Hoy los hinchas se pasan el tiempo discutiendo si Atenas o Estudiantes lleva más gente a la cancha en cada una de sus presentaciones del Torneo Argentino B. Discusión vana si las hay, pero pasan, inútilmente, pujando por ese “honor”. Es seguro que aquellos que supieron vivenciar los tiempos de gloria del fútbol riocuartense no le dedicarían ni un minuto, ni un segundo, a esa “puja” sin sentido. Pues, tenían cosas más importantes por las que cotejar en las mesas de café. En las antesalas de los partidos, contaban los días. Soñaban despiertos. Es que Estudiantes, mejor dicho el fútbol de Río Cuarto y la región enfundado de “celeste”, estaba a sólo pasos de marcar un antes y un después, una ruptura conceptual.
El equipo riocuartense, un día como hoy pero hace 26 años atrás, empezaba a transitar el camino a la gloria. Un día como hoy, pero de 1983, Héctor Gómez, Jorge Santecchia y Luis Ludueña le regalaban a la historia del fútbol nuestro uno de los mejores y más recordados hitos deportivos (también figura la consagración de la selección riocuartense en el Argentino del ‘73). Estudiantes vencía al poderoso Belgrano de Córdoba en la final del recordado regional del ’83.
El triunfo tenía un valor no imaginado en ese momento: Estudiantes jugaría el Campeonato Nacional de AFA, tan lejano, tan cercano.
Aquél momento parece que fue ayer. De hecho, algunas imágenes están muy presentes en las retinas de los que la vivieron, la disfrutaron, la que no olvidarán.
En su imaginario, algunos ven pasar la interminable caravana de autos por la ruta que conduce a la “docta”, de la paradas en Gigena, en Almafuerte, de los conciertos a la vera del trazado asfáltico; otros todavía se regocijan de la camiseta de Talleres del “hacha” debajo de la “celeste” de Estudiantes tras el festejo de gol de su autoría (Ludueña ha sido una gloria de Talleres); el emotivo y sentido relato de un riocuartense presente en una gesta bien del “Imperio”: Osvaldo Wehbe; el asombro y la incredulidad de los “piratas”; el Chateau Carreras desbordante…todas postales de gloria. Postales que fueron forjadas desde la idoneidad de Luis Landaburu, Walter Gómez, Juan Domingo Sánchez, Omar Carranza, Jorge Burki (Ricardo Acevedo), Luis Ludueña, Ramón Silva, Jorge Santecchia, Héctor Gómez, Héctor Pitarch y Edgardo Funes (Viano), Rubén Ferrari, Horacio Rodríguez, Aldo Haseney, Roberto Hugo Aguilar, Iván Cortez, Pascual Chavero, Dardo Puchetta y Juan C. Prycodko; y la capacidad conductiva de Miguel Ponce.
Gracias a todos ellos y un grupo de dirigentes a la altura de las circunstancias, Río Cuarto conoció la superficie futbolística. En la actualidad, pese al esfuerzo denodado de las instituciones de la ciudad y sus directivos, se sigue naufragando por las profundidades del subsuelo (cuarto estamento del fútbol argentino). Pero un día como hoy en el que se cumplen 26 años de que Río Cuarto logró dar el salto de calidad es inevitable no rememorar tiempos que, lamentablemente, no volverán…al menos en un corto plazo.
Datos de aquél triunfo 3-1 sobre Belgrano
Así formó Estudiantes: Luis Landaburu, Walter Gómez, Juan Domingo Sánchez, Omar Carranza, Jorge Burki (Ricardo Acevedo), Luis Ludueña, Ramón Silva, Jorge Santecchia, Héctor Gómez, Héctor Pitarch y Edgardo Funes (Viano), y la capacidad conductiva de Miguel Ponce. DT Miguel Ponce.
Suplentes: Rubén Ferrari, Horacio Rodríguez, Aldo Haseney.
Goles: H. Gómez, J. Santecchia y L. Ludueña.
Completaron el plantel: Roberto Hugo Aguilar, Iván Cortez, Pascual Chavero, Dardo Puchetta y Juan C. Prycodko
Gentileza datos y foto: Marcelo López Tobares
Redacción Al Toque