A comienzos de abril la noticia del ascenso del equipo de la Universidad de Río Cuarto a la Liga Nacional B de Hóckey sobre Césped resonó en el basto mundo deportivo riocuartense. “Es algo histórico para el hockey de Río Cuarto por eso nosotros todavía no lo podemos creer. El año que viene tenemos Liga Nacional y eso para nosotros es espectacular sobretodo para el desarrollo del hockey nuestro”, decía entre la emoción y la incredulidad Mariana Ochello, integrante de aquel conjunto que coronó una enorme campaña con el título en el Argentino A1 de Clubes en Santa Fe.
Cuando aún no se habían acallado los ecos de la gloria inédita alcanzada por las universitarias dirigidas por Mario González surgió un primer gran obstáculo a la hora de pensar a futuro y afrontar el tercer estamento del deporte a nivel nacional: la infraestructura. Pues, por la jerarquía y magnitud, la Federación de Hóckey impone ciertas condiciones inexorables para disputar el el certamen. Una de ellas es la obligatoriedad de una cancha con superficie sintética. Esa resultaba ser la traba más incómoda de sortear para el equipo universitario que si quería jugar de local en la Liga Nacional B tendría que constriur un escenario con esas características –afronta desde siempre el torneo de la Federación Cordobesa en su tradicional cancha de tierra-, o bien hacer las veces de local en algún club de la capital que posea esas características, con todo lo que ello implicaba.
Así las cosas, la incursión de la Universidad parecía tener una arista de complejidad no menor. Es por ello que no tardaron en llegar las gestiones con las autoridades del deporte municipal y del propio gobierno de la ciudad para procurar brindarle una salida a una situación íntimamente ligada a las flaquezas del desarrollo de la infraestructura para albergar una Liga Nacional B de Hóckey.
Y, luego de varias reuniones, esas gestiones llegaron a buen puerto. Merced al aporte de fondos de la Nación, la construcción de la cancha de superficie sintética será una realidad. Al menos así fue anunciado por el flamante Secretario de Desarrollo Urbano de la Municipallidad de Río Cuarto, Claudio Miranda, quien aseguró que esta obra para el desarrollo del deporte local está inmersa en un plan integral de $184 millones.
“La construcción de la cancha de hóckey sintética está contemplada en las obras que se realizarán en la ciudad. Será un gran aporte a la infraestructura deportiva y un beneficio para más de quinientas chicas que juegan al hóckey en la ciudad”, remarcaba ante la prensa el funcionario municipal a la hora de desglosar cada una de las acciones que se realizarán en la ciudad en el marco de ese ambicioso plan de obras.
De acuerdo a lo estipulado por el Secretario de Desarrollo Urbano, la cancha de hóckey sintética insumirá una inversión de $918 mil y cuyo plazo de ejecución es de cuatro meses. Claro que las primeras tareas para la construcción comenzarían a vislumbrarse después de las elecciones legislativas de este domingo, cuando empiecen a desembarcar los fondos de la Nación gestionados por la Municipalidad.
“Esperemos que se haga realidad un hecho que puede ser la coronación de un gran sueño de toda la gente. Esperemos que con esta concreción de obra haya una gran explosión del hóckey”, se ilusionó Mario González, técnico del equipo de hóckey de la Universidad y un incanzable trabajador en esta disciplina que tendrá deportivamente un representante en el tercer estamento a nivel nacional, pero que aún espera por la consolidación infraestructural.
A la par del velódromo
Es un hecho que la nueva cancha de hóckey sobre césped sintética que se prometió construir se emplazará contigua a la velódromo municipal.
El nuevo escenario será parte del paisaje que presente el predio del Polideportivo Municipal N° 2 y estará en medio de la pista de atletismo que desde hace un buen tiempo funciona detrás del estadio de fútbol de Estudiantes de Río Cuarto.
“Un paso indispensable”, dijo Mario González, DT del equipo universitario de hóckey que logró el ascenso a la Liga Nacional B.
Esta obra pondría al hóckey de la ciudad, en cuanto a lo infraestructural, al nivel de las mejores Federaciones del país. Aparte es una inyección anímica muy importante especialmente para las jugadoras de Río Cuarto. Porque la Federación nos había puesto plazo para tener la superficie sintética adecuada para jugar la Liga Nacional B. Si esto no salía, viajar a jugar de local en Córdoba iba a ser complicado, casi imposible.
Es un avance indispensable, era un paso que había que dar. Éste era el último año que nos dio la Federación Cordobesa para jugar en tierra (superficie de la cancha de Universidad y también de Urú Curé). Y el ascenso nos obligaba a dar el salto en la ciudad. Este ascenso logrado si bien es de una institución en particular (Universidad), es de la ciudad toda, es el orgullo de todos y, a su vez, una inyección para algunas ex jugadoras que podemos recuperar y que vuelven. Por donde se lo mire será positivo.
En principio la idea era poder inaugurar la cancha antes de fin de año, sería un plazo de cuatro o cinco meses. Ojalá sean esos los tiempos para nosotros poder empezar hacer la pretemporada en esa superficie y llegar preparados a la Liga Nacional B, allá por Marzo.
Franco Evaristi – Redacción Al Toque
Gentileza El Megáfono