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Hace exactamente 38 años fallecía, en un accidente automovilístico, Humberto Julio Mugnaini. Como intendente o directivo de una institución deportiva, dejó una marca indeleble en la ciudad. Su capacidad de gestión se centralizó en construir un Río Cuarto inclusivo. Apasionado del deporte también lo utilizó para transformar la sociedad en la que habitaba. Desde Al Toque le brindamos este pequeño homenaje.
La significancia del recurso fotográfico es indiscutible. Además de vencer al tiempo y transformarse en perpetua, la imagen permite comprender íntegramente el por qué de las cosas. Fue un retrato periodístico el que provocó el impulso para la concreción de este artículo.
La fotografía que sirvió de disparador fue tomada el 23 de junio de 1966 y publicada por la revista Así. El lugar en donde se realizó es el mítico Madison Square Garden de Nueva York y los protagonistas son dos argentinos. El primero acababa de ganarle al canadiense George Chuvalo y comenzaba a posicionarse como uno de los mejores exponentes en la categoría pesado del pugilismo mundial. El segundo, un aficionado al boxeo desde siempre, formaba parte de la delegación que la Federación Argentina de Boxeo había enviado a Estados Unidos para acompañar al boxeador. Ellos son Oscar “Ringo” Bonavena y Humberto Julio Mugnaini. A ambos se los ve felices y con la bandera argentina que los acompaña.
Es esa imagen en blanco y negro la que pinta de cuerpo entero a uno de los riocuartenses que más influencia ha tenido en el deporte y la política. Cuenta el historiador Omar Isaguirre que Humberto Mugnaini nunca entremezcló su accionar de dirigente deportivo con su función política. Cuando dirigió los destinos de Río Cuarto, desde su cargo de intendente, consideró que no era considerable formar parte de la comisión directiva de una institución y a la vez tener un cargo público. Pero esta coherente postura no tan usual en estos tiempos no influyó en su capacidad de gestión a tal punto que ha sido uno de los referentes políticos que le otorgó a la ciudad una significativa impronta deportiva.
Nacido el 12 de enero de 1916, creció y se desarrolló en Río Cuarto, la ciudad en la que consolidaría su actividad profesional y social. Pero fue en Córdoba, mientras cursaba la carrera de medicina, en donde comenzaría a desplegar su camino que tendría al deporte como un elemento preponderante.
En la ciudad capitalina estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, en donde se graduó de médico especialista en Ginecología y Obstetricia y en el Club Atlético Universitario practicó fútbol y boxeo. Fue en ese lugar en donde comenzó a dilatar su capacidad profesional y donde adquirió el perfil de dirigente social. Entre 1940 y 1943 – año en el que se recibió – formó parte de la comisión directiva de Universitario.
Su participación en el ámbito deportivo en Río Cuarto lo comenzaría a tener con el club de sus amores: Sportivo y Bibliotecas Atenas. Entre 1948 y 1950 fue vocal durante el mandato presidencial de Ovidio Bruno Hermida. En su primera participación tuvo un breve período aunque más tarde regresaría a realizar funciones en la entidad de Avenida Marconi. Pero en paralelo con su participación deportiva, la política empezaba a formar una parte activa de su cotidiano. Fue en 1946 cuando se afilió al peronismo.
Luego de su paso por el albo se sumó a Sportivo Municipal en donde llegó a ser presidente de la institución entre 1951 y 1952. En esa misma época, también fue directivo de la Federación Atlética Riocuartense a la que presidió en 1955.
Fue en la década del sesenta cuando comenzó a tener una presencia más fuerte en el ámbito deportivo y fue con Sportivo Atenas y el boxeo en donde materializó su accionar. Siendo vicepresidente del radical Jaime Gil (1965-1966), tuvo una fuerte injerencia en las decisiones futbolísticas del albo.
Omar Isaguirre es el encargado de rememorar la anécdota que tiene como protagonista a Miguel Ángel Serra, el futbolista que quedó para siempre en la historia de Atenas. “El día que el doctor Miguel Ángel Serra llegó al Sanatorio Argentino para trabajar, la memoria futbolera del ‘Gringo’ actuó de inmediato: ¿Dígame doctor, usted no es el Serra que jugó en los ‘poetas del césped’. A lo que Serra respondió: ‘Sí, soy yo, pero ya estoy retirado de las canchas’. Pero Mugnaini no quedó allí: ‘Ah sí, bueno… prepárese que lo voy presentar para que juegue en Atenas’. A las horas el gran Miguel Serra estaba fichando para Sportivo Atenas y se aprestaba a debutar en el equipo que jugaba el Torneo Zonal’.
Pero su presencia no sólo era para resolver cuestiones futbolísticas, también era el médico oficial del equipo. Era habitual verlo con su chaqueta blanca junto al director técnico en cada uno de los encuentros en los que jugaba Sportivo Atenas.
Su vínculo con el boxeo riocuartense comenzó en 1953 cuando se sumó a la Dirección Municipal de Boxeo para ser médico ad honorem. Ahí comenzaría su relación con la actividad deportiva en la que tendría una importante influencia. En 1967 se transformó en presidente de la Comisión Municipal y en su gestión le dio un gran impulso a la disciplina que por esos momentos contaba con muchos adeptos.
En esa etapa logró concretar uno de sus sueños: la creación de la Casa del Boxeador. El lugar tuvo como objetivo contener socialmente a los diversos boxeadores que muchas veces quedaban a la deriva luego de abandonar la profesión. Lamentablemente su proyecto no pudo mantenerse en el tiempo y se disolvió.
Durante ese período mantuvo una estrecha relación con la Federación Argentina de Boxeo en donde tuvo un rol muy activo como jurado en los diversos combates que se realizaban en distintos puntos del país. Pero, además, Humberto Mugnaini tenía la capacidad de sumar voluntades que se encolumnaban detrás de su proceso. Son los casos de Arnaldo Isaguirre, a quien lo llevó como secretario de la Comisión Municipal de Boxeo y se quedó por quince años, y el del pediatra Juan Támaro, quien sin conocer de boxeo cumplió el rol de presidente, jurado y médico de boxeadores.
Fue presidente de la Comisión Municipal de Boxeo hasta 1973, año en el que logró ser electo intendente de Río Cuarto. Representando al Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), obtuvo 22.682 votos y pudo llegar al gobierno tras la anulación de las elecciones de 1962, en donde también había obtenido la victoria.
Al frente del municipio Mugnaini hizo, entre otras acciones, una importante apertura en su gestión al preocuparse por los problemas sociales y habitacionales de la población. Pero tampoco descuidó la práctica deportiva. Cuenta Omar Isaguirre que en su rol de intendente fue factor decisivo en la gestión de la sede Río Cuarto para las finales del Campeonato Argentino de Fútbol “Copa Adrián Becar Varela” de 1973, junto al senador nacional Fernando Hugo Mauhum y el presidente de la Liga Regional de Río Cuarto, Pedro Argentino Mendé. Jugar en el estadio de Sportivo y Biblioteca Atenas le permitió a la Selección de la Liga Regional contar con el público a favor y lograr el título del prestigioso torneo.
Apasionado del fútbol, cuando era intendente viajó al Mundial Alemania 1974. Pero no pudo disfrutar mucho del evento ecuménico porque tuvo regresar repentinamente al país por la muerte del presidente Juan Domingo Perón (1 de julio de 1974). Peronista de alma, antes de regresar a Río Cuarto dijo presente en la sepultura del general.
En las primeras horas del 26 de enero de 1975 la muerte lo sorprendió a causa de un fatal accidente automovilístico en cercanías a Dalmacio Vélez Sarsfield. Por primera y única vez hasta la actualidad la muerte le arrebataba un intendente a la ciudad de Río Cuarto, en pleno ejercicio de su mandato. Y la ciudadanía lo sintió fuertemente. Miles se manifestaron al frente del Palacio Municipal para presenciar el velatorio y cientos de automóviles lo cortejaron en la sepultura.
Las imágenes de su despedida hablan por sí solas y denotan lo que fue Humberto Julio Mugnaini, un dirigente que apostó al crecimiento de su ciudad. Su legado sigue intacto y su nombre, que actualmente identifica a una importante avenida, a la pileta municipal (que él mismo construyó) y hasta a un puente, por siempre permanecerá intacto tanto en la política como el deporte de Río Cuarto.
Redacción Al Toque
* Artículo publicado en Revista Contragolpe de diciembre de 2013.