Es el pensamiento que socializa Rafael Romero, a un año del accidente que sufrió contra uno de los paredones que delimitan el campo de juego del estadio “Parque Centenario”, de San Martín de Mackenna. “Fita” continúa ligado al fútbol y lo hace como PF del plantel superior de Atlético Adelia María. Su nueva función, el amor por la entidad “canalla” y el enorme abrazo a toda la gente que lo acompañó en el difícil momento.
El pasado lunes 17 de abril de 2017 no fue un día más en la vida de Rafael Matías Romero. Como tampoco lo había sido el domingo 17 de abril de 2016, cuando el jugador que por entonces lucía la camiseta de Atlético Adelia María impactaba su cabeza contra uno de los paredones perimetrales de la cancha de San Martín de Vicuña Mackenna y perdía el conocimiento.
El encuentro ante el “patriota” fue suspendido a raíz del accidente que conmocionó al mundo del deporte y claramente la pelota quedó en segundo plano. Un año después, “fita” -como lo apodan sus conocidos y afectos- dialogó con Al Toque Deportes, comentó sensaciones luego del traumático episodio y contó cómo es su nueva vinculación con el fútbol, ya alejado de la actividad formal.
Tranquilo, en calma y con una sonrisa, nos espera en su segundo hogar, tal cual él define a las instalaciones de Atlético Adelia María. Termo y mate en mano, para hacer más amena una charla difícil de abordar. Sin embargo, el protagonista hace todo sencillo. La madurez y su bonhomía hacen del encuentro una jornada más que agradable en el reducto “canalla”. Es que el adeliamariense, nacido el 9 de noviembre de 1986, solo tiene palabras de agradecimiento para la gente -conocida y desconocida- que lo “acarició” en ese momento tan delicado.
“Yo no recuerdo nada, pero si me enteré de todo el sufrimiento y preocupación por mi salud que tuvo la gente de Adelia María, de todos los clubes de la Liga y otros lugares más lejanos. Y eso es algo impagable. No encuentro formas ni palabras para agradecer todo el cariño que me brindaron. El saludo, el apoyo, el cariño de la gente que yo recibí en ese momento y hasta el día de hoy es increíble. Recibí saludos de gente que no conozco, de jugadores profesionales, cantantes, y eso me dio muchas fuerzas para poder recuperarme”, reconoce y agrega: “Tuve la suerte que me atendieron excelentes profesionales en Vicuña Mackenna, que me atendió un médico (NdR: El Dr. Iván Aznar) que yo admiro mucho, pero no por cómo me operó y cómo me atiende, sino por todo lo que dice la gente, que es un médico excelente”.
“Ahora hay que sumar desde otra posición”
Rafael Romero rehízo su vida tras el accidente y, en el plano deportivo, cruzó la línea de cal. Pese a que tenía chances de volver a jugar, el profesor de educación física empezó a experimentar el fútbol desde ése lugar. En efecto, actualmente es el PF del cuerpo técnico que comanda Mario Menardi en el plantel superior de Atlético Adelia María.
“La adaptación que vengo llevando es muy buena. Sigo vinculado al fútbol como preparador físico; es medio difícil hablar del tema porque yo jugué al fútbol en Atlético desde los 5 años hasta 2016, y ahora me toca estar del otro lado. Es medio complicado pero estoy muy contento, yo estudié para esto y ahora hay que sumar desde otra posición”, indica en ese contexto.
Romero está a gusto en sus funciones. Conoce como pocos el entorno en el que se desarrolla y eso genera que su desempeño laboral sea en un marco de gratitud. “Trabajar con este cuerpo técnico es espectacular, es gente que conozco de toda la vida y que se capacitó muchísimo para cumplir la función que está cumpliendo. Así que estoy muy cómodo”, sincera.
Además, sobre lo que implica tomar decisiones y darles indicaciones a los jugadores con los que antes compartía el plantel, destaca: “Trabajar con compañeros con los que he jugado toda la vida y con otros que no tanto, pero que hace muchos años que jugábamos, es medio extraño y supone una exigencia muchísimo mayor. Al tenerlos como compañeros dentro de un campo de juego, vos tenés un trato, una forma de compartir las cosas y ahora no es que se rompe, pero hay que tomar posturas distintas, porque ahora soy el preparador físico y es medio raro”.
De todas maneras, “fita” tiene claro que la tarea se hace amena en virtud de la calidad humana que caracteriza al plantel “auriazul”. Dicho en palabras del propio Romero: “Es un grupo espectacular, que entrena muchísimo y no hay ningún conflicto. Muy por el contrario, siempre te exigen más trabajos, de mejor calidad y eso está buenísimo porque te hace superar día a día en la forma de trabajar. Este año continúa Maximiliano Pérez y se sumaron Luis Pérez Araya y Rubén Sosa, que son tres chicos espectaculares, que no solamente vienen a aportar su fútbol sino también vienen a sumar como personas”.
“Amo muchísimo al club”
Atlético Adelia María cumplió -y cumple- una labor preponderante en relación al suceso que le ocurrió a Rafael Romero. El club acompañó al futbolista desde el día uno y lo sigue haciendo en la actualidad. Es por eso que “fita” habla con el corazón y se emociona cuando es consultado por la importancia de la institución “canalla” en su vida. “Es mi segunda casa porque yo convivo continuamente con la gente del club y estoy continuamente dentro de las instalaciones. Atlético es parte de mi vida y lo va a ser siempre. Amo muchísimo al club y es una entidad que me apoyó muchísimo en mi formación como futbolista y como profesional en la educación física. Me impulsaron a estudiar y ni hablar en situaciones difíciles que me tocaron pasar, sobre todo el año pasado -que fue increíble-, y a otros compañeros que también han tenido sus problemas. Es un club que te respalda continuamente, es un club con muy buena gente”.
La charla ingresa en el tramo final pero Romero aún tiene muchas cosas para decir. Sus valores y convicciones por un lado, y su amabilidad por otro, hacen de él una persona agradable. Y es por eso que el afecto que él expresa por quienes se preocuparon, a través de mensajes de agradecimiento, se hacen interminables cuando empieza a enumerar a todas las personas que, de alguna u otra manera, lo ayudaron a ponerse nuevamente de pie.
En ese marco, “fita” relata: “Aprovecho para mandarles un fuerte saludo a todos. A la comisión directiva del Club Atlético. A (Héctor) ‘pepe’ Bohorquez (NdR: dirigente del “canalla”), que es un pilar para mí; es una persona que está continuamente pendiente de cómo estoy, de qué necesito, me aconseja… es una persona que quiero muchísimo y también a su familia, que me ayudó. Principalmente a mi familia, que sufrió muchísimo. A mi mamá, que la amo con todo mi corazón y es la que me acompaña en todo. A mis compañeros de fútbol, a los que están y los que ya no están. A los jugadores de inferiores con los que venía trabajando el año pasado, que me brindaron un apoyo terrible y hasta el día de hoy lo siguen haciendo. A la gente del Club Deportivo Municipal de Adelia María, que también me mandó sus saludos y todo su apoyo. A toda la gente de Adelia María, a todos los clubes de la Liga y de otras ligas que se han comunicado. A mis compañeros de la Universidad. A Pablo Borgogno, un amigo que me dio la vida, y a su familia que me apoyan continuamente. A Eduardo Barolo, que fue el técnico que estaba con nosotros en el momento del accidente; es una persona genial que siempre me apoya en todo, en cualquier problema siempre está presente. Lo quiero mucho tanto a él como a su familia”.
“Seguro que me voy a olvidar de gente pero en realidad quiero saludar a todo el mundo porque, en situaciones así, lo que más fuerte te hace es el cariño que vos recibís”, concluye Romero. El muchacho al que el fútbol le jugó una mala pasada. El muchacho que, con su calidez y sencillez, nos enseña que aún en momentos de suma adversidad, el cariño y el afecto promueven la fortaleza y la entereza para seguir adelante.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque