Por Carlos Alberto Valduvino.
Para los escritores encerrar en un cuento de fútbol valores humanos, pasión de tribuna, darle al protagonista la posibilidad de obtener el primer logro deportivo “grande”, y si es en “rodeo ajeno” mucho mejor, es conseguir casi la perfección en una narración de ficción.
Si a ello podemos sumarle contexto, con día de invierno, caída de nevisca durante algunas horas del día, comenzar el partido con luz solar, terminarlo con iluminación artificial y una temperatura ambiente de unos pocos grados sobre cero con sensación térmica producto del intenso viento.
A esto sumemos que si leemos un cuento de fútbol es seguro que no encontraremos en el relato un arquero que tiene su cabello “colorado”. Si esa ficción se transforma en realidad, la maravillosa pasión que despierta el fútbol se transforma en un sentimiento que desborda pasión y reconocimiento.
Rápidamente a la memoria se viene el “colorado” Torres en Banda Norte, el “Colorado” Suárez en Belgrano y Boca, pero, en la realidad y la ficción es difícil encontrar que el “Uno” es el “Colorado”.
Facundo Gentile se perfilaba como uno de los muy buenos arquero que tenía la cantera de Estudiantes pero una de esas cuestiones de “cábalas” hicieron que el “colo” desapareciera del club.
El 21 de julio de 2013 quedará en la historia del fútbol riocuartense. No sólo porque Atlético Sampacho se adjudicó por primera vez un titulo de campeón en la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto, sino porque además el “El Colorado el Uno” hizo saltar la banca en General Cabrera.
El calor humano superó la temperatura ambiente, la realidad derrotó a la ficción y para los que en el fútbol utilizan las “cábalas” para justificar realidades más que el trabajo que realizan en la semana y la verborragia “vende humo” por sobre valores humanos y deportivos de un futbolista, Alejandro Miloch es para quien esto escribe la figura de esta final.
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Redacción Al Toque