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24-04-2013 17:43

Otra vez la violencia le ganó al fútbol *

* Por Alejandro Fernández, periodista de Vicuña Mackenna.
El \"patriota\" escribió las páginas más gloriosas de su historia en el TdI 2013.

No alcanzaría con una página, si tuviera que escribir todo lo que ocurrió el domingo 21 de abril en el estadio Parque Centenario del Club San Martín.

Con muchísima expectativa y ansiedad, jugadores, cuerpo técnico y toda la comunidad futbolera de Vicuña Mackenna (hinchas o no de San Martín) esperaban el día D para ir a la cancha a alentar a los “Gladiadores Celestes” que dirigía Roberto “La Tota” Mainguyague (ya no es más el técnico). Todos los medios locales, regionales y provinciales repetían la misma frase, “San Martín está haciendo Historia...”. Pero los jugadores y la “Tota” no se conformaban con la excelente campaña que habían realizado hasta el domingo en el Torneo del Interior. ¡Iban por más! Redoblaban la apuesta. Y aunque habían perdido por dos a uno en el primer partido disputado en General Alvear, sabían que podían ganar de local, dar vuelta el resultado global y seguir escribiendo las páginas más gloriosas de la institución “Patriota”.

Estaban convencidos que lo podían ganar. Porque Andes Fútbol Club -apodado “los Crotos”- había sido el rival menos complicado -futbolísticamente hablando- que le había tocado enfrentar. En Mendoza, San Martín perdió, pero fue más que Andes, lo pudo haber ganado o al menos empatado. Por eso la confianza y el optimismo de todos quienes estuvimos en la cancha de “Los Crotos”, era que se podía.

Y todo estaba saliendo como se esperaba. Estaba ganando el “Celeste” con claridad dos a cero (Francisco Castro a los 10’ del primer tiempo y Maxi Comba a los 21’ del complemento) y a un minuto de pasar a una de las dos finales de la Zona 3 para seguir soñando con ascender al Argentino B.

Un minuto para que la tarde del domingo fuera “Celestial”. Pero claro, ellos –los Crotos- habían venido a buscar la clasificación fuera como fuera. Por eso pasó lo que pasó. Iban 44’ del segundo tiempo cuando comienza la locura del equipo mendocino.

El nueve -Marcos Lucero- le pega una piña a Ramiro Elia que cae al suelo. El árbitro Altamirano (de Tilisarao, San Luis), principal culpable de la derrota de San Martín, lo expulsa a Lucero. Fue entonces cuando el vandalismo del equipo de Alvear entró en acción. El sujeto del que todos hablan integraba la delegación de Andes pero no pertenecía al cuerpo técnico, por eso no podía estar dentro de la cancha. Ya había sido expulsado apenas comenzado el encuentro por las barbaridades que le gritaba al árbitro. Entonces era de esperar que ante esta situación, (la expulsión de Lucero) entrara nuevamente al campo de juego sin preguntarle a nedie. Así lo hizo y fue a buscar a Ramiro (Elía), pegándole a quien se le cruzaba. Nadie lo paraba y con una total cobardía le pateó la cabeza y la espalda al jugador de San Martín que estaba en el suelo, mientras no paraba de insultar de la peor manera al árbitro que no sabía qué hacer.

Altamirano no hizo lo que tendría que haber hecho: detener el partido. Porque el sujeto que fue a agredir y dañar la integridad física de Ramiro, no podía estar en la cancha. Era la misma situación que si uno de la tribuna hubiera ingresado a golpear a un jugador.

Lo que siguió después está de más recordarlo. En el tiempo adicionadoo Andes descontó -ante un San Martín destruido anímicamente por lo que había ocurrido- y después se impuso en los penales. Ramiro Elía -con cortes en el rostro y traumatismo de cráneo- estuvo internado en sala de Terapia Intensiva del Hospital San Antonio de Padua de la ciudad de Río Cuarto.

Una historia “Celeste” que todos esperábamos que terminara con un final feliz pero fue truncada por vándalos que -cuando son vencidos por quienes apuestan al buen juego- generan incidentes. Lamentablemente, otra vez la locura y la violencia le ganaron al fútbol.