El Mundial Rusia 2018 no contará con ningún jugador surgido en la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto. Desde Al Toque Deportes hacemos la previa contando quiénes fueron los jugadores de esta región que vistieron la celeste y blanca. Un nota de colección.
La riqueza del fútbol de Río Cuarto y la región se manifiesta en el recorrido que desglosa su fecunda historia. Desde el 6 de abril de 1917, fecha en la que el fútbol de la ciudad de Río Cuarto comenzó a organizarse, son muchos los hechos memorables que han sucedido. Desde entonces, el fútbol de nuestra región ha ido atravesando barreras hasta posicionarse como uno de los más importantes de la República Argentina. Lo descrito se denota con los quince jugadores surgidos en el fútbol regional que han vestido la insignia de la Selección Nacional, en diversas competencias. Una relación que comenzó a principios de la década del veinte del siglo XX.
Tras el éxito de la Selección Española en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920, cuya base estaba formada por jugadores vascos, la colonia vasca de Argentina decidió recibir a los futbolistas españoles. Esta visita quedaría en la historia como el famoso “Viaje de los vascos” a Sudamérica - también fueron a Uruguay - y se constituiría como la primera salida a tierras foráneas de la incipiente Selección de Euskadi.
La Asociación Argentina Amateur de Football fue la que ofició de anfitrión y puso a disposición sus seleccionados para enfrentar a los vascos. En el estadio de Sportivo Barracas se disputaron tres partidos amistosos pero el que más interesa en esta historia es el que la Selección Vasca disputó el 30 de julio de 1922 ante la Selección Nacional del Interior.
En ese partido, que tuvo como ganador a los españoles por 4 a 0, estuvo presente Venancio Pereyra. El defensor central, que jugó para Asociación Atlética Estudiantes y Sportivo y Biblioteca Atenas, fue el primer riocuartense en integrar un seleccionado nacional. Cuenta el historiador Omar Isaguirre que Pereyra se inició futbolísticamente en el viejo club San Martín y jugó también en Huracán de la Loma Fría, el seleccionado de la Federación y tuvo un paso muy rápido por Instituto de Córdoba en el año 1923.
El cotejo que contó con la presencia del Ñato tiene la triste particularidad de ser el encuentro en que se produjo la primera muerte en un estadio de fútbol. El periodista Edgardo Imas, miembro del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol, descubrió que en ese partido se produjo la primera muerte en el fútbol argentino.
La víctima fue un menor de edad de quien el diario "El Telégrafo" primero informó que se fracturó un brazo cuando "se cayó de una tribuna improvisada sobre una chata de cuatro ruedas" afuera del estadio. El 1° de agosto, el periódico publicó que el menor había fallecido y alertó sobre “la responsabilidad de la policía y de los dirigentes de Sportivo Barracas para evitar que los vehículos se estacionen para que se suban espectadores que van a ver los partidos desde allí”.
Oscar Alberto Massei, el delantero que asombró al fútbol argentino con su capacidad goleadora en Rosario Central, fue citado para que defienda los colores nacionales en los Juegos Panamericanos de 1955 que se celebraron en el Distrito Federal de México. Pero el jugador surgido en las inferiores de Centro Cultural Alberdi desechó esa posibilidad porque priorizó su carrera profesional cuando el Internacional de Milán se interesó por sus servicios. El tiempo iba demostrar que su decisión fue la correcta. En Italia, Massei forjó una extraordinaria carrera futbolística destacándose en el Inter y transformándose en ídolo en el Spal de Ferrara. “Cuando recibí la oferta del Inter decidí renunciar a la selección porque priorice la situación personal. Era un oferta que en ese momento no quise dejar pasar”, cuenta Massei. Pero aclara: “Mi decisión no les gustó a los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino y se negaron a entregarme el reconocimiento por haber sido el goleador del campeonato de Primera División A de 1955”.
Pero, además de negarle su merecido galardón, la AFA se despachó en contra de Oscar Massei de la siguiente manera: "En consideración al legítimo derecho de un jugador profesional a mejorar notoriamente su situación económica autoriza la transferencia pero al mismo tiempo deplora la actitud del club de transferir a un jugador imprescindible para la Selección Nacional”.
Luego de la negativa de Massei de jugar en la Selección Argentina, los riocuartenses Anacleto Peano y Eduardo Quiroga fueron preseleccionados, pero ninguno de los dos llegó a jugar un partido con la casaca albiceleste. Peano fue convocado por Juan Carlos Lorenzo en 1961 en una preselección que se preparaba para disputar el Mundial de Chile de 1962. Pero el volante de Racing Club, quien fue convocado con su compadre futbolístico Federico Sacchi, tuvo que desistir por una lesión. Por su parte, Quiroga fue convocado en la década del setenta pero se vio imposibilitado de jugar porque se fue a jugar al exterior.
En 1979, por primera vez un jugador de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto fue convocado para la Selección Argentina. Para la Copa América de ese año, César Luis Menotti tuvo en consideración a Eduardo Saporiti. El lateral surgido en Lutgardis Riveros de Alcira Gigena, quien se desempeñaba en River Plate, formó parte del elenco argentino que participó en el evento continental que finalmente quedó en manos de Paraguay.
La Copa América 1979 no contó con una sede fija y los equipos, que fueron divididos en tres grupos, se enfrentaron entre sí en partidos ida y vuelta. Argentina integró el Grupo B junto a Brasil y Bolivia y no logró acceder a la fase final. El Tingui disputó los dos partidos ante la selección boliviana. El 18 de julio, en el estadio Hernando Siles de La Paz, jugó todo el encuentro en el que el conjunto local fue vencedor por 2 a 1. En el cotejo de vuelta, llevado a cabo en la cancha de Vélez Sarsfield el 8 de agosto, Saporiti jugó los noventa minutos en los que Argentina ganó 3 a 0. En el recuerdo queda el hecho anecdótico de haber jugado junto a Daniel Passarella y Diego Maradona, quienes ese día anotaron un gol cada uno.
Tuvieron que pasar doce años para que un jugador surgido en la LRFRC vuelva a vestir la casaca de la Selección Argentina. En 1991, Alfio Basile convocó al delantero Ariel Boldrini, quien arribó a Río Cuarto desde su Berrotarán natal para iniciar sus pasos futbolísticos en Deportivo Italiano. Su gran momento en Newell’s de Rosario fue decisivo para que Basile lo seleccione en los primeros partidos de su ciclo al frente de la Selección Argentina. En total disputó cuatro partidos con la albiceleste.
Su debut fue el 19 de febrero de 1991 en el estadio de Rosario Central ante Hungría. Argentina ganó 2 a 0 y Boldrini ingresó a los 27 minutos del segundo tiempo en lugar de Ramón Medina Bello. También formó parte de los duelos ante Brasil (3-3 en estadio de Vélez el 27/03/1991) y Estados Unidos (1-0 en Palo Alto, California, el 19/05/1991).
Pero sin dudas, el más significativo es el que jugó ante Inglaterra en el mítico estadio de Wembley. Ese partido disputado en tierras londinenses el 25 de mayo de 1991, que es recordado por la remontada argentina quien luego de ir cayendo 2 a 0 logró llegar a la igualdad, Ariel Boldrini jugó los noventa minutos. Era el comienzo de una etapa histórica para el fútbol de la Liga Regional de Río Cuarto que estaba a punto de llegar.
El jugador que logró la cotidianeidad de la Selección Argentina en Río Cuarto fue Pablo César Aimar. El volante surgido en Asociación Atlética Estudiantes conquistó lo que antes ningún jugador había producido: familiarizar a Río Cuarto con la selección.
Con su exquisito juego, Aimar fue símbolo de las Selecciones Juveniles que comandaba José Néstor Pekerman. A los 15 años empezó a dar sus primeros pasos vistiendo la casaca nacional en el Sudamericano Sub 17 de Perú 1995. Con dos goles convertidos, el riocuartense iba a ser clave para lograr la clasificación al Mundial de la categoría que se disputó en Ecuador. En la cita mundialista convirtió tres goles y también fue una pieza vital para alcanzar el tercer puesto en tierras ecuatorianas.
Fue en 1997 cuando se ganó la consideración del pueblo argentino. Vistiendo la casaca del seleccionado Sub 20 se convirtió en el gran Pablito Aimar que asombraría al ambiente futbolístico. En el Sudamericano de Chile descolló con su actuación – la CONMEBOL lo eligió el mejor jugador – y Argentina obtuvo el certamen después de treinta años. Con un juego desequilibrante, y marcando cuatro goles, se constituyó en un eslabón fundamental de ese equipo que contaba con grandes proyecciones como Juan Román Riquelme, Esteban Cambiasso, Diego Placente y Walter Samuel.
Meses después, en el Mundial de Malasia, Aimar y los suyos iban a dar otra exhibición futbolística para quedarse con el certamen. El riocuartense jugó en todos los encuentros y anotó un gol de gran factura ante Inglaterra en los octavos de final.
El dato es que Pablo Aimar disputó el Mundial de Malasia 1997 con 17 años y tuvo la posibilidad de disputar otro Sudamericano Sub 20. Esta vez fue ante su gente en el campeonato desarrollado en Argentina en 1999 en donde nuevamente fue campeón. En el torneo continental jugó ocho partidos y anotó dos goles. Para Río Cuarto esta competencia fue especial porque contó con la presencia de tres jugadores de la ciudad: Pablo Aimar, Franco Costanzo y Guillermo Pereyra.
Costanzo y Pereyra tienen la particularidad de haber compartido los planteles juveniles. Juntos jugaron el Sudamericano Sub 17 de Paraguay 1997, el Mundial Sub 17 de Egipto 1997 y el Sudamericano Sub 20 de Argentina 1999. No compartieron el Mundial Sub 20 de Nigeria 1999 en donde Constanzo fue el arquero titular.
También coincidieron en el Torneo Esperanzas de Toulon 1999 en donde Guillermo Pereyra fue elegido la figura del torneo y fue clave para que el combinado argentino dispute la final ante Colombia. Pero así como hicieron el recorrido por las selecciones juveniles, ambos jugadores no tuvieron chances en la selección mayor. Sólo Franco Costanzo jugó un partido amistoso. Fue el 16 de julio de 2003, en la estadio Ciudad de La Plata, ante Uruguay. El combinado que dirigía Marcelo Bielsa, y que tuvo como titular al riocuartense, ganó por 3 a 2.
A diferencia de Costanzo y Pereyra, Pablo Aimar pudo solidificar un gran paso por la selección mayor luego de su correcta participación en las categorías juveniles. Con la Selección Argentina disputó 52 partidos (36 oficiales y 16 amistosos), convirtió 8 goles y fue dirigido por cuatro directores técnicos: Marcelo Bielsa, José Pekerman, Alfio Basile y Diego Maradona.
Bielsa fue el que más lo utilizó. Contó con él en las Eliminatorias Sudamericanas, en el Mundial de Corea – Japón 2002 y en varios partidos amistosos. No pudo tener sus servicios en la Copa América de Perú 2004 porque Valencia no lo cedió. En total jugó 40 partidos y convirtió 6 goles en el ciclo de Marcelo Bielsa.
Con Pekerman, el técnico que lo hizo brillar en las selecciones juveniles, participó en encuentros de Eliminatorias Sudamericanas, en la Copa Confederaciones Alemania 2005 y en el Mundial de Alemania 2006. En total disputó 12 partidos y anotó un gol. Alfio Basile lo utilizó en tres partidos amistosos y en la Copa América de Venezuela 2007. En el torneo continental, Aimar fue la segunda alternativa con la que contó Basile detrás de Juan Román Riquelme. En este ciclo jugó 8 partidos y marcó un gol.
El último partido que disputó con la Selección Argentina fue el 11 de octubre de 2009 en el estadio Monumental de Núñez. Diego Maradona, en ese entonces director técnico del combinado nacional, lo convocó por primera vez para que disputar el partido clave ante Perú. El riocuartense ingresó de titular y en el primer tiempo habilitó, con un pase quirúrgico, a Gonzalo Higuain para que anote el primer gol. Esa noche lluviosa, que tuvo a Martín Palermo como actor protagónico, fue la última actuación de Pablo Aimar con la Selección Argentina.
En las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Brasil 2014, el director técnico Alejandro Sabella tuvo en la consideración a otros dos jugadores surgidos en la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto: Pablo Guiñazú y Hugo Campagnaro. A la postre, el defensor nacido en Coronel Baigorria sería subcampeón del mundo en Brasil.
El viernes 7 de septiembre de 2012 quedará en la historia de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto. Ese día, en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, Pablo Guiñazú y Hugo Campagnaro jugaron juntos por primera vez en un partido oficial de la Selección Argentina. En ese partido Argentina venció 3 a 1 a Paraguay y los jugadores surgidos en nuestro fútbol contribuyeron para que el sueño mundialista pueda ser realidad.
Otros jugadores surgidos en esta región que en vestieron la casaca argentina fueron Julio Buffarini, los defensores Alexis Zarate y Lucas Suárez Scaralea y el juvenil Rufino Benítez. El volante de General Cabrera disputó una serie de amistosos. Zárate disputó el Sudamericano Sub 15 de Bolivia 2009 y el Mundial Sub 17 México 2011. Por su parte, Suárez Scaralea formó parte del plantel que jugó el Mundial Sub 20 en Nueva Zelanda. Mientras que Benítezformó parte del plantel Sub 15 que se consagró del Sudamericano 2017
Gráfico: Al Toque
Redacción Al Toque
Fuentes
Marcelo López Tobarez (www.paginacelesteweb.com.ar)
Víctimas en el fútbol argentino de www.salvemosalfutbol.org
Datos suministrados por el historiador Omar Isaguirre.