Por Leonardo Gasseuy
Alberto de Gásperi nació en Italia y en 1940 llegó a Lima. Miembro de las corrientes migratorias italianas bohemias y anarquistas, soñador y obstinado, tenía un determinismo casi genético en la idea que la gestión de la gente y los pueblos comienza en sus propias manos.
Dibujar, fundir, calar, forjar, cincelar, soldar, son algunas de las técnicas que permiten transformar una simple idea en una hermosa pieza de plata. La joyería Camusso funciona desde 1933 en el barrio de San Isidro en Lima. Hasta ahí llego el dirigente peruano Teófilo Salinas con un mandato de la Conmebol para encargar un trofeo. La niña más mimada estaba por nacer. La gloria personificada en plata le pondría su cuerpo a la Copa Libertadores de América.
El trofeo original fue construido en varias piezas de plata 925, buscando imitar la figura redonda de un balón formado por dos piezas, cuya intersección está tapada por el listón que en principio albergaría los nombres de los clubes campeones, pero al ver que la proporción no daba para lograr el cometido se decidió grabar “Copa Libertadores”.
La Confederación Sudamericana convocó a todas las asociaciones el 30 de julio de 1959 para un congreso en Caracas, por entonces la sede de la Federación. El punto más importante de la reunión era la creación de la Copa Campeones, idea original de Chile que rápidamente contó con el apoyo de Argentina y Brasil. Sería el puntapié inicial que le daría vida al más místico de los torneos que el futbol mundial tiene en sus calendarios.
Los griegos, en su pensar, definieron la mística como el grado de máxima unión del alma humana con lo sagrado durante la existencia terrenal. Definieron entre otras cosas lo que es la copa libertadores.
Alejandro Guerra nació en Caracas hace 31 años. En 2016 se convirtió en el primer venezolano en ser campeón de la Copa Libertadores de América jugando para Atlético Nacional de Medellín. Solo eso, sin otro atributo que lo saque del anonimato, hace que sea uno de los mejores de la historia de su país. La mística de la Copa Libertadores lo hace.
Esa bella mujer de plata, que a lo largo de 69 años fue de brazo en brazo, casi siempre compartió el éxtasis con la opulencia y la lógica, pero su intrigante historia de adulterio y repeticiones también la llevaron a dormir en la marginal modestia de una alcoba en Manizales. Cuentan en Colombia que ese rato de amor, puso a Once Caldas en el cielo del mundo para siempre en su historia.
El trofeo de la Copa Libertadores tiene 10.5 kgs, una altura de 99 centímetros, encarnada en plata 925 y un pedestal de 35 cm de madera de cedro libanes. Por ese cuerpo que hipnotiza, jugarán River Plate y Boca Juniors como lo hicieron tantas veces en su historia. Pero como ahora: nunca. Se juega la gloria eterna y la generación de un hito. El drama con atuendo de tragedia y el éxtasis épico esperan las dos horas de lucha que esa chica propone y que luego de eso modificará para siempre las matrices históricas de uno y otro.
Un Diseño. Un Estilo. Una Marca. Es actualmente el logo de Camusso Platería y Joyería Fina. La empresa cumplió 85 años. Es un icono de Lima y cuenta con 4.600 opciones de regalos en orfebrería. Tuvieron la visión de reconvertirse. Jamás imaginaron en 1959 la trascendencia que tendría el cuerpo de esa pieza encargada por gente del futbol.
La copa y el torneo fueron haciendo sus caminos juntos. Viajaron, virando como deambulaban lagrimas travestidas al instante de gozo y drama. Vivieron a su modo haciéndose carne en ese trozo de plata. Metáfora fácil que nos ofrece el fútbol: ganar es seguir viviendo y perder es morir. Es una pequeña muerte la derrota y en el fútbol vivís perdiendo. Eso es la tragedia. Eso es la Copa Libertadores.
Redacción Al Toque