El 2 de abril de cada año se define es una de las jornadas más significativas para la sociedad argentina, ya que se conmemora el Día del Veterano y de los caídos en la Guerra de Malvinas. En 2017, la fecha adquiere mayor relieve al cumplirse treinta y cinco años del desembarco argentino en las Islas Malvinas.
En ese contexto, Al Toque Deportes habló con Antonio Martínez, ex combatiente natural de Reducción. El “negrito”, como lo conocen en sus pagos, intenta “malvinizar” la lucha que llevaron estos hombres que viajaron hacía las Islas Malvinas a recuperar el archipiélago del Atlántico Sur. En la charla cuenta su vuelta al pueblo, la decisión que tuvo que tomar y que marcó el destino de su vida y los años posteriores a la guerra.
“Mi experiencia en Malvinas diría que fue buena. Pude volver, estoy vivo. Yo tengo un primo de Sampacho que quedó allá como muchos de los camaradas. Queremos ‘malvinizar’ para que no se termine nunca la lucha hasta que podamos conseguir lo que es nuestro. Por eso se regó con sangre argentina el suelo las Islas”, afirmó inicialmente Rodríguez.

- ¿Cuál es el recuerdo que tiene de Malvinas?
Yo estuve los tres últimos días de la guerra. Además, quedé ocho días prisionero. Nosotros llegamos y fuimos directamente al frente de batalla. Apoyamos al Regimiento 7 de La Plata en Monte Moody Brook y Monte Wireless Ridge. Yo hice el servicio en el Regimiento 14 Aerotransportado de Córdoba. En ese vuelo al sur del país íbamos 24 personas y llevábamos las ametralladoras pesadas, las MAG (Metralla Automática Pesada).

- ¿Usted sabía que iban a la guerra?
Estuvimos un mes en el sur. Fue muy casual mi viaje a las islas, yo era apuntador de italaza y eligieron a un grupo. Estábamos en la Bahía Camarones, realmente precisaban las ametralladoras y el soldado designado no quiso ir y un suboficial me pregunto si quería ir. Entonces yo no fui obligado, yo decidí ir a la guerra de Malvinas.

- ¿Cómo era el contexto en aquellos días?
Nosotros lo que sabíamos era por la información que nos daban nuestros superiores. Estábamos totalmente aislados de toda prensa, la radio daba pocos comunicados. Nosotros llegamos a Malvinas sabiendo que estábamos ganando la guerra, por lo que nos decían.

- ¿Pudo entablar una relación con tu familia en el continente?
No, ninguna. Ellos no sabían que yo iba a la guerra. Se enteraron que nos habían trasladado al sur del país. Ellos supieron el día que regresé que yo había participado de la guerra.

- ¿Cómo fue ese momento?
Muy emocionante, yo llegué un 22 de junio a las dos de la madrugada. Se vivieron momentos de jolgorio, llegaron los vecinos, estuvo el Padre Víctor (Pugnata), que se levantó y fue a saludarme. Fue un momento emocionante.

- Los momentos de la post guerra. ¿Cómo le tocó vivirlos a usted?
Nosotros tenemos una situación de post guerra que venimos luchando por muchos camaradas que están aislados, por eso hubo más de 500 suicidios luego de la guerra. Necesitamos que el gobierno se haga cargo de todos los compañeros que están enfermos, les hace falta mucha atención. Acá en Río Cuarto tenemos bastante contención, pero hay muchos lugares donde no tienen nada.

- ¿Qué rol jugó su familia en todo este tema?
Tuve una familia que me contuvo. Mi señora y mis hijos me ayudan mucho. Gracias a Dios la familia supo entender, acompañar y también callar, eso te ayuda a salir adelante.

- ¿Y el deporte que papel jugó?
Importante, yo estaba atajando en el viejo Sportivo Reducción, en esa época me tocó el servicio y me reincorporé rápidamente a la vuelta. El deporte fue una de las salidas hacia la sociedad. En ese momento nadie te preguntaba nada, yo después de los siete años empecé a hablar. También jugar al fútbol, en mi caso es lo más apasionante, terminó siendo una salida importante.

- ¿Se valora al héroe de Malvinas?
No. Cuando me ven con la remera, es como si fuera una remera común. Son muy pocos los que te alientan, saludan. No quiero pecar de soberbio pero la gente no se da cuenta que tiene entre la gente a héroes contemporáneos, muchos hablan de San Martín, Sarmiento y no se dan cuenta que tiene al lado una persona que es un héroe contemporáneo. No se dan cuenta que un simple “muchas gracias” es muy valorado por nosotros.

- ¿Qué enseñanza le dejó la guerra?
Yo siempre cuento en las charlas de colegios que fuimos siendo chicos y volvimos hombres. Una etapa de nuestras vidas quedó allá. No éramos chicos de la guerra, porque teníamos el suficiente coraje y pusimos lo que había poner. Pero lo importante de la guerra es haber podido volver, disfrutar de mi familia y seguir con la causa Malvinas hasta el día de mi muerte.

Activo, sonriente, muchas veces enérgico y con la pilcha de Malvinas. Así encontramos, siempre, a Antonio Martínez. El ex arquero de Sportivo Reducción, hincha de Boca Juniors, café de por medio, contó su historia marcada por el heroísmo, las armas y su familia.
¡Muchas gracias Héroe de Malvinas Antonio Martínez!

Redacción Al Toque