Por Carlos Cuello
“El amor no necesita ser entendido, solo necesita ser demostrado”. La frase corresponde a Paulo Coehlo y representa de la mejor manera el amor que una persona puede sentir por alguien, por algo o por un club. Mi amor por Centro Recreativo Unión es tan grande como el que tengo por mi hija, por mi familia y por el pueblo que me vio nacer. 20 de junio de 1918 se fundaba una entidad con el objetivo de recrear y contener a un pueblo chico, Lagunillas por entonces, una localidad que daba sus primeros pasos.
Bailes, partidas de naipes, bochas, frontón o sólo reuniones de amigos. Cuantos recuerdos, anécdotas y momentos vividos en la sede. De pequeño recuerdo las siestas en el club, cuando todavía no estaba el Polideportivo. Las previas, en ese momento no se conocían como tal, se hacían en el club, más de un fernet se tomó antes de “ir a la confitería”. Testigo de tómbolas, grandes bailes, de los primeros amores y de alguna borrachera. Cómo no voy a sentir amor. El 30 de agosto es la cita ineludible para todos los olaetenses, como peregrinos viajamos todos los años a la fiesta de nuestra patrona y siempre nos recibe nuestro club.
Tengo presente en mi memoria la vuelta en trafic, en la falda de papá, desde Charras con el triunfo más recordado por los olaetenses. Aquella victoria del equipo del Chiqui 4 a 3 sobre el clásico rival, el festejo interminable, la eterna fila de autos que esperaban a aquel equipo, que festejaban con el club de testigo. Como en toda entidad deportiva, no son todos logros. Las derrotas, calan hondo, pero siempre se cuentan los días en la semana para que sea domingo otra vez. El viaje mágico hacia donde juegue Unión. Siempre con la indumentaria y orgullosos decimos que somos de Unión de Olaeta, sí de Olaeta.
Recuerdo todavía, una mañana otoñal de 2007 cuando pasó el “negro” Alcoba y me dijo: “creo que vamos a volver a hacer fútbol” y meses después Olaeta volvía a tener los domingos de cancha, de colectivo en la puerta del club, de goles y de los sinsabores que te da este hermoso deporte. La desaparecida Liga Juárez Célman dio paso a la vuelta, tan ansiada, a la Liga Regional de Río Cuarto y el triunfo ante un grande como Talleres de Las Acequias.
Hoy el club es un orgullo para aquellos que trabajamos en él, que dejamos mucho por seguirlo domingo a domingo. La cancha, ubicada en el sector oeste del pueblo siempre bien cuidada, tan coqueta, humilde, pero coqueta al fin.
Unión cumple 98 años de amor incondicional. Entrando en la recta final para ser centenario. Aquí mi sencillo homenaje. ¡Salud Centro Recreativo Unión!.