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El 7 de agosto se conmemora el Día del Maratonista por que un día como hoy los atletas Juan Carlos Zabala (Los Ángeles 1932) y Delfo Cabrera (Londres 1948) lograron quedarse con la presa dorada en la madre de las competencias atléticas. El 18 de julio de 1954, Cabrera estuvo de visita en Río Cuarto. Compartimos el artículo que sale publicado en Revista Contragolpe Nº 29.
Río Cuarto se encuentra en el corazón de la Argentina. Esta posición geográfica resulta determinante para ubicarla como una de las ciudades más importantes del país. Aunque hoy esté alejado y marginado de la escena nacional, el Imperio se ha constituido a lo largo de su historia en una metrópolis de referencia. Y esto se refleja con la cantidad de buenos deportistas que han visitado la ciudad.
Como es el caso de Delfo Cabrera, el mejor atleta que dio el país. El campeón en los Juegos Olímpicos Londres 1948 y de los Juegos Panamericanos Buenos Aires 1950, visitó Río Cuarto en el marco del decimotercer aniversario del Club Sportivo Municipal.
El 18 de julio de 1954, la entidad de barrio Santa Rosa festejó su cumpleaños organizando una maratón de 10 kilómetros y tuvo como invitado de lujo a Delfo Cabrera. El atleta nacido en Armstrong, Santa Fe, llegó a la ciudad acompañando a los representantes de Ferro Carril Oeste que participaron en la maratón.
Aprovechando su estadía, Delfo Cabrera brindó una conferencia en el salón del Palacio Municipal. En la charla, que contó con buena presencia de público, habló de su especialidad y recordó diversas anécdotas a los presentes. Además, fue el encargado de realizar la orden de partida de la carrera que terminó ganando su pupilo Walter Lemos.
¿Quién fue Delfo Cabrera?
El corazón de la pampa vio nacer a una de sus grandes leyendas del atletismo nacional: Delfo Cabrera. El cuarto de seis hijos de un matrimonio humilde asentado en Armstrong, Santa Fe, nació el 2 de abril de 1919 y desde temprana edad comenzó a sentir pasión por el atletismo.
Cuando era adolescente regresaba corriendo a casa después de las largas jornadas. De esta manera su físico y carácter quedaron formados desde temprana edad, todo esto sumado a la inspiración por el triunfo de Juan Carlos Zabala en el maratón de Los Ángeles 1932.
Su mayor logro lo consiguió en la prueba de maratón, ganando una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Cuatro años después fue el abanderado de la delegación argentina en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. En 1950 fue ganador en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires 1950.
Nota publicada en Revista Contragolpe Nº 29