Por Leonardo Gasseuy
“Estados Unidos es la única nación de la historia que, milagrosamente, ha pasado de la barbarie a la degeneración sin el intervalo habitual de la civilización", nos dijo magistralmente Georges Clemenceu hace más de 100 años. El genial político francés encuadraba ese análisis cuando elaboraban el Pacto de Versalles en 1919, avizorando las tremendas implicancias que la potencia americana generaría en cada rincón del planeta. Tanta es la omnipotencia que demostraron a través de la historia que hasta fundaron un país: Liberia. Pequeño terruño de la costa oeste africana que los norteamericanos eligieron para ¨devolver¨ esclavos al continente negro e inaugurarlo como nación.
George Weah nació en 1966 en la periferia de Monrovia, la capital de Liberia, y nunca imaginó que sería uno de los mejores futbolistas de la historia de África y menos, que 52 años después, sería electo presidente del país en su segundo intento.
La geopolítica mundial no considera a Estados Unidos como una nación solidaria, todo lo contrario, aun con su plenipotenciaria presencia acciona siempre con fines de lucro, con quien, o contra quien sea. La capacidad para rapiñar negocios de la nada los ha constituido en la más organizada y poderosa banda de saqueadores. Es la línea que expresan sus informes y rigen, con el más íntimo detalle en las actas constitutivas tanto del FMI como del Banco Mundial.
Firestone, es una fábrica norteamericana de neumáticos para vehículos de transportes. Nació en Ohio en 1900 y siempre al amparo del colonialismo expansivo de su país, no paró de crecer. En 1926, la compañía Firestone Tire & Rubber firmó un contrato con el gobierno de Liberia por el cual arrendó durante 99 años unas 405.000 hectáreas para establecer allí una plantación de caucho. La superficie total de la concesión representa el 4% del territorio y casi el 10% de las tierras fértiles del país, donde miles de trabajadores en pésimas condiciones hacen sangrar las plantas de Heveas para extraer el látex necesario. Tal vez esta esa sea una de las matrices de un país cicatrizado por las dos guerras civiles que lo mutilaron dejando 250 mil muertos y sus funestos efectos en las calles de Monrovia.
En 1988 Weah llega al Mónaco, pasa al Paris Saint German y descolla en el Milan de Berlusconi, tanto, que fue el primer extranjero en ganar el balón de oro y el único africano de la historia. Obtuvo fama y millones. Los sabios bereberes saharianos dicen, que esos dos elementos tienen una idéntica fuerza proporcional para acercarte o alejarte de tus raíces. En el pináculo de su carrera, cuando los flashes europeos lo tenían como protagonista, George Weah se propuso ser presidente de su pobre Liberia y lo logró 25 años después, tras recorrer un larguísimo camino.
CharlesTaylor, nacido en 1948, llegó a la presidencia de Liberia en 1997 y la dejo en 2003. De padre liberiano y madre norteamericana. Estudió en Estados Unidos y regresó en 1980 para trabajar como director de la Agencia General de Servicios, encargada de manejar el presupuesto nacional. Poco después fue acusado por el presidente Samuel Doe de desfalcar al Estado liberiano por más de un millón de dólares.
Taylor huye a Estados Unidos en donde es encarcelado por una solicitud de extradición por parte de Liberia. Algunas versiones indican que escapó de la prisión, mientras que otras afirman que fue dejado en libertad por el gobierno de Estados Unidos para que regresara a Liberia y derrocara el gobierno de Doe.
Hoy se encuentra detenido. Luego de su gobierno un Tribunal Internacional de la Haya lo condenó a 50 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad por instigar a la guerra civil en Sierra Leona, donde financió a los rebeldes generando los sangrientos trueques de armas por diamantes.
Jewel Taylor tiene 55 años, es la esposa de Charles, generó una tremenda influencia en su convicto esposo cuando juntos eran el poder total. A partir de esta semana será la vicepresidenta de Weah. Esto anula cualquier idea de cambio. El ex futbolista no podrá modificar la historia de pobreza, manipulación y muerte de su país, aunque quiera.
Es el sexto país más pobre del mundo, el 68% de sus 4 millones de habitantes viven en la pobreza absoluta, solo el 28 % accede al agua potable. Los índices de matriculación educativa retroceden alarmantemente. Los miles de mutilados por la guerra civil se amontonan en las calles de Monrovia. En 2014 sufrió una terrible epidemia de ébola que dejo muertos y amenaza con volver.
El 22 de enero George Weah asumirá como el 25° presidente electo de Liberia, a diferencia de cuando era futbolista no mirará a Europa, lo hará hacia el norte de América, para recibir órdenes, ejecutarlas y hacer que en Liberia nada cambie.