Setenta y ocho mil personas concurrieron al mismo templo para declarar su devoción por los colores azul y blanco. “Mario Alberto Kempes” es el santo del fútbol que le dio el nombre al punto de encuentro y un océano de pasión desbordó en dos noches las calles de Córdoba para encontrar la bendición.
Un protagonista en el “verde césped” cumplía con lo que la “universidad del tablón” denomina: “El fútbol siempre da revancha”.
Muletilla que se utiliza casi siempre ante la derrota deportiva, pero que muy pocos consideran para valorar tesón y persistencia para lograr los objetivos. En otros términos, pese a todas las adversidades, mantenerse vivo para hacer realidad los sueños.
Cultor de perfil bajo, hace más grande lo que Gastón Ezequiel Bottino, el “flaco” de Las Higueras, consiguió junto con la “T” en esas noches de gloria.
El lunes 6 de mayo de 2013, el Club Atlético Talleres de Córdoba derrotó a Club San Jorge de Tucumán para ser campeón del Argentino A y retornar a la Primera B Nacional. El segundo capítulo, la noche del jueves 8 de mayo de 2013, cuando desde el punto penal dejaron en el camino a Sportivo Belgrano de San Francisco y quedar entre los 16 mejores equipos de esta competencia federal.
Bottino sabe de ascensos, sacrificios y protagonismo, pero en ninguno de los casos fue portador de una bandera de individualismo, siempre resaltó el grupo. Lo hizo con Centro Social Las Higueras, lo repitió en Asociación Atlética Estudiantes, reincidió con Guillermo Brown de Puerto Madryn y vivió su noche de gloria con “El Matador” de Córdoba.
El estadio “Mario Alberto Kempes” ya comenzaba a quedar vacío. Atrás habían quedado la noche de las 60 mil almas del ascenso y las más de 18 mil que estuvieron en el partido ante Sportivo Belgrano.
Era tiempo de diálogo y análisis. Ese llegó junto con “Al Toque Deportes”, mientras espera cumplir el contrato con la “T” y después “ver que nos depara nuestra carrera”, como él mismo ejemplifica.
- Usted hizo inferiores en Talleres, ¿cuándo se debió marchar cual fue su sentimiento?
- Era chico, me sentí frustrado, pero tengo una familia gigante que me ayudó a seguir adelante, armé el bolso y me fui por la puerta de atrás.
- Entonces, esta realidad, ¿la considera una revancha que le dio el fútbol o una oportunidad no desperdiciada que le dio la vida como futbolista?
- Si, lo tomé como una revancha, pero para bien, quería demostrar que podía jugar en este club y que había quedado algo pendiente.
- Y ahora, ¿qué se siente ser campeón del equipo que uno es hincha desde niño?
- Ser campeón es importante para un jugador, en este caso es especial porque era un desafio personal por mi paso en las inferiores del club.
- ¿Fue el ascenso más importante en su carrera futbolística?
- Todos han sido importantes, sin duda por el marco de público este fue diferente.
- ¿Por qué tuvo ese sabor distinto?
- Distinto porque volví al club donde había iniciado mi carrera profesional.
- ¿Cuáles fueron las bondades de este grupo que armo el técnico Arnaldo Sialle?
- Mas allá de lo futbolístico somos un grupo humano muy unido, que tenía como objetivo claro ascender, luchamos mucho para conseguirlo y ante la adversidad nos hicimos más fuertes.
- ¿Se sintió siempre parte del equipo o el no ser titular en algunos partidos lo llevó a tener algunos bajones?
- Los 30 jugadores somos parte del equipo; el fútbol tiene estas cosas, uno tiene que apoyar de donde le toque, el balance es muy positivo por la cantidad de partidos que me tocó jugar.
- Cuando llegaron las críticas al equipo, ¿dónde nació la fortaleza?
- El objetivo del equipo era claro y nunca nos dejamos llevar por las críticas, en estos momentos el grupo está más unido que nunca.
- La meta era ser campeón, ¿cuándo se juramentaron que era posible?
- Desde que llegué nuestra meta era ascender. En la recta final, el partido con Maipú en Mendoza marcó el camino.
- Su contrato finaliza en junio, ¿seguirá en Talleres?
- Es muy prematuro hablar de eso. Los clubes están en competencia y me gustaría quedarme. Es algo para analizar más adelante.
- ¿Qué diferencia hay entre el Torneo Argentino A y la B Nacional?, ya que usted jugó en las dos divisionales
- No sé si tienen diferencias, el Argentino A es un poco más luchado, más trabado. En el Nacional B tenés un poco más de espacio y es más pensado.
- El fútbol de Río Cuarto y región, ¿considera que está lejos de estos dos niveles?
- No está pasando por su mejor momento, pero hay clubes con jerarquía que pueden jugar tranquilamente. Hoy en día es difícil para los dirigentes mantenerse en estas divisionales, es valorable el sacrificio de cada uno.
- Una vez más fue el gran protagonista en la final, como le sucedió en Centro Social, Estudiantes y Brown, ¿cuál fue el sentimiento de esa noche en en Kempes?
- Mucha alegría, es el sacrificio de todo el año de trabajo para esto. Cuando las cosas salen como uno quiere es porque las está haciendo bien.
- ¿Se puede comparar con alguna de las anteriores?
- Reitero, el marco de público lo hace diferente, este club merece estar más arriba, espero que este sea el punto de partida.
- ¿Cómo definiría el acompañamiento de los simpatizantes de Talleres?
- El público es espectacular, nunca te sentís visitante, te siguen a todos lados, excelente.
- No fue sencillo dejar en el camino a Sportivo Belgrano en la Copa Argentina.
- Fue otra de las tantas finales y la jugamos como tal. Sportivo es un equipo que siempre nos complicó, por momentos se sintió el cansancio del lunes pero supimos controlarlo y definir el resultado en los penales. Ahora esperamos seguir avanzando.
Se despidió, en el final quedó tiempo para recordar a muchos riocuartenses, a Juan Tévez, su “compadre futbolístico” en Brown, quien marcó el gol que mantuvo al equipo sureño en el Argentino A y marcó el descenso de Alumni, y siguió con su bohonomía de persona. El fútbol, como la vida, le dio revancha al “Flaco” de Las Higueras.
Carlos Alberto Valduvino
Foto: www.diaadia.com.ar