El futbolista de Las Vertientes es el capitán de la Cuarta División de AFA de Belgrano de Córdoba, que recientemente se consagró campeona de la categoría tras vencer en la final a Talleres 4 a 0. “El grupo fue siempre fuerte, unido y tiramos para el mismo lado”, destacó y subrayó: “Mi familia y amigos de Las Vertientes estuvieron ahí. Fue todo muy lindo, una felicidad enorme y verlos felices también a ellos… no se puede pedir más nada”.
El Club Atlético Belgrano de Córdoba festejó por duplicado en el segundo torneo 2018 de Inferiores AFA. El “pirata” se adjudicó el título tanto en Cuarta como en Quinta división luego de vencer en las finales a Talleres y Estudiantes de La Plata, respectivamente.
El combinado de Cuarta división tuvo como capitán –y uno de sus referentes- a Francisco Araya, el joven nacido el primero de marzo de 1998 en Las Vertientes y surgido en el Club Sportivo y Cultural Herlitzka.
A días de la consagración y mientras planifica su futuro –tiene ofertas de otros clubes-, el defensor habló del histórico triunfo sobre Talleres, 4 a 0, consumado el sábado 1 de diciembre en cancha de Instituto que los erigió en el mejor equipo de la categoría.
“Fue algo muy lindo haber conseguido un campeonato con una Cuarta de AFA, que es muy difícil. El esfuerzo da sus frutos y vale la pena. Dejar de lado la familia y los amigos para luchar por el sueño para el que siempre estamos y salir campeón con la Cuarta, la verdad que es muy lindo”, indicó inicialmente sobre las sensaciones de un logro tan importante.
El defensor central ponderó a sus compañeros a la hora de encontrar claves para el rotundo éxito. “Lo mejor creo que fue la base del grupo. Desde enero que estamos remándola, siempre tirando para el mismo lado aunque las cosas no salgan bien todos los fines de semana. El grupo fue siempre fuerte, unido y tiramos para el mismo lado”, sostuvo.
Araya no estuvo solo ni mucho menos. En los festejos y durante el transcurso de la temporada, sus redes sociales evidenciaban el acompañamiento familiar y el de sus amigos de Las Vertientes. Esa cualidad habla tan bien de él como de los suyos, y el propio capitán de la embarcación “pirata” no dejó de señalarlo, con la voz algo entrecortada, quizás por la emoción de los momentos vividos.
“A la hora de los festejos se te vienen muchas cosas a la cabeza pero más que todo la familia, que siempre está en el día a día y que desde chico ya nos está bancando con nuestras locuras por el fútbol. Los amigos, que también los dejamos de lado por esto, también se me vienen a la cabeza. Y mis abuelos, que no los tengo porque ya fallecieron pero sé que desde arriba me guían así que siempre están muy presentes”, afirmó y recordó: “Mi familia y amigos de Las Vertientes estuvieron ahí. Fue todo muy lindo, una felicidad enorme y verlos felices también a ellos… no se puede pedir más nada. Estoy muy contento y les agradezco a ellos que están en el día a día bancándome”.
La campaña y el desenlace
El equipo conducido por Julio Costantin, que tiene en el cuerpo técnico al gigenense Edgardo Galfioni, en la función de entrenador de arqueros, compartió el primer puesto de la Zona A con Lanús. Ambos sumaron 24 puntos, producto de 7 victorias, 3 empates y 3 derrotas. El “celeste” se quedó con el primer puesto por diferencia de gol: +18 contra +8 del “granate”.
El primer día del mes del año jugó la final ante Talleres (ganó la Zona B al reunir 29 unidades, contra 28 del escolta Independiente) en cancha de Instituto y se despachó con una goleada 4 a 0. Martín Garnerone, en dos oportunidades, Joaquín Novillo y Facundo Heredia marcaron para la “B”. Además, el arquero “pirata”, Agustín Rufffinetti, contuvo un penal cuando el resultado parcial estaba 1-0.
Aún en medio de festejos y vislumbrando el horizonte. Como buen central aprecia el panorama. Así transita Francisco Araya, el capitán de la embarcación “pirata”. O bien “Panchito”, como aún lo citan sus seres queridos. Quizás esta última sea la mejor descripción. Es que al escucharlo hablar uno puede inferir que para él no hay familia sin fútbol… y mucho menos fútbol sin familia.
Redacción Al Toque