Es la actual entrenadora de las divisiones 2011 y 2009 de fútbol en el Club Atlético Granada de Holmberg. En su gran trayectoria deportiva cuenta con seis años como futbolista profesional en el Club Atlético River Plate, campeona argentina de pádel, subcampeona mundial y medallista de Oro y Bronce Panamericano en distintas especialidades de pelota paleta. Un recorrido por toda su historia y su actualidad, que la tiene rompiendo prejuicios en el fútbol masculino.
Pádel, pelota paleta, fútbol. Mónica Fiore, oriunda de la localidad de Holmberg, se dedicó profesionalmente a las tres disciplinas. Su historia con el pádel comenzó de una manera muy particular, y desde ahí la vida la fue llevando a muchos desafíos. O, mejor dicho, ella los fue buscando. “En julio del 91 creo que fue. Mi abuelo tenía una quiniela y me dijo que jugara un número, me acuerdo que dije el 416 y saqué las tres cifras. Gane $100. Fui a comprar, iba caminando y vi una paleta. Yo no sabía lo que era ese deporte. Entré y me compré la paleta. En diciembre inauguraron la cancha de Holmberg y así empezó. Y mirá a todo lo que me llevó esa paleta”, contó Mónica. Seguramente no imaginó jamás todo lo que iba a pasar después de esa primera paleta, que se compró con menos de $100.
Ya alejada de la actividad profesional, cuenta con una trayectoria gigante: campeona argentina de pádel, medallista panamericana en pelota paleta y cinco veces campeona del Torneo de AFA con el equipo de futbol femenino del Club Atlético River Plate.
Actualmente, Mónica vive nuevamente en la localidad de Holmberg, tiene dos hijos, Tobías de 15 y Thiago de 14, trabaja con personas con discapacidad en un centro de rehabilitación, y es la entrenadora de las divisiones 2011 y 2009 del Club Atlético Granada. Y, más allá de los gigantes logros deportivos que cosechó, acá es dónde hay otro triunfo. Este es más social, y no menos importante que las copas y las medallas. Las mujeres en el fútbol vienen pisando fuerte en los últimos años en Río Cuarto y la zona. Así lo demuestra, por ejemplo, el Torneo Oficial de Fútbol Femenino de la LRFRC. Pero esa gran cantidad de mujeres jugando adentro de la cancha, no es la misma que la cantidad de mujeres dirigiendo afuera. De hecho, los dieciséis equipos que forman parte del campeonato tienen entrenadores hombres. “No es fácil para una mujer estar en el ambiente del fútbol”, dijo Mónica.
“Hace cuatro años que volví a Holmberg y con mi trayectoria deportiva me dijeron ‘vení, queremos que dirijas los nenes’. Pero en realidad no es el fútbol lo mío. Tengo otros deportes que hice. Igual me encanta, me encantan los nenes. El primer año me tocó la 2006, tenía una sola categoría y nos fue súper bien. Al otro año llegamos a la gran final, al último partido. Y después me dieron dos categorías, se ve que hice bien mi trabajo”, comenzó contando Mónica.
- ¿Cómo llegaste al CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo)?
- Me fui a los 19 años. Dejé todo. Me fui por tres días a Buenos Aires y me quedé veintiún años. En Rio Cuarto no me dejaban jugar en mujeres en el pádel, si yo jugaba el torneo, las mujeres no se anotaban. Mi carrera acá fue en varones, llegué a jugar hasta tercera. Un papá me vio jugar y me invitó a ir a un torneo de segunda a Córdoba y ganamos ese torneo. Ahí me vieron chicas de Córdoba y me llamaron para jugar. Así que viajaba y entrenaba en Córdoba, dos veces por semana. Y los fines de semana me iba a jugar. Fuimos número uno de Córdoba. De ahí fuimos a jugar el Regional a Santa Fe en el año 93. Era Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Ganamos y eso nos llevó a jugar el Nacional a Buenos Aires. Ahí surgió lo del CeNARD.
- ¿Cómo fue que una prueba de tres días terminó en veintiún años?
- En el CeNARD conocimos al presidente de la Asociación Pádel Argentino en ese momento y nos dijo a mi compañera y a mí que si salíamos campeonas nos conseguía una beca para quedarnos hasta diciembre. Salimos campeonas y a fin de año salimos nuevamente, y nos pidieron para todo el año siguiente la beca. Viví ahí desde el 93 hasta el 98 y empecé a jugar al pádel de manera profesional. Viajábamos todos los fines de semana con el torneo de Primera Profesional.
- ¿Y en qué momento empezaste con la disciplina de pelota a paleta?
- Ahí en el CeNARD conocí al entrenador de la Selección de Pelota a Paleta. Me invitó para ir a jugar y fui. Después fui seleccionada para ir en 1994 a Francia a jugar el Mundial. Yo hacía la modalidad de pelota trinquete y frontenis. Salimos subcampeonas mundiales, llegamos a la final contra Francia y perdimos. Después en 1995 jugamos el Panamericano, ahí obtuvimos medalla de Oro (pelota trinquete) y de Bronce (frontenis).
- ¿Y con fútbol?
- Tenía una compañera que me decía que vayamos a probarnos a River, que quería jugar al fútbol. Yo le decía “déjate de joder Marta, que hago tres deportes”. Me insistió tanto que dije “bueno, vamos”. Fuimos con la reserva y el técnico me preguntó de que jugaba, yo dije arquera, pero porque fue lo que me salió. Siempre tengo más reflejos con las manos que con los pies. Empezamos a jugar un partido. Terminó el entrenamiento y el técnico me dijo que vuelva mañana que quería probarme con primera. El lunes ya me estaba fichando en AFA. Jugué desde el 1996 hasta el 2002. Con River fuimos cinco veces campeonas en el Torneo de Fútbol Femenino de AFA.
- ¿No pensaste en seguir jugando ahora acá, al fútbol o al pádel?
- Me han invitado al Torneo de Fútbol Femenino de la Liga, pero dije que no. Me decían que querían hacer futsal también, y ahí capaz. Hablamos de otra cosa, prefiero algo más tranquilo. Pero me gustó los otros días que fui a la cancha Municipal, que jugamos contra Rosario, y había nenas jugando. Está buenísimo eso, que se incluya. Y al pádel estoy jugando ahora acá, pero ya me conocen, entonces cuando voy tengo que seguir jugado con hombres. Fui a jugar un mixto y, cuando se enteraron que era yo, las otras parejas decidieron no anotarse. Entonces la organizadora del torneo me dijo que no podía jugar. Y me dio mucha bronca. Y si tengo que jugar un mixto, yo valgo por la quinta de hombres, no por mujeres. Me nivelan como hombre y no como mujer. Entonces si yo soy quinta puedo buscar un compañero de sexta, no de quinta. Sigue pasando lo mismo que veinticinco años atrás. Yo prefiero jugar con alguien superior, es la forma de aprender, cosa de yo exigirme y ser cada día más. Si no vas a seguir jugando igual.
- ¿Cómo es ser una DT mujer en un deporte como el fútbol, tan asociado a lo masculino?
- No es fácil para una mujer estar en el ambiente del fútbol. He estado con muchas personas maleducadas, directores técnicos o de la comisión que me han menospreciado diciendo “vos no sabes nada”. Fueron muy pocos, fueron más los que me han felicitado. Yo creo que en la Liga de Río Cuarto es la primera vez que una mujer lleva a una categoría a la gran final, al último partido. El primer año los hice clasificar a los chicos. Al otro año llegamos a jugar la final. Yo solita ahí con la Granada, un club humilde, chiquito. Después los mismos padres del equipo contrario se acercaron y me felicitaron por cómo trataba a los chicos. También réferis que me han regalado camisetas o tarjetas. Pero dos o tres veces me han tocado otras situaciones muy feas. Encima siempre te agarran sola, yo pienso que esos hombres son cobardes porque no te dicen nada cuando hay gente.
- ¿Cómo crees que se rompen esos prejuicios?
- Esos prejuicios se rompen desde chiquitos. El fútbol, como el boxeo o cualquier deporte lo puede hacer tranquilamente una mujer. Pero en Argentina todavía no se quiere aceptar. Yo he convivido con gente de otros países y para ellos es normal. Por eso que a los más chicos hay que enseñarles que la mujer puede hacer lo que quiera. Pero hay hombres machistas que ven que la mujer no puede hacer fútbol, y yo digo: ¿por qué?, que me digan por qué no.
- ¿Cuándo eras jugadora tuviste momentos en lo sentiste esos prejuicios?
- Como jugadora, en mis años en Buenos Aires, jugando en River, nunca sentí discriminación. Si bien hay gente que sigue pensando que el fútbol es masculino, pero yo estuve seis años en River y jamás. Al contrario, River siempre apoyó el fútbol femenino. Cuando nos bajábamos en cualquier estadio había gente mirándonos y alentándonos. Jamás nadie me faltó el respeto por ser mujer y jugar al fútbol. Hay otra mentalidad más abierta. Acá, en el interior, no.
- ¿Qué es lo que más te gusta de dirigir a los chicos? Tenes una imagen muy maternal para dirigir.
- Ellos, los nenes. Me encantan. Yo les enseño los códigos. Que el entrenamiento es todo, que hay responsabilidad y compañerismo. Busco que ellos se diviertan. Y yo pasar por su vida y que ellos el día de mañana digan “mi primera técnica fue una mujer”, y que ellos tengan lo mejor de mí.
Siempre le digo a los chicos que en la vida son más las veces que vas a perder que las que vas a ganar y que el entrenamiento es lo fundamental. Yo los sábados tengo que estar sentada y viendo lo que han aprendido en el entrenamiento, no tengo por qué gritarles. Simplemente ellos tienen que entrar y divertirse. Es mi forma de pensar. El entrenamiento es lo más importante. Yo quiero que vengan, aprendan, se diviertan. Que retengan responsabilidades, que sean buenos compañeros, no es solamente ganar. Si un compañero intenta dar un pase y no le sale, no burlarse. Nosotros estamos para enseñarles lo que es educación, compañerismo, respeto.
- ¿Cómo ves al pádel en la región?
- Está más organizado que años atrás. Se ha reactivado. Están con los Provinciales de menores, de juveniles. Capaz falta promocionarlo más. En su tiempo, en el 92 o 93 era furor, no encontrabas una cancha libre. Después yo me fui a Buenos Aires y, cuando venía, veía canchas cerradas. Tiene que haber personas que promocionen y se muevan.
- Te has formado en el deporte. Después de todo el recorrido que hiciste, ¿qué pensas que les aporta el deporte a los jóvenes?
- El deporte a los jóvenes les aporta todo. Es lo más lindo. Los sacas de la calle, de la droga. Si vos amás el deporte y te gusta hacerlo, entrenas toda la semana y los fines de semana tenés que jugar. Entonces de qué te sirve ir a un boliche, tomar. Te enseña responsabilidad. El deporte es vida sana. Es amistad. Además, cuerpo sano, mente sana. Yo siempre digo que hagan deporte, cualquiera.
Fotos: Al Toque
Redacción Al Toque