuentes que cuentan con protección”. Así es difícil lograr un cambio estructural en el sistema del fútbol argentino.
Considero que los barras son el eslabón más débil de una cadena de complicidades. No existirían estos delincuentes si no tienen el respaldo y la complicidad de los dirigentes de turno para quienes trabajan.
¿Cómo ha tomada la emergencia de Javier Cantero y su lucha contra los barras bravas?
Me parece buena su iniciativa de luchar por erradicar a estos delincuentes que tanto mal le hacen al club. Ojalá no cambie y se sume a nuestra lucha.
A pesar de que el asesinato de su hijo Daniel continúa impune usted refuerza sus energías y no abandona la lucha por un fútbol sin violencia y corrupción ¿Cuál es su mensaje a esas personas que les falta el impulso para sumarse a esta lucha?
Creo que cada uno resuelve y lleva el dolor como puede. Yo lo transformé en acción y lucha. Lo hago para mantener viva la memoria de mi hijo Daniel y para que nunca más otra mamá tenga que llorar la pérdida de un hijo o ser querido. Ojalá se sumen a nuestro trabajo. La unión hace la fuerza y necesitamos mucha fuerza para continuar esta difícil tarea, pero totalmente convencida que el camino elegido es el correcto.
Redacción Al Toque
Foto: Archivo Al Toque