Por Leonardo Gasseuy
(San Petersburgo, Rusia).-. Son las 22:00 PM en San Petersburgo. Para quienes vivimos en Argentina no es común – salvo en Ushuaia – el fenómeno de las noches blancas (White Nights). A esta hora nos sorprendemos al encontrarnos con el sol bien alto. La luminosidad durará hasta la medianoche y a las 2:30 AM volverá a salir. Aquí no existe la noche. San Petersburgo le rinde pleito a la luz continua.
Somos, nos ufanamos en decirlo, tal vez los primeros argentinos que estamos llegando a la ciudad en donde el equipo de Jorge Sampaoli jugará ante Nigeria el partido decisivo en el estadio Krestovski del Zenit. Para clasificar es necesaria la victoria ante los nigerianos y que Islandia no derrote a Croacia.
Son muchos los comentarios que nos llegan a la mesa de trabajo. Es mucha la circulación de noticias desagradables en cuanto a lo que estaría ocurriendo puertas adentro en Bronnitsy, lugar en el que habita la Selección Argentina. “Que Sampaoli no tiene el peso necesario”, “Que ha habido una falta de reconocimiento por parte de los jugadores del trabajo del DT”, “Que Sampaoli estaría enfrentado con algunos de sus íntimos ayudantes”, “Que hay mala convivencia entre los jugadores”, son algunas de las tantas versiones.
De ninguna manera damos certezas de esas especulaciones. De esa palabra fácil que surge del ambiente del fútbol. Nosotros nos validamos de las realidades. Y la realidad es la que nos hace esperar este partido tan importante para la selección.
Todos esperamos que la calidad de nuestros jugadores, esa que despliegan en los mejores equipos del mundo, aparezca en San Petersburgo y permita enderezar hasta lo que ahora es una nefasta participación futbolística en esta Copa del Mundo. Una vez más habrá una avalancha de hinchas acompañando a su equipo esperando que surja, de una vez por todas, la estirpe del jugador argentino.
Dijimos que nos validamos de las realidades y hoy la principal es que el hincha argentino que camina por el suelo ruso está arrasado por la decepción, por lo que ha demostrado el equipo. En San Petersburgo, el lugar de las noches blancas, los argentinos esperamos que la luz arroje una mejora en el rendimiento de nuestra selección.
Redacción Al Toque