Según la Real Academia Española:
Odisea (De Odisea, título de un poema homérico).
1. f. Viaje largo, en el que abundan las aventuras adversas y favorables al viajero.
2. f. Sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que le ocurren a alguien.

“Después de haber vivido lo que pasó en Oberá, ninguno de nosotros se podrá amedrentar en una cancha de fútbol”. Afirma el director técnico Norberto Carrizo en referencia al 18 de noviembre de 1973. Aquel día el seleccionado de la Liga Regional venció dos a cero al combinado de Oberá y se clasificó al cuadrangular final del Campeonato Argentino de Selecciones de Ligas, un torneo amateur y federal que ponía en juego la Copa Doctor Beccar Varela. El encuentro pasó tristemente a la historia por los graves incidentes que obligaron a la suspensión del mismo cuando iban 29 minutos del segundo tiempo. Para entonces, Aldo Arana y Víctor Torres habían marcados los goles que rubricaba una cómoda victoria en una serie abierta en el estadio Ciudad de Río Cuarto con un 4-1. El resultado quedó en un segundo plano en detrimento de la violencia que tomó por asalto el papel principal de una película de terror. Uno de sus protagonistas recrea aquella odisea en tierras coloradas.

La previa.
En octubre de 2009 el historiador Enrique Gualdoni Vigo escribió en el sitio www.oberaonline.com.ar que en Oberá se planificó previo al segundo partido el llamado “Operativo Venganza” y Norberto Carrizo asegura que “cuando llegamos a Oberá estaba todo organizado. La noche anterior al partido nosotros nos hospedamos en Posadas y la gente nos decía ‘no vayan a Oberá porque los van a matar’ pero nosotros no creíamos nada de eso. Además once ómnibus que viajaron desde Río Cuarto se tuvieron que refugiar en pueblos cercanos a Oberá porque habían sido atacados”. El plantel y sus simpatizantes habían recorrido 1281 kilómetros.

El partido.
Durante el encuentro el entrenador de la selección recuerda que “Juan García no podía estar en el arco porque le tiraban bolitas de mármol con las ondas y los dos marcadores de punta -Contreras y Giordanino- tampoco podían jugar por las bandas porque le tiraban de todo. Recuerdo un hecho que nos causó risa pero pudo haber sido una tragedia, Alberto Allende se dirige a buscar una pelota que había salido de la cancha y recibe un ladrillo completo en el pecho, por suerte se recuperó y siguió jugando. Así y todo le ganamos dos a cero”.
Lo peor estaba en el prematuro desenlace del match. “Cuando terminó el primer tiempo -cuenta Carrizo- el árbitro nos dice que nos quedemos en el medio de la cancha y nos asegura que después del partido nos iban a retirar en un camión blindado, lo cual nos dio tranquilidad. Cuando estábamos jugando el segundo tiempo vemos que llega el blindado y la gente lo da vuelta; al rato viene un Torino de la policía y también lo dan vuelta y queman; entonces llegan los bomberos para apagar el incendio y los hinchas le cortaron las mangueras con unos machetes… no lo podíamos creer. Por suerte al final pudimos salir de ese infierno”.

Las causas.
A la hora de buscar causas que provocaron el denominado “Operativo Venganza”, Carrizo se remonta al primer partido jugado en Río Cuarto y se atreve a explicar que “ellos (los jugadores de la selección obereña) cuando entraron a la cancha nos obsequiaron paquetes de yerba y nosotros se lo brindamos a la tribuna a modo de agradecimiento por el apoyo. Tal vez la gente de Oberá lo tomó como un desprecio”. A lo que agrega, “otros le endosan esto a un periodista de Misiones que durante la semana enardeció a toda la población diciendo que la habían pasado mal en Río Cuarto”.

Repercusión mediática.
Los incidentes del encuentro cobraron popularidad en la Revista Así, bajo el título: “La histeria del fútbol misionero”. Se transcribe textualmente la bajada de la noticia publicada en el impreso: “Por un motivo baladí -el fútbol- la tarde dominguera de Oberá, Misiones, se convirtió en un verdadero pasaporte a la tragedia. Allí se enfrentaron a golpes, ladrillazos y tiros un millar de aficionados y un centenar de policías, impotentes de ejercer control sobre el descontrol de los hinchas. Quinientos aficionados cordobeses que acompañaban a su equipo vivieron durante 48 horas una pesadilla difícil de creer cuando los lugareños decidieron no dejarlos abandonar Oberá. Felizmente, no toda la población participó de esa histeria, y aunque con retraso, los cordobeses consiguieron salir del infierno. Antes del partido, tanto en Posadas como en Oberá, los visitantes habían sido advertidos de que se registrarían graves incidentes. Treinta mil ladrillos sirvieron de proyectiles.”

Pasaron 40 años de aquella odisea en donde un grupo de jugadores que con actitud y aptitud le hicieron honor al orígen del nombre de Oberá, que en guaraní significa "lo que brilla" y se debe al Cacique Guaraní que dominaba esas tierras misioneras.

Síntesis:
Liga Oberá (0): Juan Marra; Carlos Zuetta, Manuel Kaleniuk, Ramón Da Cruz, Carlos Cardozo; Zanón Barrios, López, Juan Carlos Linstron, Quevedo (Gil Morel); Panasiuk (Ruiz Díaz) y Barufaldi. DT: Javier Lescano.
Liga Regional Río Cuarto (2): Juan García; Eduardo Contreras, Eduardo Flesia, Isidoro Celucci, Miguel Giordanino; Carlos Domínguez, Alberto Allende, Ricardo Aimar, Francisco Gabasio; Aldo Arana (Víctor Torres) y Carlos Rodríguez (Omar Carranza). DT: Norberto Carrizo.
Goles: Aldo Arana (LRFRC) y Víctor Torres (LRFRC).
Expulsado: Ricardo Aimar (LRFRC).
Árbitro: Eugenio Ramírez (Chaco).
Cancha: Oberá.


Fuentes: propias, www.oberaonline.com.ar, Revista Así y Archivo Histórico Río Cuarto.
Foto: Al Toque / Archivo
Redacción Al Toque