El amanecer con cosquilleo, la expectativa tempranera, el compartir con la familia una jornada distinta, las gastadas anticipadas y las apuestas planeadas.
Globos flameando al aire, banderas abrazando al alambre, humos de color decorando el escenario y miles de papelitos. Una cancha repleta, el ritmo de las sintonías futboleras y la “locura” en las tribunas. Varones y mujeres, abuelos y adolescentes, niñas y niños.
Esto y mucho más colorearon una jornada clásica. Estos fueron algunos los matices que se hicieron presente en el partido más importante que tiene la ciudad de Río Cuarto y el sur de la provincia de Córdoba.
Fue victoria de Atenas, fue delirio “albo”. Fue derrota de Estudiantes, fue amargura “celeste”. Pero una vez más ganó por goleada la pasión. Otra vez, Sportivo Atenas y Asociación Atlética Estudiantes le demostraron a toda una comunidad que la fiebre del fútbol en el imperio sigue intacta.
Fue el último clásico de la temporada. A lo mejor no se vuelven a ver las caras en las próximas. A lo mejor en un futuro muy cercano volvemos a disfrutar de estos momentos.
Lo cierto es que pudimos ser protagonistas exclusivos de esta majestuosa fiesta que nos brindó el fútbol riocuartense. Y eso es todo un orgullo.
Marcelino Gasseuy - Redacción Al Toque