Por Cooperativa de Trabajo Al Toque Limitada.
El fútbol en nuestra región es el sentimiento de arraigo por un club y por los colores. Es la expresión de las pasiones. Es la historia de los pueblos.
Son futbolistas, dirigentes e hinchas. Son familias de familias de protagonistas. Amigos y amigas de éstos y los chicos del club, que sueñan con “llegar a ser” en algún momento.
Es la sensación de alegría de un triunfo, el brote de locura desenfrenada en un grito de gol y la amargura por el festejo contrario.
Es la piel exasperada cuando entran y saludan. Es el “bobo” latiendo fuerte por un avance y el suspiro por una defensa heroica. Es la emoción de ver cómo se desviven en cada acción por la pelota. Es el “biennn” cuando traban y ganan. El “uhhh” cuando la pelota pasa cerca. Es la maldición de todos los santos cuando la pelota no quiere entrar y ni que hablar cuando ingresa en el arco propio. Ahí es el diablo en persona.
Es la redonda. La línea de cal y el banco de material. La tribuna de cemento o de madera. O el simple alambrado. Es la reposera, el mate y la camioneta. Es la magia por la que se desviven los que en la semana son laburantes o estudiantes. Es la mirada fija en la esférica y la sensación que en cualquier momento llega el gol.
Es la ilusión por avanzar de ronda y, en Primera B, pegar el ascenso.
Es la devoción de propios y extraños. Es el encuentro con un vecino o vecina. Con el que solo ves en la cancha. Es el vínculo con un pariente.
Es la sonrisa de la chicana previa en la semana. Es bancar el gaste en la adversidad. Es el aguante en la derrota y la fidelidad por sobre todas las cosas.
No son los desmanes generados por el público visitante el pasado domingo en Sampacho, tras el juego entre Confraternidad y Sportivo Municipal. Tampoco los incidentes entre Talleres y Charrense en la última jornada de la fase clasificatoria, ni mucho antes los de Everton ante Defensores y Municipal contra Herlitzka. Menos que menos los de Fusión ante Municipal de Reducción ni Rosario versus Granada. Y para qué hablar de Charrense con Juventud en la segunda jornada.
El domingo y los próximos domingos serán días de definiciones. Que los protagonistas sean los verdaderos protagonistas y que el fútbol regional nos regale jornadas en paz. Porque, como escribe Cecilia Merchán en el libro Abrazo de Gol (de Kike Bogni), “La camiseta que representa un club o una idea está buena pero no se ama porque sí. Solo se ama la camiseta que nos deja ser quienes somos, y sentir lo que sentimos. Entonces dan ganas de transpirarla. Como en todos los amores de la vida, no se trata de ganar o perder, se trata de ser felices”.
En contexto
“Muchachos, son grandes. Lo único que les voy a decir es que después de este partido hay otro. Y después de ese otro, el año que viene, sigue el fútbol y el Torneo de Primera B”. Mensaje del árbitro Gerardo Cabral durante la ceremonia del sorteo entre los capitanes de Rosario FC –Eduardo Rosales- y Centro Social Las Higueras –Germán Rodríguez-, en la previa del partido de ida.