Es domingo 21 de junio de 2009. Día del Padre y por feliz coincidencia es la fecha donde me toca sumar un año más en el calendario de la vida. En medio de tanto amor, cariño familiar y de amigos, de saludos y de regalos, el periodista –o el militante constante de la noticia- nace en la piel.
Por eso “chequear” la transmisión de la Cooperativa no resulta nada raro entre mis afectos personales. La frecuencia de “Los 40 Principales Río Cuarto” ya está sintonizada, la voz de Pablo Amiot en “La Previa” conectándose con Julio Rivoira desde General Cabrera, están en el aire, pero la noticia de la suspensión del partido entre Atlético Sampacho y Atlético Granada, me conmueve: se ha muerto un joven en una cancha de fútbol y rápidamente asocio: “es la primera vez en la historia de la competencia organizada que eso sucede”.
Un llamado a la producción para saber, ¿qué paso?, ¿cómo fue?, es sólo la excusa para introducirme más en el tema. Salgo de nuestro dial, paso por otras frecuencias, no encuentro lo que busco “saber algo más”, hasta que una voz muy tierna de familia –es la de mí esposa- me dice: “hoy es tú cumpleaños, es día del padre y dijiste que no ibas con los chicos a la radio para quedarte con nosotros”.
Mates, tortas, alegrías, saludos, pero interiormente preguntas y más preguntas, que intentaban buscar respuestas y no las encontraban.
Para el lunes ya había más: ¿Nadie piensa hacer nada?, se preguntaba la nota de fondo en www.altoquedeportes.com.ar sobre los hechos de violencia sucedidos en nuestro fútbol. Y las noticias se siguen acumulando, se viene el Argentino A, Atenas convoca y se congregan en Río Cuarto importantes dirigentes de clubes que participarán en el próximo Argentino B, Gastón Bottino se pone la camiseta de Centro Social Las Higueras, perdió Urú Curé, se juega una nueva fecha de la Liga Independiente Juárez Celman y más y más...
La sabiduría indicaba que había que tomar una conducta prudente, e intentar, sumar una reflexión al debate que ya había ganado a través de los trabajadores de prensa, los medios de comunicación de Río Cuarto.
Volví a consultar –como lo hago casi siempre- el diccionario para reafirmar los significados de cinco vocablos y así en, Desorden, Orden, Justicia, Deporte y Vida, busqué un eje para articular un pensamiento.
Expresa la RAE, sobre estas palabras: “Desorden: Perturbación del orden y disciplina de un grupo, de una reunión, de una comunidad de personas. Orden: Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Justicia: Aquello que debe hacerse según derecho o razón. Deporte: Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre. Vida: Unión del alma y del cuerpo”.
Y como dice la tribuna, “con el diario del lunes”, es todo más fácil, me interrogué, ¿cuántos nos atrevemos a puntualizar desórdenes cuando debe existir el orden?; ¿cuántos nos decidimos a militar por Justicia cuando está en juego la Vida?. ¿Cuántos consideramos el Deporte, como lo es en su acepción gramatical y no lo transformamos en un negocio, que termina siendo un “Kiosco”, como también lo expresa las sabias definiciones filosóficas de los habitantes del tablón?
Allí recuperé la militancia de la noticia tras el suceso adverso que nos toca vivir en estas horas los que cronicamos, comentamos y opinamos sobre el fútbol de Río Cuarto.
Conseguí interrogarme sobre mis actitudes periodísticas en “La Previa”, que es cuando concurro a las canchas. ¿Cuántas veces me pregunté o pregunté si estaban los servicios de emergencias en el estadio?. ¿Cuántas veces en el fútbol local compartí una transmisión e interrogué sobre si estaba el médico en la cancha?. ¿Cuáles son las reglas que rigen para que haya derecho y razón en un acto imponderable en un estadio?. Y allí me hice la última pregunta que busqué lo más profundo de mis conocimientos: ¿Cuánto de sabiduría tengo para respetar el deporte y defender la Vida?
Llego a esta altura de la opinión y confieso impotencia, saben porqué: porque es muy difícil formarse en una sociedad donde no se premia la sabiduría, si no todo lo contrario. La muerte súbita, cómo sucedió con el joven Leonardo Fichetti en el estadio de Atlético Sampacho, es una desgracia; pero con personas que quedan excluidas de sus derechos a la Vida; con 25 niños por día menores de un año que por causas evitables, no es agenda permanente en la cotidianeidad de nuestra actividad, pero, si muchas veces repetimos como consignas vacías, para explicar estas desgracias: y... no había ambulancia en la cancha, y... no estaba el médico”. En estos casos la ciencia y con la traducción a la voz de los habitantes del tablón expresa: “podes tener 100 profesionales al lado del paciente y la sala de cuidados intensivos a la par del lugar donde sucedió el hecho pero no hay posibilidades de sacarlo adelante”. Es así.
Y al final, entonces se preguntará: nos tenemos que acostumbrar a vivir así y no hay nada para cambiar. No, nada que se le parezca. Se puede cambiar y se deben hacer los esfuerzos para lograrlo.
Pero buscando los parámetros de la Justicia para que haya posibilidad de Vida para todos: con Orden para que se imponga sobre el Desorden, y el Deporte diferenciando juego sobre competencia.
Deberemos entre todos, periodistas deportivos, dirigentes deportivos, directores técnicos, jugadores, y sociedad, buscar los parámetros para iniciar un despegue definitivo. Para ello, el primer ordenador social debe ser el Estado, en consecuencia serán con las autoridades municipales las que se deberán ordenar las acciones que lleven a modificar actitudes.
Si desde la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto, como mayor organización deportiva de entidades civiles sin fines de lucro en esta parte de la provincia con 12 mil personas movilizadas cada fin de semana, que producen un movimiento en la economía social, lo descubrimos solamente cuando sucede una desgracia, es seguro, que caminaremos hacia una segunda desgracia, porque así cómo llego la primera debemos entre todos intentar que no suceda la segunda.
Porque la próxima puede que no sea una muerte súbita de un jugador, puede que acontezca una muerte por un hecho de violencia social y será allí donde todos habremos fallado.
Si para ese día, la desigualdad continúa, si la Justicia es sólo para algunos, si se nos siguen muriendo 25 niños por día por causa evitable, seguramente, la Inseguridad en la que vivimos será por una falta de agentes del orden y/o policía y los hechos de violencia en una cancha de fútbol sucederán porque “loquitos o marginados” están en las canchas y no consideraremos que sociedad de desigualdad estamos construyendo.
Carlos Valduvino - Redacción Al Toque