Interpretación de la consagración de Estudiantes frente a Atlético San Basilio en la final del Torneo Apertura de Primera División A.
La jerarquía de algunas individualidades y la contundencia fueron las claves del éxito de Estudiantes ante Atlético San Basilio en la final del Apertura de Primera A.
A lo largo de los 180 minutos, probablemente el “azul” haya sido quien tuvo mayor tenencia de balón pero eso no tradujo en merecimientos ni mucho menos goles. Goles que si marcaron Luis Di Santo y Adrián Colazo, quienes no por casualidad se ubicaron al tope de la tabla de romperedes del Torneo Apertura.
Estudiantes, que en San Basilio abrió la cuenta en el primer cuarto de hora y luego tuvo que soportar que el rival lo obligara a jugar sin la pelota y en su propio campo, también padeció el primer tiempo de la revancha -en ese lapso, Atlético niveló la serie-. Sólo que después, en dieciséis minutos de complemento, definió la historia a su favor y administró la ventaja hasta el pitazo final de Benítez.
Atlético San Basilio, que se armó para escapar de la lucha por la permanencia, estuvo a la altura de las circunstancias. La afirmación radica en que, durante la ida, el resultado estuvo lejos de lo que ambos plasmaron en cancha y, en la vuelta, jugó un primer tiempo más que interesante y casi pone la serie a su favor.
Pero Estudiantes no desaprovechó el nivel de algunas individualidades genuinas que, cuando la expresión colectiva no respondió, aparecieron para resolver con goles, en la ofensiva, y con orden, para aguantar los embates del rival. Porque en el trabajo de Gastón Garro y Elías Scoponi también se explica buena parte de esta coronación. Y porque no es casualidad que varios jugadores de la “supuesta” primera local cada vez tienen mayor participación en el plantel del Federal B.
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Redacción Al Toque