El pasado 16 de octubre, Hernán “pechuga” Fernández se retiró luego de 20 años de actividad profesional. Su último partido lo jugó con la camiseta de Centro Social de Las Higueras frente a Ateneo Vecinos. En una extensa charla, repasa su trayectoria futbolística.
El delantero, surgido en Deportivo Río Cuarto, le puso fin a su carrera después de dos décadas. A días del retiro, Hernán “pechuga” Fernández contó sus experiencias en los distintos equipos en los que jugó, todo lo que le enseñó el fútbol, sus mejores momentos, amistades y cómo se ve de cara al futuro.
En una charla íntima y emotiva, Al Toque Deportes descubre las distintas facetas del ex futbolista pasando por las diferentes etapas de su vida. Un repaso a través de todas las camisetas que vistió.
Sus comienzos
El ahora ex jugador, nacido el 22 de febrero de 1981, se remontó a sus inicios en el deporte y comentó cómo fue el momento de jugar en primera.
- ¿Dónde empezaste a jugar al fútbol?
Nací futbolísticamente en Deportivo Río Cuarto cuando el club cambió de denominación, pasó de ser San Buenaventura a Deportivo Río Cuarto. Ahí empecé a los nueve años más o menos. Mi tío fue uno de los fundadores junto a Barbero, Miguel Morales y ahí estuve hasta los quince años.
- ¿Cuándo fue tu partido debut en primera?
A los 15 años llegó Jorge Grassi al club y me hizo debutar contra Herlitzka de Las Vertientes. Ese día jugué arriba con Darío Bernardes y me acuerdo que me marcó un número tres grande, enorme. Arranqué ahí, después tuve un paso por Roncedo, donde estuve dos años y fue el primer club en el que empecé a cobrar en el fútbol a los 17, 18 años. Desde ahí, hubo un sinfín de equipos posteriores que fui recorriendo.
Las distintas camisetas
A la hora de mencionar los equipos en los que jugó, el “pechuga” piensa, se le mezclan los cuadros, los años y cuando muestra todas las camisetas se emociona y dice: “acá está mi vida”.
- ¿Recordás todos los clubes por los que pasaste?
Arranqué en el Deportivo Río Cuarto, después fui a Roncedo, de ahí a Ateneo Vecinos de Cabrera, luego a Atenas, Acción Juvenil de General Deheza, Talleres de Etruria, Recreativo de Laborde. Después el “chelo” (Marcelo) Sayago, un amigo personal, agarró Defensores de Alberdi para jugar el Provincial y me preguntó si me gustaría ir. Le dije que sí, así que volví, jugué el Provincial con Defensores de Alberdi, fui a Las Higueras, volví a Atenas, de ahí fui a Adelia María y terminé en Las Higueras. He andado bastante.
- Jugaste unos años en la Liga Beccar Varela, ¿es muy diferente a la de Río Cuarto?
La Beccar Varela es una liga muy futbolera porque no es como acá, que se centra todo en una ciudad mucho más grande. Creo que los clubes, al estar en pueblos pequeños, hacen que se viva mucho más el fútbol. En Etruria y Laborde los clásicos se palpitaban tres fechas antes. El de Laborde es un clásico más grande, con más historia. Pero bravo, por gente, el de Etruria era bravo.
- ¿Cómo eran los entrenamientos?
De la Beccar Varela me acuerdo que ellos acostumbraban a concentrar viernes y sábado, y yo me iba los miércoles. Estaba Néstor Billalva en el Argentino B con Atenas y entrenaba con ellos en la semana, me iba los miércoles y me quedaba hasta el domingo. Y tenía a Joaquín, mi hijo más grande que me iba y lo tenía que dejar. Eso me partía el alma pero mi señora siempre estaba bancándome.
- ¿Qué es lo que más recordás de haber jugado unos años en la Beccar Varela?
Fue una linda experiencia esa liga porque es muy competitiva, yo no la conocía y acostumbra a traer muchos jugadores de Rosario, de Santa Fe. Tuve la suerte de compartir equipo con Gonzalo “toro”Parisi en Talleres de Etruria e hicimos una gran amistad. Hasta el día de hoy, nos seguimos viendo, charlando. Él venía de jugar en Newbery de Ucacha, era goleador de la liga, una excelentísima persona y hacíamos una dupla linda. Ese año se volvía a jugar el clásico con Sarmiento de Etruria que hacía como diez, doce años que no se jugaba porque el club no hacía fútbol. Ese partido lo jugamos en cancha de Sarmiento, imagínate, estaba todo el pueblo. Lo ganamos 3-1, dos goles del “toro” y el otro mío. Después, en el segundo año él ya se había ido a jugar a San Juan, y yo el tercer año me fui a Recreativo de Laborde. También, un club lindo, con un buen clásico como Olimpo, en una liga muy interesante y una experiencia muy buena.
Lo que significa el fútbol en su vida
El delantero de Atenas, entre otros equipos, señaló que gracias al fútbol tiene la familia que tiene y por eso no modificaría nada de su carrera.
- ¿Cómo es ser futbolista en la liga de Río Cuarto?
Creo que el fútbol es algo muy personal, pasa por cómo te lo quieras tomar vos. Yo me lo tomé muy apasionada y profesionalmente dentro de lo que es la liga. A mí me enseñó mucho Atenas porque ahí se entrenaba doble y triple turno, tenías que comer bien, descansar bien, y eso fue lo más profesional que viví y me enseñó mucho. Me tocó que me dirigiera Néstor Billalva, que también me enseñó mucho. Ese cuerpo técnico estaba en su plenitud pero en todos los clubes siempre depende de cómo se lo tome cada uno. En mi caso, me lo tomé muy apasionadamente y me aferré mucho a cada club al que fui y eso te hace perdurar en el tiempo.
- ¿Qué te dejó el fútbol?
El fútbol me dio la vida, me dio todo. Me dio amigos, me enseñó a respetar los límites del fútbol. Yo era un jugador medio de pelear, de discutir, pero sabía que había que respetar al otro. Por más que fuera una cancha de fútbol, no era la muerte de nadie. Eso creo que fue lo que me llevó a cosechar muchos amigos en el fútbol y me enseñó mucho, me enseñó a aprender a vivir, a vivir del fútbol y me dio las herramientas para hoy en día tener mi trabajo propio, de estar medianamente bien. Esas cosas me las dio el fútbol, más allá de la base primordial que es la familia.
- ¿En qué equipo te quedó el corazón?
El corazón lo tengo en Atenas por una cuestión de chico. Mis viejos siempre fueron hinchas de Atenas y cuando fui a jugar a Atenas tomé un sentido de pertenencia. Ahí viví cosas lindas y otras no tanto. En Atenas, el club estando económicamente bien o mal, pasé cosas con planteles, con gente de jerarquía y eso me llenó mucho. Sería un poco desagradecido con los otros clubes que también me han tratado de la mejor manera, me han abierto las puertas y esas cosas uno las valora mucho.
El adiós al fútbol
Después de 20 años en la actividad profesional, Hernán Fernández se retiró de las canchas en el partido que Ateneo Vecinos superó a Centro Social 2 a 1 por la última fecha de la fase regular del Torneo Clausura de Primera A. Dicha decisión no fue un momento sencillo para el ex jugador.
- ¿Siempre disfrutaste del fútbol?
Sí, siempre. Lógicamente que a veces tiene sus sinsabores, cuando no jugás por ejemplo. Pero siempre disfruté y ya hace un año que vengo masticando el “me tengo que retirar” porque uno se va dando cuenta que el cuerpo ya no es el mismo. Cuando hablo con mis amigos digo: “yo pasé los 30 años y el físico se me cambió”. Empecé a sentir los domingos, cuando me golpeaban, empecé a sentir los entrenamientos y pensaba que tenía que tratar de dejar yo al fútbol y no que el fútbol me deje a mí. A mitad de año, cuando estaba en Banda Norte y que no venía jugando mucho, dije: “bueno, ya está, dejo de jugar porque no juego”. Todos mis amigos me decían que deje, que deje de renegar, y como soy cabeza dura decía: “no, tengo que terminar jugando”. Y bueno, salió la posibilidad de ir a Centro Social. Me abrieron las puertas de nuevo, un club con muchísimos problemas económicos pero con un corazón enorme. Por eso, hablar de un club específicamente es difícil porque Centro Social me abrió las puertas otra vez, los chicos me hicieron sentir como si fuese de toda la vida, aun habiendo un cambio generacional que uno lo va sintiendo pero lo disfruté siempre.
- ¿Cómo tomaste la decisión definitiva de dejar de jugar?
Al retiro hacía un año que lo venía masticando. Tengo mi hermana que es psicóloga, hablábamos mucho y ella me fue preparando un poco de alguna manera. Hoy, si me preguntan si estoy conforme con haberme retirado, si era el momento, te digo que sí. Yo me retiré, fue mi familia a la cancha, mis amigos, y pienso que sí, que me retiré en el momento que me tenía que haber retirado.
Su futuro
A menos de un mes de su retiro como profesional, Fernández adelantó lo que le gustaría hacer de ahora en adelante, siempre vinculado al fútbol.
- ¿Te ves como técnico, como dirigente o no te ves vinculado al fútbol de ahora en adelante?
Me veo como técnico. A fin de año termino el curso y me gusta mucho. Este último tiempo ya lo voy mirando desde el otro lado. Sin dudas, me encantaría dirigir.
- Si estuvieses al mando de un equipo, ¿cuál sería el primer mensaje que le darías a los jugadores?
En Centro Social hablábamos mucho con los más grandes y decíamos que los chicos de hoy en día no son como antes. Antes había un respeto por el más grande, había que ver dónde te sentabas en el vestuario y eso hoy se ha perdido mucho. Así que apuntaría mucho ahí, a la convicción de querer ser, de querer llegar a primera, de querer triunfar. Apuntaría a que la juventud trate de ser responsable jugando al fútbol.
- ¿Soñás con dirigir algún equipo en particular?
No, no pasa por dirigir un club en especial. Sin dudas que dirigir Atenas, Estudiantes y Banda Norte sería “el” sueño pero hay que trabajar para eso.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque