Análisis del desempeño de los futbolistas que integraron el plantel del dueño del torneo Clausura, Ateneo Vecinos de General Cabrera.
Pablo Bonetto.- el espigado arquero tomó la responsabilidad de ocupar el lugar que dejó vacante Belbuzzi tras concluir el Apertura. Con el paso de los partidos fue ganando en confianza y terminó con un muy buen rendimiento. En el partido decisivo ante San Martín tapó extraordinariamente los dos primeros remates que recibió.
Leonardo Astrada.- luchó y terminó ocupando el lateral derecho. Su vocación ofensiva permitió tener una muy buena alternativa por ese sector. Dueño de una gran pagada, desde sus pies llegaron quirúrgicos centros al área y grandes ejecuciones de tiros libres como el 3 a 2 sobre Sportivo Municipal.
Gonzalo Maffini.- Es el líder anímico del equipo. Con inyectables, fajas y lo que fuere necesario para sobrellevar su lesión en la zona lumbar, estuvo cuando el equipo más lo necesitó. Infranqueable. El mejor defensor del futbol regional.
Damián Vidal.- Hasta sufrir la fisura en su pie, formó junto a Maffini la mejor zaga central del fútbol doméstico. Muchísima tranquilidad, sangre fría para salir de situaciones comprometedoras en defensa.
Franco Altamirano.- Con 18 años tomó la posta tras la lesión de Vidal en la zaga central. El “negrito” jugó un torneo excepcional. Creció en cada partido. Firme en la marcación, tiempista, a pesar de su corta edad demostró el oficio de un jugador de muchos años de experiencia. Una verdadera joya de la cantera "tricolor".
Hugo Baigorria.- oficio y sacrificio para clausurar su sector y ser un salida constante en ataque por la izquierda. Tiros libres como el anotado ante San Martín fueron claves a lo largo de toda la campaña en el Clausura.
Pablo Irazoqui.- fue regular a lo largo de todo el campeonato teniendo en algunos partidos picos de alto rendimiento. Con su experiencia fue importante para manejar los ritmos de partido.
Nicolás Bonni.- enorme despliegue. Un sabueso en la mitad de la cancha. Quite y salida en corto hacia las bandas. Cuando el quipo padeció las lesiones también ocupó con solvencia un lugar en la zaga central.
Diego Vargas.- Siempre de correcto desempeño y con partidos donde su velocidad y precisión hicieron la diferencia. Jugador muy importante en la generación de juego asociado.
Maximiliano Ractoret.- desequilibrio y cambio de ritmo. Por momentos juega a una velocidad diferente, siendo muy complicado para cualquier defensa. Como enlace y reclinándose hacia la izquierda fue donde más gravitó.
Rodolfo González.- arribó en medio de la temporada y fue uno de los de mayor evolución. Jugador de gran técnica y con olfato goleador. En seis partidos como titular anotó la misma cantidad de goles. Fue un gran socio para Ten López en ofensiva.
Ignacio Ten López.- El mejor jugador de la temporada. Un delantero completo. Se mueve con criterio por todo el frente de ataque. Dentro del área es mortífero, sin espacio ni tiempo resuelve jugadas muy complejas. Máximo artillero de la temporada, anotó 21 goles y se mostró muy solidario para hacer que se concreten muchos otros. Incansable, es también una pesadilla para la salida de cualquier defensa.
Cristian Toledo.- fue una de las primeras alternativas en defensa. Pura garra, se transformó en un jugador muy importante en la última línea cada vez que estuvo en cancha.
Alejandro Foggia.- Sacrificado como pocos. Siempre fue una buena opción en la mitad de la cancha. Por derecha o por izquierda, se las ingenió para estar siempre a la altura.
Carlos Rosané.- “Con poco vamos a hacer mucho”. Esa fue la frase de cabecera del “pampa” Rosané en cada partido y vaya si cumplió. El equipo no solo sufrió bajas por desvinculaciones después de finalizar el Torneo Apertura sino que tuvo innumerables lesiones y suspensiones. A pesar de esto, siempre supo ubicar al jugador correcto en el lugar que más lo necesitaba. Inculcar fortaleza mental y anímica en momento difíciles a sus jugadores hizo que el equipo creciera fecha a fecha y obtuviera así el Clausura.
Fuente y foto: El Crack