Nació hace 22 años en Villa General Belgrano y estudia Educación Física en Río Cuarto. Su nombre, Ignacio Carballo. Es atleta y sobresale en lanzamiento de bala y disco. “Más allá de ser un deporte en el que lo único que hacemos es un lanzamiento en cinco segundos, tiene una preparación muy compleja por detrás”, cuenta el protagonista que redondeó un 2016 con muy buenos resultados. “Fue el mejor año de mi vida”, remarca.
El mundo entero volvió a deleitarse con un Juego Olímpico durante 2016. La trigésimo primera olimpíada, realizado en Río de Janeiro durante el pasado mes de agosto, eclipsó a propios y extraños en torno a las veintiocho disciplinas protagonistas.
A cientos de kilómetros de ese lugar, un joven nacido en Villa General Belgrano desplegó todo su talento en distintos certámenes nacionales e, incluso, internacionales. Se trata de Ignacio Carballo, atleta nacido el 12 de agosto de 1994 en la turística localidad serrana, quien se destaca en lanzamiento de bala y disco.
Reside en Río Cuarto, donde estudia la carrera de Educación Física que dicta la Universidad Nacional, y pasa buena parte del día en el gimnasio, la casa de estudios y el Polideportivo Municipal Nº 2. Es en éste último lugar donde el protagonista recibe a Al Toque Deportes.
La jornada fue calurosa, la tarde está llegando a su fin y él llega con su mochila cargada. Allí también están sus ilusiones de seguir superándose constantemente. Antes del entrenamiento, el atleta toma unos minutos para contar su historia, se sienta en la tribuna de material que yace a un costado de la pista y la cancha de hockey sintética, mira el horizonte y recuerda: “Desde chico hice muchos deportes, pase por rugby, hockey, natación, básquet, de todo. Pero, mientras hacía todo eso, siempre en el colegio estaba presente el atletismo con competencias intercolegiales. Y, sin entrenar, llegué a ganar campeonatos provinciales y hasta fui a unos juegos binacionales en Chile. Como tenía buenas cualidades para el deporte, cuando me vine a Río Cuarto quise buscarme un entrenador y lo conocí a Walter Armoya, y a partir de ahí empezamos a entrenar. El primer año fue más de preparación general, adaptación y no fue muy intenso el entrenamiento. Y después, ya al año siguiente, empezamos a prepararnos con algún objetivo en mente”.
Carballo hace lanzamientos desde el interior del interior. Como el propio protagonista cuenta, sus inicios se registraron en la etapa escolar y ya desde chico empezó a hacer ruido en dos disciplinas que, salvo en época de juegos olímpicos, no tienen mucho rebote en los medios de comunicación. Sin olvidar su pasado, el atleta empieza a nombrar a personalidades del deporte que mucho tienen que ver con su crecimiento y desarrollo. “Entrenaba con un profesor de educación física de la escuela. En las clases, él me dejaba entrenar para prepararme para las competencias en vez de hacer lo de educación física. Luego me presentó a Daniel Manfredi, un profesor de Río Tercero que entrena a Rocío Comba (NdR: lanzadora de disco que estuvo presente en Río 2016). Me ofreció formar parte del seleccionado de Córdoba para ir a los Juegos Binacionales, me llevó a campeonatos nacionales, digamos que fue mi palanca para entrar en el atletismo. Y cuando me vine a Río Cuarto, el profe Manfredi me recomendó y presentó a Walter (Armoya)”, destaca.
El deporte propiamente dicho y “su” 2016
“Fue el mejor año de mi vida”, dice, sincero, Carballo, mientras numerosos atletas siguen dando vueltas en la pista, otro grupo hace pasadas, un grupo de chicas y chicos -palo en mano y bocha en movimiento- hacen retumbar los arcos de la cancha sintética, y un par de nenes miran atónitos las balas que más tarde Ignacio lanzará durante su entrenamiento.
Sin embargo, antes de adentrarnos en su desempeño, el deportista explica en qué consiste su preparación y quiénes son los protagonistas a los que sigue en distintas competencias. “Más allá de ser un deporte en el que lo único que hacemos es un lanzamiento en cinco segundos, tiene una preparación muy compleja por detrás. Hacemos desde parte de fondo para mejorar la capacidad aeróbica, hasta saltos y velocidad, y mucho trabajo de pesas. Depende del período en el que estemos, se acentúan esas capacidades que entrenamos”, describe y añade: “Me gustan mucho los lanzadores estadounidenses (como Reese Hoffa) y alemanes (Robert Harting), pero no es que tengo un ídolo. Lo que tiene este deporte es que cada país tiene su escuela y su estilo de lanzar. Y esos estilos me gustan, el tema es que por ahí no son los más adecuados para mí físico. A pesar que parece todo igual, en realidad, el que conoce y sabe, entiende que cada uno tiene su detalle”.
Luego, explica sus principales logros en 2016. “Fue el mejor año de mi vida. Hace dos años que venía pensando en un objetivo que fue el campeonato sudamericano que se hizo en (septiembre pasado) Perú. Recuerdo entrevistas de hace dos años en las que dije que quería llegar a ese torneo y por suerte, a pesar de una lesión que me frenó cinco meses, y gracias a mi entrenador que es una persona muy experimentada, pudimos llegar. Además, participé en unos juegos sudamericanos universitarios que se hicieron (en mayo) en Mar del Plata y saqué medalla de bronce en bala y disco, logré medalla de oro y plata en las copas nacionales de clubes, y salí campeón en el Nacional Sub 23 (agosto) en las dos disciplinas. Ahí, en el último lanzamiento, hice la marca mínima para ir a Perú. En Perú no tuve buenos lanzamientos y quedé quinto. Quizás podría haber terminado segundo con un lanzamiento más o menos, pero demasiado para ser mi primera experiencia en un torneo muy importante”, analiza.
Objetivos 2017
El año empieza a transitar sus primeros días y semanas, y Carballo ya tiene planificación definida para lo que viene. En ese marco, prefiere focalizar a corto plazo y cuenta: “Este año me encantaría participar de un mundial universitario que se va a hacer en Taipei, China, para lo cual lo único que debo lograr es quedar primero en el país. Tengo la suerte que el número uno, que es Germán Lauro, no es universitario (risas) así que tengo más posibilidades de clasificar. En 2016, al que tengo arriba mío por lo general, que es Nicolás Martina, lo logré pasar en el último torneo, en la copa nacional de clubes. Eso me levantó el ánimo y me deja la luz prendida como para pensar que puedo llegar al mundial. También existe la posibilidad de clasificar al Sudamericano de Mayores, pero eso ya es una clasificación por marca mínima más que un puesto. No es imposible, pero está un poco más alejado. Y el Nacional de Mayores, al que me gustaría llegar con todo”.
- ¿Sueño olímpico?
- Trato de no pensar en objetivos a tan largo plazo. Trato de plantearme objetivos cortos, relacionados a mejorar mi marca. Después de todo, competimos por marcas así que más que puestos, sueño con marcas. Y obviamente, no lo veo ni muy difícil ni muy lejano competir en un juego olímpico, siempre y cuando tenga todas las posibilidades. Pero todavía no me lo planteo como un objetivo.
Basta de palabras. Hora de acción. Para el que escribe -un desconocido en la materia- es el Germán Lauro de estas tierras. Luego de la entrada en calor, toma las balas y empieza en entrenar. Un par de movimientos previos como para marcar el proceso sistemático que debe emplear al lanzamiento. Luego, lo mejor. La bala desplazada por el aire en medio del atardecer. Y con ella, las ilusiones de Ignacio. Un lanzador con certezas y convicciones. Que crece y hace ruido, desde el interior del interior.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque