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14-04-2013 10:21

Las joyas de Panzeri

Por Alejandro Wall*

Rompió su nota y echó los papeles al tacho de basura. Agarró el saco que estaba colgado de la silla, caminó hacia la puerta y gritó mirando hacia atrás que cerraran como pudieran el número de El Gráfico. Constancio Vigil (h) le había pedido una nota con declaraciones de Alvaro Alsogaray, entonces ministro de Economía, sobre el Superclásico jugado el fin de semana. Dante Panzeri, director de la revista desde hacía tres años, se negó. Su comentario tampoco saldría al lado de las palabras del funcionario. Era 1962. Sólo pidió el deseo de hacer la tapa de la edición siguiente. Se lo concedieron: la hizo con Antonio Báez, un jugador de Platense y River que se había retirado una década atrás y nunca había salido en esa portada. Panzeri, de cuya muerte se cumplen mañana 35 años, se despidió de la revista haciendo justicia con un crack olvidado.

El episodio lo relata el escritor Matías Bauso en la introducción biográfica de Dirigentes, decencia y wines, la antología de la obra periodística de Panzeri que acaba de publicar. Esas tres cosas eran las que le faltaban al fútbol, decía el periodista “más mencionado y parafraseado de nuestro medio”, como lo describe Gonzalo Bonadeo. Y concluye: “Obsesivo, contundente, ácido, genial, exponente único de un imprescindible realismo escéptico, Panzeri no fue para muchos que lo convivieron el mejor, sino el único”. 

Bauso hizo un admirable trabajo de hormiga para rescatar un tesoro escondido y seleccionar las joyas más sobresalientes. Hace un cálculo: en 40 años, Panzeri realizó unas 15 mil notas entre artículos de diarios y revistas y participaciones en radio y televisión. La mayoría del material, explica, se encontraba en la biblioteca de Quilmes de Mar del Plata que lleva el nombre del periodista. Bauso no sólo recopila sus notas, también transcribe una columna en el noticiero de Canal 11, sus respuestas al correo de lectores de El Gráfico, y hasta arma un diccionario panzeriano.

Aunque Panzeri publicó dos libros –imprescindibles ambos– que se reeditaron el año pasado, Fútbol. Dinámica de lo impensado (Capitán Swing) y Burguesía y Gangsterismo en el Deporte (Capital Intelectual), la obra periodística muestra su estilo de francotirador con la mirilla puesta en el poder. Defensor de un fútbol bien jugado –el fútbol como juego–, crítico de los entrenadores y de los apologistas del resultado, Panzeri, como dice Bauso, tuvo siempre de enemigos a pesos pesado del deporte y el periodismo.

Después de su paso por El Gráfico, Panzeri escribió en Así, Crónica y El Día (es memorable su nota-explicación Por qué escribo en Así, una publicación sensacionalista que se consideraba lejana a su estilo), además de participar en radio y televisión. Bauso sostiene que el mejor Panzeri, sin embargo, puede leerse en sus dos años en La Opinión. Hay que agregar sus columnas en Satiricón, ácidas y provocadoras, editadas con ingenio y gracia desde el título y la bajada.

Son reveladores los apuntes de Panzeri sobre su charla de 150 minutos con Carlos Lacoste, el marino que la dictadura había puesto al frente del Mundial 78. “El Mundial se hace por necesidad POLÍTICA. Y parte de dos consignas-objetivos a extirpar: la guerrilla y el sindicalismo”, anotó Panzeri según le confiesa el militar. “La única figura pública relacionada con el deporte y el periodismo que se opuso a la realización del Mundial 78”, dice Bauso, que también publica una nota inédita de Panzeri sobre el tema.

Panzeri, que nació en Rosario, murió un mes y medio antes del Mundial, el 14 de abril de 1978. Tenía 56 años. A su velorio fueron pocas personas del mundo del fútbol y el periodismo. Estuvieron su familia, algunos colegas y amigos de otros ámbitos. “Los fastos oficiales, las necrológicas laudatorias y las multitudes son para los muertos consagrados e inofensivos”, escribe Bauso. “Panzeri murió como debía: sin apoyos, relegado, sumido en la oscuridad y la incomprensión. Uno de los precios por no ceder, por ser fiel a sí mismo hasta el final”.

 

*Nota publicada en El Gráfico Diario

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