Agustín Cuello no es solo uno de los delanteros de Banda Norte. El goleador, además de desatar varios festejos en la hinchada, es el encargado de dejar en condiciones el Estadio del Parque Sarmiento. Futbolista y canchero del club, el lado B de Cuello.
Miércoles a las nueve y media de la mañana y el sol ilumina el verde del Parque Sarmiento. En la sede de Asociación Atlética Banda Norte reina la tranquilidad, pero un ruido viene desde la cancha de fútbol. El sonido del tractor resuena sobre el de algunos pájaros que andan volando por ahí. Agustín Cuello está cortando el césped, ese mismo que después pisa con los botines para entrenar y jugar con la camiseta verde.
El delantero juega para el “lobo” desde el 2014, pero además de marcar goles, es el canchero del club. Se encarga de dejar en óptimas condiciones el estadio para cada día de entrenamiento o partido.
“Tuve la oportunidad de que el señor Cacho Echeverría como técnico me traiga acá y realmente me han tratado muy bien, he podido lograr dos campeonatos, hacer muchos amigos y pude conseguir un trabajo que no es tan fácil hoy en día. Nunca deje de jugar, desde los cinco años que empecé jugué, jugué y jugué. Es lo que uno ama, lo que le gusta hacer, y es por lo que vivo, para jugar al fútbol”, cuenta.
Sus primeros pasos en el deporte fueron a los cinco años en Renato Cesarini: “empecé con mi primo, íbamos dos o tres chicos del barrio. A los ocho años pase a Atenas, un tiempo no más, no me gustó y volví a mi club que era Renato y me sentía bien, hice todas mis inferiores ahí y conseguimos tres títulos”. Debutó en Primera a los 16 años y cuando no sabía si seguir o dejar el fútbol, le salió una oportunidad de Alberdi donde estuvo dos años y logró un campeonato. “Después quise probar suerte en el club que soy hincha, vivía a dos cuadras de la cancha de Municipal, me crié ahí, jugaron todos mis tíos y pude jugar un año. El club no estaba muy bien y fue duro porque sufrimos un descenso”, agrega.
Llegó a Banda Norte después de su paso por el “comunal”, en un año difícil ya que pelearon hasta el final para evitar el descenso. En el 2015 continúa en el “verde” y ahí le ofrecen un trabajo: “antes yo trabajaba de albañil, hacía changas y era un trabajo pesado. La dirigencia y la gente que está en comisión me hablaron si me gustaría hacer esto. Y realmente me gusta, es mucho más liviano de lo que estaba acostumbrado a hacer, y estoy todo el día en la cancha, donde uno vive”.
Trabajo y pasión
Agustín pasa gran parte de su tiempo en el club, que se convirtió en su segunda casa, donde combina trabajo y pasión. “Esto se me ha hecho como una rutina, me levanto en mi casa, preparo el bolso y lo primero que guardo son el pantalón corto, las medias, la toalla, todo para venirme. Hago mi tarea laboral por la mañana, como acá en el club y por la tarde me quedo a entrenar. Que es parte de mi trabajo también, ponerme bien para el domingo poder jugar. Es algo muy lindo porque uno lo vive a diario, todo el día metido en la cancha. Trabajo adentro, me cambio y ya vuelvo a entrar para entrenar”.
Limpiar la cancha, juntar los papelitos, cortar el césped, dar una mano de pintura a algún lugar que haga falta. Todas las mañanas se combinan distintas tareas. “Por ahí lo que menos me gusta es tener que juntar los papeles que tira la gente los domingos (ríe), o cuando los chicos más chicos se ponen en el arco a patear en el área y ahí hay que laburar porque es donde más se rompe, y uno lo tiene que cuidar. Y lo más lindo para mi es venir, entrar a la cancha y ponerme a jugar a la pelota. Entrenar y estar con mis compañeros, eso no tiene precio”, agrega.
Mientras trabaja en la cancha, las jugadas del último partido se le vienen a la mente: “uno cuando está adentro siempre se acuerda. Los lunes, martes cuando jugaste el domingo y estás pensando en lo que pasó. Las jugadas, si hubiese definido así, si me la hubiesen tirado más atrás… mientras labura uno piensa”.
Un hincha más
“Banda Norte se ha convertido en algo especial para mí. Yo llevo al fútbol adentro y en cada club que he pasado siempre lo he tratado de vivir de la mejor manera, pero Banda Norte me ha dado algo que otros clubes no, me ha hecho sentir mejor. Y eso al jugador lo hace sentir más valorado, más reconocido en el ambiente del fútbol también, y es por eso que me siento tan bien acá y le he agarrado un cariño muy grande. Es donde yo laburo y es el club que me dio la oportunidad de ser lo que soy hoy futbolísticamente, poder aprender día a día acá y es algo muy grande para mí. Ya me estoy volviendo un hincha y lo aprecio muchísimo al club. Me siento muy bien con toda la dirigencia, mis compañeros. Banda Norte sería mi vida ya”.
Agustín va por el verde césped que el mismo cuida todos los días, sus pies lo pisan pero su mente se va más arriba: “pido que Dios me ayude para que las cosas me salgan bien el día que me toque jugar. Camino por la cancha y pido, porque este es mi laburo y uno se sacrifica todos los días para hacer las cosas bien”.
Y se anima a pedir grandes cosas. “Todos los días uno tiene sueños. Ahora con mis compañeros queremos dejar una marca más en el club como creo que lo hemos hecho y marcar una historia acá. Esperamos poder cumplirlo y vamos a dejar el corazón en la cancha para hacerlo”. Sentado en uno de los arcos donde ya lleva varios goles convertidos, finaliza con su sueño personal: “uno quiere llegar siempre un poco más arriba. Hay que hacer las cosas bien para que eso suceda. Hay que seguir soñando y trabajando para que las cosas lleguen”.
Redacción: Al Toque