“Qué las brujas no existen es cierto, pero que las hay las hay”, solían decir en el pueblo cuando el fútbol era en los veranos diversión en los torneos relámpagos, donde el juego por el cordero y las damajuanas de vino, eran el motivo de unión de los amantes de esta pasión que no llegaban a jugar en los clubes federados.

Finalizó el pentagonal de ascenso del Torneo Federal A y Central Córdoba de Santiago del Estero, uno de los dos marcados por el “sistema” del actual fútbol organizado, había digitado y subió de categoría.

La mesa de cinco patas tenía tres jugadores en una sala –podemos denominarla “La VIP”- y dos que estaban “invitados” a la partida, aunque no conocían las cartas en las que se movían unos y otros. Tampoco los tres que estaban en el salón principal, hasta que sucedieron los hechos, tenían identificado a cada uno de los jugadores.

Esto es fútbol señores, y un resultado puede modificarlo todo. Lo primero es que Asociación Atlética Estudiantes se quedó con el “1” en lo deportivo y quedó claro en el rectángulo de juego, si en la sala de “amores y traiciones” no pierde la partida, que el equipo de Marcelo Vázquez podía recomponerse desde lo futbolístico después de la derrota ante Defensores de Belgrano de Villa Ramallo.

Con ese resultado ya puesto, los habitantes de la sala VIP jugaron sus fichas. Luis Lobo Medina, árbitro tucumano de dudosos antecedentes –se sospecha que muchos dirigentes y, quien designa los colegiados en el Consejo Federal, saben que es uno de los nombres del “sistema”-, fue el elegido para llevar a un partido hasta el límite de lo racional.

Esto es fútbol señores, y un resultado puede modificarlo todo. No hubo recusación por parte de Asociación Atlética Estudiantes a esta designación por parte del cuerpo colegiado –el tucumano tenía tres antecedentes dirigiendo Estudiantes fuera de casa, ante Desamparados en dos oportunidades (un triunfo y un derrota) y ante Unión de Villa Krause-. El clima era de sospecha entre los jugadores del salón VIP. Las miradas se cruzaban cómplices y con sonrisas amigables. Pero los tres jugadores sabían que sólo dos de ellos ascendían, y que por los resultados del fútbol, dos habían acordado a quien iban a echar al medio. El fútbol es un juego y, como tal, Estudiantes le ganaba claramente a Central Córdoba de Santiago del Estero. Y en 40 minutos, el árbitro fue determinante para el 2 a 2 final, para elaborar su informe, y para que el sistema ético del Tribunal de Disciplina del Consejo Federal actué con una dureza deportiva nunca antes conocida, al menos en resolución de éste Tribunal, no así el del ascenso metropolitano.

Esto es fútbol señores, y un resultado puede cambiar todo. En la fecha final, los dirigidos por Marcelo Vázquez ratificaron que todos los integrantes del plantel han trabajado para obtener el resultado deportivo del ascenso. Le ganaron bien a Gimnasia y Esgrima de Mendoza y se sacaron las ganas de gritar una victoria en un semivacío estadio “Ciudad de Río Cuarto – Antonio Candini”. Los “albinegros” quedaron gritando lo mismo que sacaron desde sus gargantas los “imperiales” la fatídica noche del primer sábado de abril de 2018. Central Córdoba, en Santiago del Estero, y ante un estadio repleto, festejaba el ascenso deportivo, que tiene la mancha de la sospecha de corrupción que involucra a todos los estamentos –políticos deportivos en AFA y políticos partidarios que están en el gobierno santiagueño- , aunque esto al momento de la alegría sólo tuvo una dedicatoria: su eterno rival, Mitre, que milita en la B Nacional y está en zona de descenso directo. Y en ese contexto, cuerpo técnico y jugadores del “celeste” se dieron el mejor regalo: se despidieron ganando en la última fecha.

Esto es fútbol señores, y un resultado puede cambiar todo. Llegan los play offs, y los jugadores de la Sala VIP bajaron al “1”, número que le había otorgado el status deportivo. Ahora, ese privilegio lo asume Gimnasia y Esgrima de Mendoza, el otro participante en la mesa chica de la partida que se juega noche y día en las cercanías de la calle Viamonte al 1600 de la CABA.

Esto es fútbol señores, y un resultado puede modificarlo todo. El primer rival que deberá cruzar Estudiantes en los play offs por el segundo ascenso es Crucero del Norte de Misiones. Tiene antecedentes de ser un gran jugador en la sala VIP –con el empresario Julio Koropeski a la cabeza-. Lo que cambió con el paso del tiempo es que el “padrino” ya no está en el sillón de la calle Viamonte. Y como sucedió el último domingo de mayo de 2009, un tal José Mancinelli, un tal Gastón Bottino, un tal Nicolás Rodríguez, un tal Juan Palandri, comandados por Hugo Mattea, le ganaban en Santa Inés al “colectivero”, perdían en Río Cuarto en los 90’, y en los penales, obtenían el ascenso al ex Argentino A, pateando el tablero de lo preestablecido por el “sistema” y todo el pueblo imperial festejó un triunfo deportivo. Por escribir una nueva hazaña van los “leones del Imperio”.

Esto es fútbol señores, y un resultado deportivo puede modificarlo todo. En el primer cruce, los “celestes” de la Avenida España definirán de local quién sigue y qué equipo es el eliminado. Esto no asegura nada desde lo deportivo, porque el “sistema” le dio la peor lección, en el “Ciudad de Río Cuarto – Antonio Candini”, a una institución que tiene dirigentes con empuje y ganas de crecer como la que encabeza Alicio Dagatti.

Quiénes venimos transitando el fútbol organizado desde finales de la década del 70, conocemos de las reglas no escritas que tiene la alta competencia. La “ley del gallinero”, como decían en el pueblo, viene como anillo al dedo cuando uno intenta encontrar una explicación de lo corrupto que es afuera el “sistema” del fútbol organizado cuando se está en las puertas del profesionalismo.

No hablar, no sentir, no pedir, no exigir, no... y no… parecen ser los indicadores del sistema aleccionador del “todo pasa”. Es cómo mucho, ¿o no?

Jugadores, cuerpo técnico, simpatizantes y dirigentes esperan que Asociación Atlética Estudiantes se recomponga a todas las adversidades y, como sucedió el último domingo del mes de mayo de 2009, que un resultado deportivo cambié la predigitado por este “sistema” al que muy pocos se atreven a enfrentar.

(*) Periodista

Foto: Al Toque