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Desde que se convirtió en un efecto popular el deporte siempre fue utilizado con fines proselitistas. Pero desde hace unos años ha emergido en el ambiente político la utilización de deportistas profesionales. En las Primeras Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) se presentan el ex tenista Agustín Calleri, el ex árbitro Héctor Baldassi y el ex futbolista Carlos Mc Allister.
Que el deporte arrastra a las masas no hay dudas y desde que se popularizó los políticos optaron por utilizarlo como una estrategia para llegar al corazón de ese pueblo que le da vida en los actos electorales.
La vinculación entre política y deporte siempre existió. El 26 de junio de 1904, Julio Argentino Roca se convirtió en el primer presidente argentino que asistió a un partido de fútbol al observar Alumni y Southampton de Inglaterra. Dos años después el presidente José Figueroa Alcorta invadió el campo de juego, junto a cientos de personas, cuando Alfredo Brown anotó el tanto de la victoria de Argentina ante el combinado de Sudáfrica. Esto hecho lo llevó a reflexionar, mucho tiempo después, al escritor Osvaldo Soriano: “Figueroa Alcorta con su actitud marcó la primera vez que un presidente de la nación usaba al fútbol para acercarse al pueblo”.
Marcelo T. de Alvear fue denominado por el periodista Ariel Scher como el sportsman argentino. Tanto como cuando fue Presidente de la Nación (1922 – 1928) y antes de tener una vida activa en la política, Alvear tuvo un fuerte arraigo por el deporte. Ni hablar de Juan Domingo Perón que practicó esgrima y boxeo en el Ejército. Además, en sus mandatos presidenciales impulsó la actividad deportiva hasta un lugar ese momento insólito. Con el peronismo el deporte pasó a transformarse en cuestión de Estado y la Argentina vivió una verdadera fiesta deportiva.
Cuatro décadas después el peronista neoliberal Carlos Menem aprovechó del status que otorga el deporte y lo utilizó como una importante vidriera para sus anhelos de poder. En la década del noventa el deporte ocupó un lugar central en la agenda mediática y se convirtió en un producto de consumo masivo que construyó fuertes lazos de identidad. Menem salía a una cancha de fútbol con Diego Maradona, compartía un picado con el legendario Bobby Charlton, jugaba básquetbol en el Luna Park y tenis con Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini.
En el ámbito internacional este aspecto tampoco pasó desapercibido. En los Estados Unidos quedó perpetua la imagen de Bill Clinton y Al Gore lanzándose una pelota de fútbol americano en la campaña presidencial de 1992 que les permitió llegar al poder. Por esa misma época el primer ministro británico John Major se dejaba ver en el estadio de críquet Lord’s o Stamord Bridge, el campo de juego del Chelsea, uno de los elencos futbolísticos más populares y prestigiosos de Londres1.
Hasta acá políticos que utilizan al deporte con diversos fines, principalmente proselitistas. Pero en los últimos años una nueva tendencia se empezó a consolidar: deportistas profesionales transformados en políticos. Lo que los caracteriza a cada uno de ellos es que exponen su figura ante el voto popular a diferencia de aquellos deportistas que han cumplido – algunos todavía cumplen – tareas en un área determinada por disposición del gobernante de turno.
A estos deportistas lanzados al mundo proselitista muchos los denominan los nuevos actores de una nueva política. Pero es significativo remarcar que la mayoría de ellos son complementos de dirigentes políticos que desde hace mucho tiempo están inmersos en la actividad.
Uno de los que inauguró este estilo en la Argentina fue el santafesino Carlos Reutemann. El ex piloto de automovilismo fue dos veces gobernador de la provincia de Santa Fe (1991-1995 / 1999-2003) y tres veces senador nacional, cargo que ejerce en la actualidad. Otro deportista que se sumó a la política tras abandonar la política fue el correntino Carlos Espínola. El regatista, que cosechó cuatro medallas olímpicas, es desde el 2009 el intendente de la ciudad de Corrientes y aspira a transformarse en gobernador de su provincia.
En el extranjero también se han suscitado este tipo de casos. El más emblemático es el del brasileño Romario. Actualmente, el ex astro futbolístico es diputado del Partido Socialista en el estado de Río de Janeiro y desde su lugar en el Parlamento ha luchado por temas de interés público como es el caso de la exigencia de un mayor control de los gastos para la realización del Mundial Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
El que no corrió con la misma suerte es el ex atleta estadounidense y múltiple campeón Carl Lewis. El nueve veces campeón olímpico lanzó candidatura de senador en Nueva Jersey por el Partido Demócrata pero no fue aceptado por no cumplir con los requisitos de residencia.
Quieren dar un PASO
La tendencia de deportistas políticos se ha manifestado para las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Las PASO que se realizarán el domingo 11 de agosto son el primer escalón que definirá los candidatos que se enfrentarán en la contienda legislativa de 2013 y en ella aparecen como figuras destacadas personajes del ambiente deportivo. En la provincia de Córdoba competirán el ex tenista Agustín Calleri y el ex árbitro Héctor Baldassi. Mientras que en La Pampa se presenta el ex futbolista Carlos Mc Allister.
Calleri, que actualmente cumple funciones en la Agencia Córdoba Deportes, irá en el cuarto lugar de la lista de Unión por Córdoba que tiene como líder político al gobernador José Manuel De la Sota y presentará a Juan Schiaretti en el puesto número uno de la boleta. En tanto que con el lema “Metamos un cambio”, Baldassi se presenta como precandidato a diputado en la lista del PRO, partido creado y liderado por Mauricio Macri.
Por su parte, Mc Allister, que desde que dejó el fútbol se dedica a representar jugadores y el año pasado fue investigado por AFIP por dudosas maniobras en las transferencias futbolísticas, se puso el traje de candidato político representando al PRO en la provincia pampeana. El “Colo” que ocupa el primer lugar de la lista Propuesta Federal lanzó sus afiches de campaña con una foto suya con la casaca de la Selección Argentina, con la que jugó apenas tres encuentros.
Otro de los candidatos que tuvo un paso por el deporte, pero sin las luces encandilantes de la fama, fue Itai Hagman. El líder de Marea Popular, agrupación que se unió a Buenos Aires Para Todos – encabezada por Claudio Lozano – para dar lugar a la organización progresista Camino Popular con vista a las elecciones en Capital Federal, jugó al fútbol vistiendo la camiseta de All Boys y otros clubes de Buenos Aires. En las actividades de campaña, Hagman y Lozano jugaron un partido de fútbol – tenis en Palermo con el slogan “Nos jugamos por otra ciudad”.
Redacción Al Toque
Gráfico: Al Toque
Notas:
1.- Fútbol contra el enemigo (Simon Kuper)