La frase forma parte de la historia de Marylin Targhetta, la riocuartense que, con tan solo 17 años, se destaca cada domingo en Universidad Verde y ya ostenta dos participaciones en la Selección Argentina de la categoría. “Cuando empecé en ‘Los Pulguitas’ (a los 7 años) era la única mujer que jugaba”, recuerda y, sobre lo que conlleva defender los colores de su país, define: “Es una sensación única”.
Juega en el múltiple campeón, Universidad Verde. Es chica y se destaca entre las grandes. Posee dos experiencias internacionales en la Selección Argentina Sub 17 y va por más. Marylin Targhetta retrata su historia, la de una chica que, como tantas, empezó a jugar al fútbol cuando ése deporte todavía excluía socialmente a la mujer. Sin embargo, la luchó, no abandonó, recibió el incondicional apoyo de sus padres y, en la actualidad, brilla en cada partido de su equipo, uno de los más destacados en el fútbol organizado de la Liga Regional de Río Cuarto.
La riocuartense, nacida el 15 de marzo de 2001, cursa el último año del secundario y cuenta su historia en Al Toque Deportes. Recuerda cómo fueron sus inicios y habla de su experiencia en el combinado nacional.
El romance entre Targhetta y el balón nació bien temprano. Pese a ser estimulada por otros deportes, la delantera sabía y tenía claro cuál era su pasión y pertenencia. “Empecé a los 7 años en una escuelita que se llama ‘Los Pulguitas’. Al poco tiempo me fui a ‘Don Bosco’, que era una escuelita de varones que estaba a dos cuadras de mi casa y ahí estuve mucho tiempo. Después me enteré que estaba la Universidad, les pregunté a mis papás si podía empezar y hace tres años ya que estoy en la Universidad Verde”, rememora inicialmente la goleadora del “Verde” y siguió: “Me gustó siempre el fútbol. Me insistieron con patín desde chiquita, pero no funcionaba. Me gustaba el fútbol y no había otra, no me podían convencer (risas)”.
El desarrollo del fútbol femenino ha crecido sustancialmente en los últimos años y, cada día que pasa, toma mayor consolidación en el imaginario social y en el terreno propiamente dicho. En efecto, es notoria la afluencia de niñas en distintas escuelitas formativas. En ese sentido, Targhetta compara sus inicios con la situación actual: “Cuando empecé en ‘Los Pulguitas’ era la única mujer que jugaba. Al siguiente año éramos, más o menos, cinco chicas. Todo fue creciendo y ahora, a diferencia de otros años, está mucho mejor y cada vez va a ir creciendo más”.
Haberse formado y, en cierta forma competido, entre varones también le entregó enseñanzas y potenció ciertas virtudes que la caracterizan en su juego. Puntualmente, sobre lo físico, precisa: “Te ayuda bastante con el tema de poner el cuerpo y te da más confianza”.
Una chica de Selección
Pese a su corta edad, Marylin Targhetta ya anotó en su currículum títulos en la Liga Regional de Río Cuarto y dos intervenciones en la Selección Argentina Sub 17: el Sudamericano realizado en Venezuela 2016 y el desarrollado en San Juan, en el pasado mes de marzo.
La futbolista de Universidad detalla cómo fue su llegada al combinado nacional: una referente local, incidente en su camino. “Tenía 14 años, de hecho los 15 los cumplí en Venezuela (NdR: a los 17 los festejó en San Juan). Hicieron una prueba, (la entrenadora) Mariana Ferretti seleccionó jugadoras de cada equipo y nos llevó a una prueba, y ahí el técnico decidía quién quedaba y quién no. Después hubo una segunda prueba en el predio de Ezeiza e hicieron la lista definitiva. Este año (por 2018) fue así también”, describe.
Targhetta tiene metas por cumplir pero reconoce que calzarse la indumentaria nacional ya es todo un sueño cumplido. Sobre lo que esto implica, sincera: “Es una sensación única. No lo podía creer cuando estaba ahí. Ves la cancha y es todo perfecto. Pensas que Messi estuvo ahí (en el predio de Ezeiza), ver a (Jorge) Sampaoli, que nos fue a ver en un entrenamiento… es todo muy loco”.
Lo deportivo y lo extradeportivo
La Selección Argentina de Fútbol Femenino Sub 17 está lejos de los combinados de punta, según reconoce la propia protagonista. No obstante, destaca que el rendimiento en San Juan fue superior al de Venezuela 2016.
En ese contexto, vale recalcar que, en el reciente torneo, el representativo nacional finalizó tercero en la Zona A (producto de un triunfo, un empate y dos derrotas) y no logró avanzar a la ronda final. Mientras que, dos años atrás, solo había cosechado un punto.
“Este Sudamericano fue mejor que el otro, nos fue mucho mejor a pesar de que no pudimos clasificar. En el Sudamericano pasado habíamos salido en el último puesto y ahora salimos terceras en nuestra zona. Creo que estamos creciendo, aunque creo que estamos muy por debajo de otras selecciones y eso se nota”, analiza y profundiza: “Antes del campeonato jugamos amistosos contra Brasil y Estados Unidos, y (la diferencia) se notaba en lo físico y la velocidad. Ellas vienen de una preparación de hace un año y medio, y es como que ya se conocen. Nosotras tuvimos menos de un mes de preparación. A pesar de eso, creo que estuvimos bastante bien”.
Más allá de lo futbolístico, Targhetta, como distintas futbolistas que defienden la casaca nacional, muestra su disconformidad en torno a lo que rodea una participación de tamaña dimensión. “Creo que nos falta mucho en todo sentido. La organización no es muy buena”, sintetiza y lo ejemplifica con una anécdota incompresible: “Llagamos del Sudamericano y los técnicos nos dejaron solas en el aeropuerto. Había chicas como yo, que somos menores, que no sabíamos cómo arreglarnos. Yo más o menos me manejé, pero había otras chicas que no sabían cómo sacar el vuelo. Había un solo chico que nos sacó el vuelo a todas y se fue, pero teníamos que despachar las valijas… es enorme el lugar y tenés que ir preguntando”.
Definiciones de una romperedes
> Sobre el nivel del torneo de la Liga Regional. “Creo que hay muchas chicas que tienen un muy buen nivel, como para estar en la Selección. Pero por ahí no se les da la posibilidad a todas. Hay buen nivel acá, mejor que en Córdoba te podría decir”.
> Anhelos. “Uno de mis sueños era llegar a la Selección y ya está cumplido. Pero también jugar con la selección mayor y poder jugar fuera del país”.
> Referentes. “No tengo una mujer referente. Obvio que sigo mucho a Messi. Me fijo también en los movimientos de Pavón, Benedetto, Scocco”.
> Un entrenador. “Me acuerdo siempre de José Pérez, que fue mi técnico en Don Bosco. Siempre me alentaba”.
La charla concluye distendida. Nos filtran información sobre su “Lado B”, que es la música. Dicen que es una de las que armoniza el vestuario del “Verde”. “Canto cualquier cosa”, explica sonriente y amplia: “Lo hago porque me gusta. Aprendí sola a tocar la guitarra”.
Luego, llega la hora de la despedida. Acompañada por su mamá, se suma a los saludos por los 10 Años de Al Toque Deportes y agradece la invitación. Con conceptos claros y con un panorama aún mejor. Como cada domingo en el campus, o donde quiera que rueda su socia y entrañable amiga, la pelota de fútbol.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque