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10-11-2013 10:19

¡Una brújula en Avenida España!

Por Carlos Valduvino

Cuando la grandeza se tira por el piso la pisotean quienes no saben lo que significa el peso de la historia. Asociación Atlética Estudiantes se debate entre un hundimiento superior al que hoy se encuentra o buscar salidas a través de certeras políticas institucionales y deportivas que pongan de manifiesto la grandeza que tiene en el ámbito futbolístico la centenaria entidad de la Avenida España.

El rumbo se perdió y por voluntad de los socios en las dos últimas Asambleas – la General Ordinaria y la Extraordinaria- fue aprobado por unanimidad la actual Comisión Directiva, que ya sufrió la baja de Mario Mura, después que apareció una bandera acusatoria en la tribuna alta de la Avenida España, bien encima de la cabinas de transmisiones “José María Muñoz” y por encima del palco oficial de autoridad del estadio “Ciudad de Río Cuarto” y que Al Toque, fue el único medio que publicó en sus páginas.

Todo el debate se abrió con la ida de Diego Raúl Felizzia. El ex jugador de Estudiantes sacó a relucir hechos internos que nada tienen que ver con la realidad deportiva - cuarto en la zona 10 del torneo Argentino B con un presupuesto más alto que la del resto de los participantes - donde el máximo y único responsable es quien realiza la denuncia.

Qué en Estudiantes se haga política no me caben dudas que siempre se hizo. La política-deportiva e institucional marcó rumbos en la ciudad de Río Cuarto: los cadetes, el atletismo, el básquet y el fútbol con los tres Nacionales hicieron de la entidad de la Avenida España la más grande de la ciudad. Es más, fue después de su paso como exitoso dirigente en Estudiantes, cuando Antonio Candini se lanzó a candidato a intendente de la ciudad de Río Cuarto y perdió las elecciones con Antonio Rins.

Hoy estar rozado un poco más por la política partidaria puede ayudar a perder autonomía en decisiones políticas, pero quien dijo que Diego Felizzia no simpatiza partidariamente con un determinado partido político y eso está muy bien porque es un derecho que tenemos todos los ciudadanos.

Lo que sí está claro es que quien denuncia intenta salvar su responsabilidad para la cual fue contratado. Nada hizo para retener al técnico de primera división Claudio Ochoa – hombre nacido en el club- y fue responsable del armado del actual plantel -cuarto en la zona 10 del torneo Argentino B y a 5 unidades de diferencia con el actual líder por puntos perdidos, Alianza de Coronel Moldes-.

Tal vez de esto debería haber hablado Diego Felizzia en su salida. Explicando por qué uno de los integrantes del equipo de asesores, Jorge Alberto Burki, el único jugador del club que jugó 14 partidos en los tres Nacionales, estuvo sentado junto con los dirigentes en la presentación del técnico Ricardo Horacio Dilllon.

En su alejamiento debería haber explicado el  por qué de la contratación de jugadores que el técnico renunciante no utilizó en los siete partidos que disputó o porqué no le dio la posibilidad a jugadores del club en la conformación del actual plantel del Argentino B.

El manager no es el vínculo entre un cuerpo técnico y jugadores con los dirigentes, es quien decide la política-deportiva (en este caso el fútbol) en una determinada entidad. Allí fracasó Diego Felizzia. El camino que utilizó fue poner un manto de sospechas y dudas en personas que fueron elegidas por los socios del club Estudiantes en la última Asamblea General Ordinadia. Un dato más, fue una Asamblea General Extraordinaria, la que le posibilitó a la actual dirigencia estar inmersa en un proyecto inmobiliario, que cada vez que trasciende algo nuevo hay determinaciones que no cierran.

Toda esta descripción es parte de la realidad que se vive a cotidiano en Asociación Atlética Estudiantes. La dirigencia que encabeza el empresario Roberto Gualtieri debe encontrar un equipo de asesores que le devuelvan brillo a la entidad y que no sean noticias por el despido de una familia y dejarle en la indigencia, porque se vendió un cartel de publicidad o porque en la decisión de un técnico se consultó al manager o no.

Germán Martelotto ya es historia. Lo mismo que Diego Felizzia. Su paso por Estudiantes dejó en claro, que ni técnico ni manager consiguieron en el torneo Argentino B, en una zona integrada por equipos sin historia deportiva, sacar una supremacía deportiva para la que conformaron el plantel.

Hoy parece que por Avenida España se perdió la brújula política, deportiva e institucional. Los socios son los únicos que pueden encolumnarse en la vida de la institución para volver a encontrarla exigiendo si es que son necesarios rectificaciones o ratificaciones en el rumbo que la institución ha tomado. Por el bien del deporte en Río Cuarto, por el engrandecimiento de la competencia futbolística en nuestra ciudad y el sur de la provincia de Córdoba, es de suma urgencia que se encuentre.

 

Redacción Al Toque