Vicegobernador, gremialista y emblema de las luchas populares de nuestra provincia, Hipólito Atilio López tuvo un paso por el atletismo -abandonado por la necesidad laboral- y un intenso fervor como simpatizante del club Lavalle y Talleres.
Atilio López dejó su huella en la historia del pueblo cordobés. Invisibilizada por los sectores de poder, marcó con honestidad, trabajo y defensa de las mayorías la conducción de la Unión Tranviarios Automotor y de la CGT provincial. En sintonía, ocupó la vicegobernación de Córdoba, junto al riocuartense Ricardo Obregón Cano como gobernador, tras ganar las elecciones en marzo de 1973 y ser derrocados por la cúpula de la policía provincial en febrero de 1974 en lo que se conoció como “el Navarrazo”.
Su primer nombre, Hipólito, fue asignado por la familia de origen radical en referencia al entonces presidente Irigoyen. De barrio Observatorio de la capital provincial, Hipólito Atilio López se mudó con su familia a San Vicente. Allí, junto con la práctica del atletismo forjó su pasión local con el entonces club Lavalle -fundado en 1927 y en 1980 fusionado con Palermo para formar el actual Unión San Vicente-.
En diálogo con Al Toque Deportes, su hijo Atilio comenta acerca de la infancia, juventud y vida deportiva del ex vicegobernador: “Nace en 1929 y fue al colegio hasta un cierto grado. Tuvo que dejar por cuestiones económicas de la familia y a partir de ahí empezar a deambular en distintas changas y trabajos, no sin interesarle, la parte deportiva. Él comenzó a realizar atletismo, corría en pista, pero lo hacía de una forma amateur”. Si bien no estaba federado, López entrenaba en la disciplina y tuvo la posibilidad de participar en competiciones durante el peronismo, momento en que la política deportiva se empezaba a orientar a las grandes mayorías y el deporte dejaba de ser un privilegio para unos pocos. Atilio López (hijo) menciona: “Concurría a lo que es, en Córdoba Capital, el gimnasio provincial que estaba en el Parque Sarmiento, donde hoy está el faro ese, detrás del museo Genaro Pérez”, y añade: “Él decía que había corrido muchas veces ahí, que había entrenado en ese lugar. Los antecedentes que tenemos a nivel de la familia es que no de los más importantes torneos, siempre dentro del amateurismo, lo hizo en Paraná en 1948, donde salió campeón de 100 metros llanos, con un pequeño diploma y una medalla que lo acreditaba como tal”.
Ya detrás del volante de colectivos, trabajo que lo identificó, López va dejando de lado la práctica deportiva y se aferra a su pasión como hincha de fútbol. “Él, como cualquier chico del barrio, era hincha de Lavalle. Vivió en barrio Observatorio y de chico se trasladó a la zona de (Barrio) San Vicente. Allí él era hincha y trabajaba en las líneas de colectivo que pasaban por la cancha del club en el llamémosle el fútbol chico de alguna manera. Tuve la oportunidad de estar con él en la cancha de Lavalle viendo un partido siendo todavía vicegobernador de Córdoba”, comenta su hijo, quien agrega: “En el fútbol grande de ese momento en Córdoba, que formaban los grandes equipos, siempre fue simpatizante de Talleres”.
El secuestro y asesinato de Atilio López por parte de la Triple A estuvo vinculado a un encuentro de la “T” en Buenos Aires. Por el Nacional de 1974, River recibió a Talleres en cancha de Racing el 15 de septiembre. López, junto a Obregón Cano asistieron al partido. Al día siguiente, López es secuestrado en el hotel donde se alojaba y a pocos minutos acribillado en Capilla del Señor. Al respecto, su hijo relata: “Él había perdido el gremio en elecciones abiertas, entonces tenía que ir a Buenos Aires, a viajar a entregar el gremio y en esas circunstancias se daba que ese fin de semana jugaba Talleres en Buenos Aires. Él fue a la cancha junto al Dr. Obregón Cano y Radio Mitre de Buenos Aires le hace un reportaje en el entretiempo como un personaje famoso que estaba en la cancha e hincha de Talleres. Alejandro Fabbri fue quien hizo la entrevista, joven periodista por esa época, lo suele relatar a veces en los programas de televisión que tiene”. Talleres empató 1 a 1 con River en esa ocasión. A las pocas horas, la Asociación Anticomunista Argentina secuestró y acribilló a Atilio López.
La memoria en la historia sindical y política recupera a López para referenciar el compromiso, honestidad y lucha a la par de los sectores populares. El deporte fue parte transversal de la historia de el “negro”, como lo es de todas las luchas del pueblo.
Foto: La Voz
Redacción Al Toque