Tenemos que hacer un proyecto y captar para los equipos de Río Cuarto las personas jóvenes más altas que haya en la región y darle la posibilidad de que jueguen en equipos de la ciudad”.
Ideas cómo estás discutimos, hablamos, consensuamos, pero, muy pocas veces con el eco necesario en las autoridades deportivas del estado para ponerla en práctica y que perduraran en el tiempo con Oscar Juan Auzmendi.
El “Gordo”, como afectuosamente dejó que nuestra relación fluyera, no le escapaba al debate de ideas. Es más. En muchas oportunidades colegas contemporáneos dejaron trascender que lo que Auzmendi proponía era para otros lugares, pero no para Río Cuarto.
Cuando entre 1988-1989 estuvo al frente del CEMBA ’90 (Comité Ejecutivo Mundial de Básquet ’90), sufrió las “jugadas políticas” de la época y terminó siendo desplazado por el “Pato” Galmarini, Secretario de Deportes de la Nación de aquella época.
Con dos palabras intentaré sintetizar su pensamiento: Teoría y Práctica. A cada acción desarrollada en el papel, se sucedía otra de igual forma en el terreno.
Contemporáneo de otros dos grandes dirigentes que tuvo el básquet de Río Cuarto como lo fueron Roberto Fabiani y Raúl Mengoni, “El gordo”, supo llevar adelante gestiones importantes para el básquet riocuartense, además de estar muy cerca de la selección de mayores que se consagró campeona derrotando a San Francisco.
Cómo enseñanza dejó su transparencia y honestidad. Cómo persona, fue de las que hacen y no dejan pasar la oportunidad. Cómo dirigente, entabló un proceso que hoy quienes están en la Asociación Riocuartense de Básquet deberían tomar como norte y no es otro que el de jerarquizar aún más la competencia interna.
Sentí la necesidad periodística de contar estas pequeñas cosas. Me quedan muchas otras, como el hermoso plan de captar jugadores por pesos y estatura. Otros más valiosos como establecer el rol del estado como nivelador de todo el proceso deportivo – institucional. Y varios más….
En sus 57 años, Oscar Auzmendi dejó un camino para la dirigencia riocuartense.
Ahora vendrán homenajes, recuerdos, pero lo más trascendente y para engrandecer la memoria del “gordo”, es que de una vez y para siempre se pueda implementar una política deportiva para Río Cuarto y región que desde hace mucho tiempo se está buscando, pero que aún, no se consigue.