Dice el diccionario de la RAE sobre Pasión:
“Perturbación o afecto desordenado del ánimo”
El pensamiento que surgió en la mente de Andrés Aimar en el mismo momento en que concluyó el primer partido amistoso ante Alumni de Villa María, se cristalizó el viernes por la tarde cuando el jugador le informó a los dirigentes de Asociación Atlética Estudiantes que “no jugaba más al fútbol en el club” antes de que el plantel viajara rumbo a Villa María.
La noticia trascendió el viernes, corrió sábado y domingo y se confirmó en horas de la tarde del lunes.
Andrés Ricardo Aimar (18/11/1982) se alejó de Estudiantes. Dejó el club de su nacimiento futbolístico a una semana de iniciar el segundo semestre en la competencia del torneo Argentino B, en la temporada 2012/2013.
El desborde pasional de algunos simpatizantes –en ese partido me retiré del estadio al término del primer tiempo- hizo que el jugador apresurara una decisión que ya venía madurando.
No más de 250 personas estaban presentes en la noche del martes 15 de enero de 2013 en el estadio “Ciudad de Río Cuarto”. Fue un partido de entrecasa, de prueba ante Alumni de Villa María, pero, apenas comenzado ya desde la tribuna Oeste, donde estaba la mayoría de los presentes comenzaron a gritar en contra del técnico Carlos Arzubialde. El DT “albirojo” que estaba junto a su hermano Alberto, delantero que vistió los colores “celestes”, los miró hizo un gesto y todo quedó allí.
Esos gritos que para cualquier mortal se toman en una cancha de fútbol “como normales”, en la tribuna y protagonizados por seguidores “celestes” no lo son. Es que Estudiantes despierta como ningún otro equipo en Río Cuarto una pasión desmedida y esto es por lo grandeza que escriben sus logros deportivos.
Y hoy la realidad indica que la entidad está en el Argentino B, que el plantel está para estar ahí…, y que Andrés Aimar es el jugador diferente en un grupo que le dio satisfacciones a los hinchas como el ascenso al Argentino A.
Pero esa pasión que hace que cuando el hincha “celeste” se unica en la tribuna grite “lo que es normal” para el folclore del fútbol a sus adversarios, muchas veces, se transforman en “boomerang”, Y eso sucedió y Andrés Aimar se retira del club que lo vió nacer futbolísticamente de una forma que no debe permitirse.
Los jugadores no son responsables de quienes contratan o conforman los equipos. Ellos son los que llevan la tarea de “poner la cara” en cada partido, salir a jugar con el objetivo que tiene toda competencia,: ganar, y tal vez, pagan por equivocaciones de otros.
Sólo un dato de ese partido: ¿Fue Andrés Aimar quien colocó a Sebastián Pérez en la posición de volante por derecha?. ¿El técnico Germán Martelotto, no tiene en Claudio Ochoa, Jorge Diez, Ariel Dolso, Diego Felizia y Jorge Burki asesores como para hacer modificar esa posición?.
Por más que la pasión desborde el corazón y la razón, siempre, en una entidad grande cómo es Estudiantes deben estar los bálsamos de contención para que no se provoquen desbordes.
Andrés Aimar, no debe, no merece, retirarse por el desborde de pasión de unos pocos, y cargar sobre sus espaldas con errores que no son propios.
*Carlos Alberto Valduvino
Foto: Al Toque / Archivo