La sincera y sentida frase es de Pablo Arcostanzo, el jugador de San Martín de Las Higueras que brilló en la modalidad Individual del Campeonato Argentino desarrollado recientemente bajo la órbita de la Asociación Río Cuarto. El bochófilo cuenta su historia junto al deporte y, a la vez, repasa la enorme participación que coronó con un subcampeonato.
La Asociación Río Cuarto llevó adelante la organización del certamen de bochas por excelencia en nuestro país. En efecto, fue sede del 5º Campeonato Argentino, categoría Primera Caballeros, en sus tres modalidades durante los días 10, 11 y 12 del corriente mes.
En ese contexto, uno de los datos salientes que arrojó la competencia fue la sublime participación de Pablo César Arcostanzo, bochófilo nacido el 10 de marzo de 1982 en la localidad de Las Higueras. El jugador de San Martín -de la citada localidad- se alzó con el subcampeonato en la especialidad Individual luego de perder en la final ante Nicolás Pretto (15 a 4), considerado “el Messi” de las bochas en estos tiempos.
Días después de semejante acontecimiento, Al Toque Deportes se reúne con Arcostanzo, quien -acompañado por su familia y sensiblemente emocionado- analiza su participación y cuenta la singular historia que lo vincula con las bochas. “Jugué al fútbol hasta los 14 años. Estuve tres meses en Buenos Aires, en San Lorenzo, y después en Córdoba. Pero a mí me gustaba jugar a la bochas y un día definí no jugar más al fútbol”, recuerda inicialmente.
Luego, el destacado jugador explica cómo llega a la disciplina: “Empecé a jugar en el club Banda Norte. Un vecino amigo, Ricardo Bravo, me llevó. Ahí estaba toda la gente de mi pueblo porque San Martín de Las Higueras no hacía bochas en ese tiempo. Fueron dos años y medio más o menos, y luego Ismael Palacios, que estaba de presidente en San Martín, decidió que el club haga bochas. Y ahí me fui y comencé hasta el día de hoy. Hubo un año, en 2006, que me fui a jugar a la Vecinal Roque Saenz Peña y en 2007 me llevaron a Córdoba”.
Arcostanzo sonríe y se emociona cuando habla de “su” deporte. Y, para graficar la magnitud de lo que significa para él, rememora una anécdota más que particular: “Cuando me puse de novio con mi señora le dije: ‘no sé si te conviene ponerte de novio conmigo, porque yo amo tanto a las bochas’. Viajo a todos lados y hago cualquier cosa por jugar a las bochas, porque que realmente lo siento en el corazón. Pero a medida que la vida va pasando, uno va conociendo más a su pareja y después formé una familia…”.
Pasado y futuro
Más que entrevista, el diálogo se transforma en charla. Mientras su esposa, Aida, y sus hijos, Mirko y Martina, lo observan, Pablo Arcostanzo hace memoria y expresa cuáles son sus referentes en la disciplina. El bochófilo afirma rápidamente. “‘El pibe de La Aguada’: ‘Coco’ Alfonso. Siempre le veía en el club Banda Norte. ¡Qué maestro para tirar la bocha, un fenómeno!”, dice exultante y agrega: “Me enamoré de la forma en que tiraba la bocha. Ese fue mi ídolo. Después tuvo la suerte de conocerlo a (Gino) Molayoli, aunque no jugando. Fue profesor de mi hermano (Leandro). Y Nicolás Pretto es el Messi que tenemos en las bochas y le deseo la mejor de las suertes. Tiene 23 años y es un fenómeno”.
Arcostanzo trabaja en su localidad de origen, concretamente en el área de servicios sociales que presta la Cooperativa de Electricidad, Obras y Servicios Públicos de Las Higueras. Y cada vez que se refiere a las bochas y su localidad, su mirada cobra mayor luminosidad y alguna que otra lágrima amaga deslizarse por su rostro.
Es por eso que no llama la atención qué es lo que planifica a mediano plazo para su deporte pasional y “su” Las Higueras natal. Arcostanzo proyecta hacer docencia más allá de seguir en competencia. “Pienso en una escuelita de bochas. Tengo un hermano de 16 años (Leandro), que ya fue campeón provincial, ya ha jugado el campeonato argentino y ha sido convocado para la Selección Argentina. Por ahí la gente piensa que es un juego de viejos y no es un juego de viejos, al contrario, el que va a llegar es la persona joven. La idea es que podamos hacer una escuela de bochas para atraer jóvenes y, de paso, sacamos un poco a los chicos de la calle. Lo voy a plantear en Las Higueras con el Intendente, Alberto Escudero, y lo mismo hablé en estos días con (José Luis) Oberto (titular de AGEC)”.
Pablo Arcostanzo se dio un gran gusto durante los primeros días del mes de noviembre. Brilló en la modalidad Individual del Campeonato Argentino representando a la Asociación Río Cuarto. Aún así, mantiene los pies sobre la tierra y ya sueña con proyectos futuros. Pero lo destacable es que no olvida sus orígenes. La charla ingresa en el tramo final. Ya no hay más preguntas. Sin embargo, el bochófilo pide un minuto más para agradecer: “Saludo infinitamente a mi señora, Aida, que me acompaña en todo, es mi compañera y la amo. A mis hijos. Y a toda la gente de Las Higueras y al club San Martín, que les debo la vida. A mis grandes amigos de las bochas, a mi hermano y mis padres”.
Mirko y Martina se desesperan del otro lado del vidrio. Quieren estar con papá. Instantes después, Arcostanzo sostiene la sonrisa, se abraza a ellos y posa para la foto con su familia. Con simpleza, sencillez y claridad. La misma que puso de manifiesto en el Campeonato Argentino. La misma que lo depositó en los capítulos relevantes de la historia de la Asociación Río Cuarto de Bochas.
Foto: Al Toque
Redacción Al Toque