Coopef es la Cooperativa de Profesores de Educación Física, el emprendimiento de cinco estudiantes del profesorado de la Universidad Nacional que decidieron juntarse y apuntalar una experiencia de trabajo autogestionado. Críticos de la actividad y su contexto, proponen una construcción alternativa como futuros profesionales. “Es mejor encender una vela que maldecir a la oscuridad”, afirman.
Sus historias personales, superficialmente, parecen coincidir con la de miles de jóvenes de su edad que elijen la Universidad Nacional de Río Cuarto para estudiar: vienen de diferentes puntos geográficos, optan por una carrera, se arman como grupo de estudio y de salidas. Sin embargo, en estos cinco estudiantes amigos del Profesorado en Educación Física el grupo de estudio diario y de guitarreadas de los jueves produjo una cooperativa de trabajo que pone en discusión (y en práctica) otra forma de ejercer la profesión. Coopef, Cooperativa de Profesores de Educación Física, el nombre asignado.
“A principios de 2014, viéndonos en el cuarto año de la carrera y próximos a intentar insertarnos en el mercado laboral, tuvimos la inquietud y el disconformismo de entrar al tradicional gimnasio o al tradicional sistema formal de escuela. Notamos ese disconformismo en muchas personas, pero decidimos dejar de quejarnos y hacer algo al respecto”, explica con respecto a las causas del emprendimiento Eloy Giordanino, oriundo de la localidad de Viamonte y con un entorno familiar ligado al cooperativismo. Federico Serra, de Las Higueras, añade en la misma línea: “Lo que nos llamó la atención y lo que nos despertaba esa inquietud de la cooperativa era romper con las decisiones verticalistas de, por ejemplo, un gimnasio en el que solamente una persona se lleva todo el lucro explotando a otro. En cuanto a las formas de trabajo queremos darle una mayor visibilidad a la educación física, que se generen nuevos puestos de trabajo, no en los lugares convencionales, sino en otros ámbitos en que no se tiene muy en cuenta y hacerlos visible”. Giordanino suma sobre el inicio del colectivo: “Cuando empezamos a charlar, nos dimos cuenta que teníamos objetivos en común y que había una necesidad que teníamos que solventar que es la creación de trabajo genuino para la educación física, una alternativa de trabajo genuino para la educación física, asique nos pusimos en marcha”.
En pleno proceso de formalización, la conformación afectiva del colectivo no llevó tiempo y tuvieron el apoyo de algunos profesores de la carrera para tomar tal forma y encarar el desafío de la autogestión. “Fueron muy buenas las repercusiones de muchos docentes y compañeros que tenemos en Educación Física”, explica Luis Ortega, en su acento norteño, proveniente de Libertador General San Martín o más conocido como Ledesma, en Jujuy. Ortega explica que el último Congreso Argentino de Educación Física en la universidad local a fines de mayo de 2014 les sirvió para hacerse conocer entre personas del ámbito, estando presentes con identificación, realizando el registro audiovisual de todas las jornadas y haciendo choripanes. “Por ahí se preguntaban qué hacíamos nosotros, pero en el transcurso de la semana se fueron enterando que estábamos ahí por la cooperativa. Algunos docentes sabían, le habíamos comentado en aquellas charlas de peña que hacíamos todos los jueves, pero terminaron de asentar eso cuando nos vieron laburando en esa semana”, cuenta Ortega y agrega: “Muchos compañeros preguntaron cómo se podían asociar y nosotros le comentábamos bien cómo iba siendo el proceso y que sí los íbamos a tener en cuenta en un futuro, pero que ahora era laburar a pulmón, sin sueldo, por convicción y eso no a todos les agrada”.
A Serra, Giordanino y Ortega se les suman Nicolás Paulucci y Giuliano Isoardi para completar el equipo de Coopef, representados en el logoisotipo con los colores del cooperativismo. Como estrategia de visibilización también invitan a entrar a su página de Facebook (tipeando “Coopef” en el buscador). Por otra parte, en su carácter de estudiantes llevaron a cabo las Prácticas Sociocomunitarias obligatorias en la Universidad Nacional y a la que ellos le ponen un gran compromiso, junto a otros futuros colegas, en las actividades que estimulan en la Casa del Sol, en el barrio Oncativo. “Lo que nosotros realizamos fue un proyecto dentro del cual somos 20 compañeros, todos de Educación Física, donde se realizan diferentes talleres: de fútbol; de actividades recreativas, como juegos, cánticos, hay un sector de danza; otro taller de vóley, de softbol, de rugby”, menciona Federico Serra, y explica los objetivos: “Lo que se trata de hacer principalmente es brindarles contención, de brindarles algo que a los chicos les falta, que no lo pueden tener dentro de su casa, dentro del barrio, siempre dentro de las posibilidades que nos da la educación física. El objetivo que se busca es que los chicos puedan conocer otra realidad: tenemos muchos compañeros que están trabajando en clubes, entonces lo que buscamos es prepararlos para que a fin de año organizar encuentros con, por ejemplo, Asociación Atlética Estudiantes, Urú Curé; siempre tratando de que los chicos puedan conocer otra realidad”.
En esta etapa de finalización de la carrera y de conformación cooperativa, el desafío parece centrarse en el qué hacer como colectivo autogestionado formal. Sin embargo, muestran seguridad y planificación con respecto al futuro. “Tenemos la idea de hacer un gran centro integral de actividad física. En una primera instancia, nuestro objetivo inmediato es instalar una sede donde podamos programar un entrenamiento funcional, con grupos reducidos, con horarios a convenir, pero estrictos. Intentar ser lo más profesional posible en cuanto al cuidado de la persona que irá a nuestro gimnasio. No verlo como un cliente sino reprogramar para verlo como un participante y uno más de nosotros dentro de esa cooperativa”, afirman, y amplían al respecto: “En cuanto a lo estratégico, intentamos en un futuro estar divididos en áreas: de nutrición, de kinesiología, de discapacidad, de ancianidad. Todo lo que podamos proveer en cuanto a mejorar la calidad de vida de la futura persona que vaya a nuestro establecimiento, ahí estaremos intentando investigar. Lo que sí, lo que hagamos lo vamos a hacer con la mayor responsabilidad posible”.
Además del compromiso social, la crítica sobre las condiciones laborales naturalizadas del profesor en Educación Física y el desafío constructivo de la cooperativa, los integrantes de Coopef nos cuentan cuál es su visión sobre el deporte y la educación física en el contexto social: “La educación física siempre ha respondido, como casi todo, al sistema en el que vivimos. En el principio del siglo pasado fue siempre una educación física de tinte militarista, higienicista. La educación física fue siempre un brazo articulador entre la sociedad y el sistema educativo formal y no formal”, historizan, añaden: “Después, lo que conocemos con el mercantilismo de los 90, se ha trastocado y hasta se ha prostituido el concepto de educación física: está siendo muy manoseado, si sos profesor de educación física o sos vago o sos cabeza de músculo, no tenés ninguna otra opción que trabajar en un gimnasio o en una escuela. Es decir, la educación física queda reducida a los ámbitos a lo que la reduce el sistema este en el que estamos inmersos”. También desarrollan qué debe ser la actividad para ellos: “La educación física debería comprender manifestaciones que crean un escenario propicio para que las personas pueda realizarse corporalmente. Nosotros sentimos al cuerpo no alejado de la mente. Intentaremos nosotros darle un tinte muchísimo más integral que el tradicional empleo del entrenamiento exigente o de alta competencia, donde en la mayoría de los casos siempre se despersonaliza al sujeto. Se lo ve como una cosa, se lo cosifica y se lo desprende de sentimientos”.
“Los dueños de los clubes ven a los jugadores en calidad de resultados, ven a los técnicos en calidad de resultados, como te ven en una fábrica. Si a vos te pasó algo el día anterior no importa, vos tenés que hacer tanta cantidad de tornillos hoy; si no los hacés, no me has servido”, ilustra Giordanino sobre su óptica y proponen: “Nosotros vemos al deporte desde esa faz mercantilista que queremos extirpar con lo que podemos hacer. Por lo menos, actuar responsablemente y hacer consciente al sujeto que nuestra relación es ya un vínculo afectuoso y no es un vínculo de cosificación”. Con esa visión crítica, pero con acción transformadora, se explayan: “Desde el primer año de la universidad nosotros siempre entramos a cátedras en donde nos dicen que el mundo está mal, que hay que cambiarlo, etc., etc.; pero sentimos que eso hay que hacerlo realidad. Nosotros lo llamamos hacerlo cuerpo”, y sobre Coopef explicitan: “Esto no es un sociedad de beneficencia, nosotros somos una empresa, solamente que no tenemos el carácter del feroz capitalismo que nos ciñe a conducirnos de manera hasta inconsciente en el mismo deporte. Queremos que este modelo se construya, se mejore y se replique. Que sea un modelo replicable, o sea que entusiasme al resto de la gente a hacer más cooperativas o a insertarse en la economía social como una alternativa fuerte dentro de una economía capitalista”.
Los flamantes estudiantes y cooperativistas cierran: “Nosotros siempre nos manejamos con un mensaje esperanzador, siempre creemos que es mejor encender una vela que maldecir a la oscuridad. Desde los subsuelos de los subsuelos estamos tratando de surgir con trabajo, con entusiasmo, con humildad y con honradez. Se puede”.
Gráfico: Al Toque
Redacción Al Toque