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    Renato Cesarini 13 Toro Club (CM)
    CRC TCSD

Barras y Trata

13-12-2012 17:57

Cuando la pelota sí se mancha

La nefasta resolución del juicio de Marita Verón dejó a sus trece acusados absueltos. Entre ellos, María Jesús Rivero, ex esposa Rubén la “chancha” Alé, barra brava, ex presidente del club San Martín de Tucumán y señalado por Susana Trimarco como el “autor intelectual” del resultado de la causa. Vínculos entre el fútbol, la trata de personas, la política y más.

“Siempre había oído mentar

que ante la ley era yo,

igual a todo mortal.

Pero ahí su dificultad

en cuanto a su ejecución”

 

            La ley es tela de araña, Alfredo Zitarrosa

 

En el día de los Derechos Humanos no hubo ni derecho ni justicia. Con cuatro horas de demora, los jueces de la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán absolvieron a los 13 acusados del secuestro y sometimiento a prostitución de Marita Verón, desaparecida desde 2002. Su madre, Susana Trimarco, apuntó contra Rubén la “chancha” Alé, barra brava y ex presidente del club San Martín de Tucumán, quien ni siquiera fue imputado. La ex esposa de Alé fue una de las absueltas en el caso impune y dueña de una flota de 600 remises en Tucumán. Uno de ellos, en el cual se la vio por última vez a Marita Verón.

“En San Miguel de Tucumán todos conocen a la Chancha”, publica Cosecha Roja, una red de periodistas judiciales, y continúa: “Durante los ’80, la Chancha comandaba la barrabrava de San Martín de Tucumán con su hermano Ángel, alias el Mono. En esos años, los líderes de ‘La banda de los Ale’, como se los conocía en la tribuna del club, fueron absueltos en varias causas por amenazas, lesiones en banda y asociación ilícita. También eludieron una condena por el asesinato de dos miembros de Los Gardelitos, el grupo con el que se disputaban la conducción de la barra. No era la primera vez que la Chancha pasaba por los Tribunales. Había pasado cuatro años preso luego de ser condenado a nueve por un intento de homicidio”.

La Redó destaca: “De allí en más el crecimiento en el mundo de lo ilegal de estos hermanos y sus cómplices no tendría límites. Prostitución, venta de armas, narcotráfico, usurpación de tierras serían algunas de las ‘pymes’ que manejaban con total impunidad a fuerza de todo tipo de delitos”.

A través del negocio más transparente, el de los remises, Alé tuvo tiempo de sumergirse en el mundo la política partidaria presentándose como candidato a concejal y a legislador. Sin embargo comprobó que en la sombra de otro nombre podía manejarse mejor. Julio Miranda, gobernador entre 1999 y 2003 fue quien le abrió la puerta estatal para sus negocios. En el 2003 decidió volver al club de sus ganancias y formó la empresa gerenciadora NOA para quedarse con la conducción futbolísitca de San Martín a través del supuesto superávit de los remises.

Ante una pérdida de sus influencias en el ejecutivo provincial con la asunción de Alperovich, la “chancha” decidió emprender en casas de juegos y en un boliche bailable, aunque no se olvidó del club y en 2006 fue elegido presidente por lista única en un clima de presión y aprietes a opositores ante una posible alternativa en las urnas. Su entonces mujer, la absuelta María Jesús Rivero fue vicepresidente. El club empezó a ser el clásico modelo de institución deportiva manejada por las barras.

Allí las relaciones con el ejecutivo provincial remontaron tanto como los éxitos deportivos. San Martín ascendió a Primera A en 2008 y Alperovich usó al fútbol como modelo de éxito provincial. Pero al éxito hay que ayudarlo y por eso, el gobernador, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, le concedió un subsidio de un millón de pesos en 2009 (además de otro millón a Atlético).

En 2011, con descensos hasta el Argentino A, Alé se fuga ante una causa que lo acusa de usurpación mediante armas de una quinta (junto a un dirigente de Atlético) y de la venta de soja en el mercado ilegal por 600.000 pesos. El 24 de noviembre del mismo año, ante movilizaciones de socios autoconvocados, Alé renuncia a la presidencia del club para quedar “preso” en su domicilio por “razones de salud” y seguir con sus negocios por fuera del club, al cual dejó hundido.

 

Foto: La Gaceta de Tucumán

Redacción Al Toque